El 0,001 % más rico acumula tres veces la riqueza de la mitad más pobre del planeta

Alberto Noriega     10 diciembre 2025     4 min.
El 0,001 % más rico acumula tres veces la riqueza de la mitad más pobre del planeta

El 0,001 % más rico posee tres veces la riqueza de la mitad de la humanidad. El World Inequality Report alerta de una desigualdad extrema.

Menos de 60.000 personas, apenas el 0,001 % de la población mundial, controlan tres veces más riqueza que la mitad más pobre de la humanidad, según el World Inequality Report 2026. El informe advierte de que la desigualdad ha alcanzado niveles extremos que exigen una acción política urgente para garantizar la estabilidad económica, democrática y climática.

Una concentración de riqueza sin precedentes

El World Inequality Report 2026, elaborado a partir de datos de más de 200 investigadores de todo el mundo, confirma una tendencia alarmante: la desigualdad económica global no solo persiste, sino que se intensifica. El informe muestra que el 10 % con mayores ingresos gana más que el 90 % restante combinado, mientras que la mitad más pobre de la población mundial percibe menos del 10 % de los ingresos totales.

La desigualdad patrimonial es aún más pronunciada que la de ingresos. El 10 % más rico posee el 75 % de la riqueza mundial, mientras que la mitad más pobre apenas controla el 2 %. En casi todas las regiones del planeta, el 1 % más rico acumula más riqueza que el 90 % restante.

Según los autores del informe, liderados por el economista Ricardo Gómez-Carrera, de la Paris School of Economics, el resultado es un sistema económico en el que una minoría ínfima concentra un poder financiero sin precedentes, mientras miles de millones de personas quedan excluidas de la estabilidad económica básica.

Una tendencia en aceleración

La participación del 0,001 % más rico en la riqueza global pasó de casi el 4 % en 1995 a más del 6 % en la actualidad. Durante ese mismo periodo, la riqueza de los multimillonarios ha crecido a un ritmo cercano al 8 % anual, casi el doble de la tasa de crecimiento del patrimonio de la mitad más pobre del planeta.

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Entre los autores del informe se encuentra el influyente economista francés Thomas Piketty, quien sostiene que, aunque la desigualdad ha sido siempre una característica estructural de la economía global, en 2025 ha alcanzado niveles que ya no son social ni políticamente sostenibles.

Desigualdad, oportunidades y sistema financiero

El informe va más allá de la desigualdad de ingresos y riqueza, y señala que la desigualdad de oportunidades alimenta la desigualdad de resultados. Un ejemplo contundente: el gasto educativo por niño en Europa y Norteamérica es más de 40 veces superior al de África subsahariana, una brecha tres veces mayor que la diferencia de PIB per cápita entre ambas regiones.

Esta disparidad, según el informe, consolida una “geografía de la oportunidad”, donde el lugar de nacimiento determina en gran medida el futuro económico de las personas.

La desigualdad también está profundamente arraigada en el sistema financiero global, que favorece a los países ricos. Las economías avanzadas pueden endeudarse a bajo coste e invertir en el extranjero con mayores retornos, actuando como “rentistas financieros”. Como resultado, alrededor del 1 % del PIB mundial fluye cada año de los países pobres a los ricos, una cifra casi tres veces superior a la ayuda oficial al desarrollo.

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Clima y género: desigualdades que se refuerzan

El informe subraya además el vínculo entre desigualdad económica y crisis climática. El 10 % más rico del planeta es responsable de aproximadamente el 77 % de las emisiones de carbono asociadas a la propiedad de capital, mientras que la mitad más pobre apenas genera el 3 %.

Esta asimetría implica una doble injusticia: quienes menos contribuyen al cambio climático son también los más expuestos a sus impactos.

En cuanto a la desigualdad de género, el estudio revela que las mujeres ganan de media solo el 61 % del salario por hora de los hombres. Si se incluye el trabajo no remunerado, esa cifra cae hasta el 32 %.

Una desigualdad incompatible con la estabilidad global

En el prólogo del informe, el economista y premio Nobel Joseph Stiglitz propone la creación de un panel internacional sobre desigualdad, similar al IPCC para el clima, que permita medir, comparar y actuar frente a este fenómeno global.

El mensaje del World Inequality Report es claro: reducir la desigualdad no es solo una cuestión de justicia social, sino una condición imprescindible para la resiliencia económica, la estabilidad democrática y la viabilidad ambiental del planeta.

Las herramientas existen: inversión pública en educación y salud, fiscalidad progresiva y redistribución efectiva. El informe estima que un impuesto global del 3 % a menos de 100.000 grandes fortunas recaudaría 750.000 millones de dólares anuales, suficientes para financiar los sistemas educativos de los países de ingresos bajos y medios.

El obstáculo no es técnico ni económico. Es político. Como concluye el informe: “Las herramientas existen. El desafío es la voluntad de utilizarlas”.

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