869.000 millones para petróleo, carbón y gas: Así financian los bancos la crisis

Alberto Noriega     26 junio 2025     4 min.
869.000 millones para petróleo, carbón y gas: Así financian los bancos la crisis

En 2024, los 65 mayores bancos del mundo financiaron 869.000 millones de dólares en combustibles fósiles, según un informe alarmante.

En 2024, el año más caluroso jamás registrado, 65 de los mayores bancos del mundo destinaron 869.000 millones de dólares a empresas de combustibles fósiles. El informe, publicado por Rainforest Action Network, expone cómo gigantes como JPMorgan Chase, Bank of America y Citigroup continúan respaldando la expansión del petróleo, el gas y el carbón. Esta financiación coincide con la retirada de varios bancos de la alianza climática Net-Zero, promovida por la ONU. Mientras el planeta supera récords de temperatura, el sistema financiero parece caminar en dirección contraria a los objetivos climáticos globales.

El dinero ardió con el planeta

2024 fue el año más caluroso jamás registrado. Y también el año en que los grandes bancos globales batieron su propio récord: 869.000 millones de dólares en financiación a empresas de combustibles fósiles. Así lo recoge un informe coordinado por la organización Rainforest Action Network, que analizó los datos de préstamos y suscripciones a más de 2.800 compañías del sector.

Entre los principales responsables están JPMorgan Chase (53.500 millones), Bank of America (46.000 millones) y Citigroup (44.700 millones), seguidos por el japonés Mizuho Financial y Wells Fargo. El informe detalla que 45 de los 65 bancos analizados aumentaron su financiación a petróleo, gas y carbón en 162.000 millones respecto a 2023, y 48 bancos incrementaron su apoyo a la expansión de infraestructuras fósiles en 84.400 millones.

Desde la entrada en vigor del Acuerdo de París en 2016, los bancos han inyectado 6,7 billones de dólares en el sector fósil, contradiciendo sus compromisos climáticos. En lugar de frenarlo, están alimentando el problema. «Si seguimos así, nos dirigimos hacia un mundo con 3 °C de calentamiento», alertan desde Naciones Unidas.

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Las emisiones financiadas por estos préstamos no son abstractas. Se traducen en infraestructuras nuevas, en pozos, oleoductos y plantas térmicas que emitirán gases de efecto invernadero durante décadas. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), ningún nuevo proyecto fósil puede iniciarse si se quiere cumplir el límite de 1,5 °C. Y sin embargo, los bancos han optado por hacer exactamente lo contrario.

Bancos que abandonan el compromiso climático

El informe también expone un giro político inquietante en las finanzas globales. En los últimos meses, los seis bancos más grandes de Estados Unidos—Goldman Sachs, JPMorgan, Morgan Stanley, Citigroup, Wells Fargo y Bank of America—se han retirado de la Net-Zero Banking Alliance, una iniciativa de la ONU para descarbonizar el sector financiero.

Canadá replicó el movimiento, con sus seis mayores bancos abandonando también la alianza. Este éxodo se produce en medio de un clima político cambiante, influenciado por el resurgir de posturas pro-fósiles, especialmente con el avance de figuras como Donald Trump. Aunque los bancos afirman que siguen comprometidos con la descarbonización, los analistas son escépticos. “Es un mensaje claro: el clima ha dejado de ser prioridad para Wall Street”, afirma el informe.

Este doble juego—financiar la expansión fósil mientras se predican compromisos verdes—genera un enorme problema de credibilidad. Según Stand.earth, si el banco JPMorgan fuese un país, estaría entre los 25 mayores emisores del planeta. El estudio concluye que estos flujos financieros son ya incompatibles con cualquier escenario climático seguro.

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Las consecuencias son tangibles. En 2024, los niveles atmosféricos de CO₂ alcanzaron nuevos máximos históricos, con más del 75 % de las emisiones globales procedentes de la quema de combustibles fósiles. Solo 36 empresas—como Saudi Aramco, ExxonMobil o Shell—fueron responsables de más de la mitad de las emisiones globales, y la mayoría recibieron financiación directa de los bancos analizados.

El coste moral de una decisión

La banca global ha tomado partido. No por el clima, no por el futuro, sino por las rentabilidades inmediatas. Que elijan 2024—el año más caluroso de la historia—para redoblar su apuesta por el petróleo, el gas y el carbón, revela una desconexión alarmante entre el sistema financiero y la emergencia planetaria.

Las consecuencias no se limitan a las emisiones. Con cada oleoducto financiado, se refuerzan estructuras extractivas que desplazan comunidades, destruyen ecosistemas y perpetúan una economía lineal y dependiente. La decisión de retirarse de iniciativas como la Net-Zero Banking Alliance no es un gesto técnico: es un mensaje al mundo. Y ese mensaje dice que el futuro climático de la humanidad es prescindible si interfiere con los balances trimestrales.

La gran pregunta ahora no es si las instituciones financieras tienen el poder de frenar el colapso, sino si están dispuestas a usarlo. Mientras el planeta se calienta, los bancos siguen cavando. Pero cada préstamo fósil aprobado hoy es un incendio que mañana será más difícil apagar. El coste real no se mide en dólares, sino en grados.

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