Alemania rompe récord en energía de fusión

Alberto Noriega     6 junio 2025     4 min.
Alemania rompe récord en energía de fusión

Científicos alemanes baten récord mundial de fusión con el reactor Wendelstein 7-X, marcando un paso clave hacia energía limpia ilimitada.

El 22 de mayo de 2025, el reactor estelar Wendelstein 7-X alcanzó un hito global al establecer un nuevo récord en el parámetro clave de fusión conocido como “triple producto”. Esta marca histórica fue lograda por el equipo del Instituto Max Planck de Física de Plasma, al mantener condiciones de plasma excepcionales durante 43 segundos. El logro coloca al stellarator al nivel de los tokamaks más avanzados del mundo, pero con una eficiencia superior en volumen y control. Este avance podría acelerar la llegada de la energía de fusión comercial, uno de los grandes anhelos científicos del siglo XXI.

Un récord que cambia el juego

El nuevo récord mundial establecido por el reactor alemán superó el triple producto de tokamaks previos manteniéndolo durante 43 segundos, una duración inédita para un stellarator. Esta métrica combina densidad del plasma, temperatura y tiempo de confinamiento, los tres pilares para que una reacción de fusión produzca más energía de la que consume.

Durante la campaña OP 2.3, la temperatura del plasma superó los 20 millones de grados Celsius, con picos de hasta 30 millones, mientras se inyectaban 90 cápsulas de combustible coordinadas con sistemas de microondas de alta potencia. Todo esto, con apenas un tercio del volumen de plasma que requería el tokamak récord anterior. Como explicó Novimir Pablant, del Princeton Plasma Physics Lab: “Si pueden mantener estas condiciones durante medio minuto, no hay razón para que no puedan sostenerse durante semanas o meses”.

Triple producto: el termómetro del futuro

El “triple producto” es al mundo de la fusión lo que el “0-100 km/h” es al automovilismo: una medida crítica de rendimiento. Cuando este parámetro supera los 3 x 10²¹ m⁻³ keV·s, se alcanza el umbral de ignición, el punto en que la fusión genera más energía de la que consume. Es la clave para que la energía de fusión se vuelva autosostenida.

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El avance de Wendelstein 7-X no solo se acerca a ese umbral, sino que lo hace con una arquitectura más estable que los tokamaks tradicionales, evitando las interrupciones violentas conocidas como disruptions. Este progreso convierte al stellarator en un competidor serio para liderar la próxima generación de reactores comerciales, con la promesa de una energía limpia, abundante y segura.

La física detrás del milagro

Uno de los ingredientes del éxito fue el uso de ondas de radio de alta potencia, que funcionan como manos invisibles para acelerar partículas dentro del plasma. Estas ondas transfieren energía mediante un mecanismo llamado resonancia, que permite calentar partículas específicas sin calentar el entorno completo.

Este sistema no solo calienta el plasma hasta niveles solares, sino que también ayuda a controlar las llamadas “islas magnéticas”, regiones inestables dentro del plasma que pueden provocar pérdida de energía. En W7-X, estas ondas de radio fueron esenciales para generar partículas de alta energía, haciendo la fusión más eficiente y estable. Esta tecnología, desarrollada y perfeccionada en centros como MIT, permite ahora alcanzar niveles de energía antes imposibles sin reacciones en cadena.

Helio-3: la joya rara de la fusión

Otro aspecto clave para el futuro de la fusión es el helio-3, un isótopo escaso pero prometedor como combustible limpio y eficiente. Tradicionalmente se produce por la desintegración de tritio, pero nuevas técnicas, como la “fusión roja” o los métodos con cristales de litio y diamante, permiten generarlo sin necesidad de minería lunar.

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Empresas como Helion Energy están explorando reactores que utilizan directamente deuterio y helio-3, generando electricidad sin neutrones. Además, tecnologías avanzadas como el MEOP (bombeo óptico por intercambio de metastabilidad) permiten polarizar hasta el 95% de los átomos de helio-3, optimizando su uso en reactores futuros. Todo esto convierte a este isótopo en el “hidrógeno verde” del siglo XXII, clave para reactores seguros, compactos y escalables.

Más allá del récord: una era que comienza

El éxito del Wendelstein 7-X no es un simple récord, sino una demostración tangible de que la fusión controlada está más cerca de ser viable que nunca. Si bien queda camino por recorrer para llegar a la ignición total, mantener estos parámetros durante casi un minuto muestra que estamos superando barreras técnicas históricas. Ya no se trata solo de hacer que funcione; ahora, se trata de hacerlo de forma sostenida y repetible.

Este avance no solo valida décadas de investigación en stellarators —una arquitectura antes marginal— sino que abre una ventana de oportunidad para diseñar plantas de fusión estables, eficientes y comerciales. La energía de fusión podría dejar de ser el “sueño de 30 años” para convertirse en una realidad en menos de dos décadas si la inversión, la cooperación internacional y la voluntad política acompañan el paso de la ciencia.

La física del sol ya no es un misterio, ahora es un proyecto de ingeniería. Y Alemania acaba de recordarle al mundo que encender una estrella en la Tierra ya no es una utopía, sino una cuestión de tiempo.

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