3,3 millones de vehículos ford retirados por fallos de seguridad en un récord histórico

Alberto Noriega     13 julio 2025     4 min.
3,3 millones de vehículos ford retirados por fallos de seguridad en un récord histórico

Ford emite 88 retiradas de seguridad en solo seis meses de 2025, superando cualquier récord anual previo y afectando a más de 3 millones de vehículos.

Ford ha batido un récord indeseado al emitir 88 retiradas de seguridad en los primeros seis meses de 2025, según datos oficiales y fuentes del sector automotriz. La cifra supera cualquier registro anual de un solo fabricante en la historia de Estados Unidos y afecta a una amplia gama de modelos Ford y Lincoln. Con más de 3,3 millones de vehículos retirados solo en el segundo trimestre, la crisis plantea dudas sobre los protocolos de calidad interna de la compañía. Todo esto ocurre tras compromisos públicos del CEO Jim Farley de mejorar los estándares de fabricación tras problemas recurrentes en años anteriores.

El peor arranque de año para Ford

Las 88 campañas de retirada en seis meses superan no solo a todos los competidores de Ford, sino también al total combinado de los cinco fabricantes siguientes. Algunas de las fallas más graves incluyeron una orden de “No Conducir” para 2.345 camionetas Super Duty debido a una posible falla de frenos, más de 850.000 vehículos con bombas de combustible defectuosas, y casi 64.000 Ford Maverick con luces de airbag mal colocadas.

Modelos clave como Explorer, Aviator, Expedition y Navigator también han sido objeto de múltiples retiradas por cinturones de seguridad defectuosos. A pesar de los esfuerzos declarados por parte de Ford de “redefinir su cultura de calidad”, los problemas parecen haberse agravado tras la orden de consentimiento firmada con la NHTSA, que exige revisar cada retirada emitida desde noviembre de 2021. El volumen y la diversidad de las fallas revelan una crisis estructural en los controles de calidad, más que errores puntuales.

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El software también falla: cámaras y pantallas

Uno de los episodios más alarmantes ocurrió en mayo, cuando Ford anunció un retiro masivo de más de 1 millón de vehículos con cámaras de reversa defectuosas. El fallo afectaba a modelos clave como Bronco, Mustang, Edge, Escape y las camionetas F-Series, y se debía a un error de software en el sistema SYNC4 (versiones 1.7 a 1.9) que provocaba pantallas negras o congeladas al retroceder.

Este fue el undécimo retiro de cámaras en lo que va del año, lo que evidencia un patrón sistemático de fallas electrónicas. Ford detectó al menos 232 reclamaciones de garantía relacionadas con este error, y prometió reparaciones gratuitas por actualización remota o en concesionario. Las notificaciones a los propietarios comenzaron en junio y se extenderán hasta agosto, en una muestra más del estrés operativo al que se enfrenta el servicio postventa de la marca.

3,3 millones de vehículos retirados en solo un trimestre

El segundo trimestre de 2025 marcó el pico de la crisis, con 3.322.450 vehículos retirados en 49 campañas separadas, lo que representa el 45,3% de todos los vehículos retirados del país en ese periodo. La retirada más grande afectó a más de 1 millón de vehículos 2021-2024 con fallas persistentes en las pantallas de las cámaras. También se retiraron más de 490.000 SUV Explorer por molduras de puerta desprendibles y más de 300.000 Aviator y Explorer por asientos traseros inestables.

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Expertos de la industria consideran que estas cifras no son simples anomalías, sino síntomas de una crisis sistémica de control de calidad. Al mismo tiempo, la complejidad creciente de los sistemas digitales y electrónicos en los automóviles modernos está complicando la capacidad de los fabricantes para garantizar seguridad. El caso de Ford destaca como ejemplo extremo, pero problemas similares afectan al conjunto de la industria automotriz.

Calidad en crisis, confianza en juego

Ford no enfrenta solo una crisis de ingeniería: está inmerso en un deterioro acelerado de su reputación. El récord negativo de retiradas no solo compromete la confianza del consumidor, sino que pone a prueba la resiliencia de sus redes de servicio, concesionarios y proveedores. La promesa de electrificación y modernización no puede sostenerse sobre una base estructural tan debilitada.

La magnitud del problema tiene implicaciones a largo plazo: los errores repetidos erosionan la credibilidad de cualquier promesa futura. El mercado ya observa con cautela, mientras competidores como Toyota o Hyundai capitalizan en fiabilidad. La transformación de Ford no será creíble sin una reforma profunda en sus procesos de calidad, desde la concepción del software hasta la inspección final en fábrica.

Si este 2025 es un punto de inflexión, Ford deberá asumirlo como tal. Porque más allá de los números, cada retirada representa una fractura en el vínculo con sus clientes, y reconstruir ese puente será más difícil que ensamblar cualquier vehículo.

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