Apple elimina la etiqueta de “carbono neutral” de sus nuevos dispositivos tras presión legal en Europa

Alberto Noriega     5 octubre 2025     5 min.
Apple elimina la etiqueta de “carbono neutral” de sus nuevos dispositivos tras presión legal en Europa

Apple ha eliminado silenciosamente la etiqueta de “carbono neutral” de sus nuevos dispositivos, incluidos el Apple Watch Series 11, Apple Watch Ultra 3 y el Mac mini con chip M4. La decisión, motivada por un fallo judicial en Alemania y el endurecimiento de la normativa europea contra el greenwashing, marca un giro en la estrategia de marketing ambiental de la compañía. Sin embargo, Apple insiste en que sus compromisos climáticos y su plan “Apple 2030” siguen intactos.

Presión legal y regulaciones europeas

El detonante llegó en agosto de 2025, cuando un tribunal regional de Fráncfort prohibió a Apple anunciar el Apple Watch como carbono neutral en Alemania. La corte dictaminó que la compañía engañaba a los consumidores al basar esa afirmación en proyectos forestales de compensación en Paraguay, cuyos contratos de arrendamiento expiran en 2029. Para el tribunal, esto no podía interpretarse como un compromiso de neutralidad hasta 2050, horizonte temporal que los compradores podían asumir razonablemente.

El grupo ambiental Deutsche Umwelthilfe (DUH) celebró la sentencia como una victoria contra el greenwashing, recordando que el 75% de las tierras de compensación de Apple no tenían garantías más allá de 2029. Según la organización, Apple utilizaba un reclamo de sostenibilidad engañoso que generaba una falsa percepción de impacto ambiental nulo.

Aunque la sentencia afectaba únicamente al mercado alemán, Apple decidió extender la medida a nivel global. La razón es clara: a partir de septiembre de 2026 entrará en vigor la Directiva 2024/825 de la Unión Europea, conocida como “Empowering Consumers for the Green Transition Directive”, que prohíbe expresamente cualquier afirmación de neutralidad de carbono basada en proyectos de compensación.

En lugar de mantener estrategias de marketing distintas en cada región, la empresa optó por un enfoque uniforme. Apple explicó a Reuters que prefería anticiparse a la normativa, retirando el término de todas sus comunicaciones comerciales. Al mismo tiempo, subrayó que seguirá centrada en reducir sus emisiones y que su estrategia climática de fondo no cambia.

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Compromisos ambientales más allá de las etiquetas

La eliminación del término no significa que Apple haya renunciado a su plan ambiental. La compañía mantiene en pie su programa “Apple 2030”, que busca alcanzar la neutralidad de carbono en toda su cadena de suministro y productos para finales de la década.

Desde 2015, Apple asegura haber reducido sus emisiones globales en más de un 60%, gracias a la incorporación de energías renovables, mejoras en eficiencia y un aumento significativo del uso de materiales reciclados.

Los informes ambientales de los nuevos dispositivos muestran avances concretos. El Apple Watch Series 11, por ejemplo, presenta una huella de carbono de 8,1 kg de CO₂, ligeramente inferior a los 8,3 kg del Series 10. Además, la compañía ha incorporado 100% de cobalto reciclado en las baterías, así como cajas fabricadas con aluminio y titanio reciclados.

No obstante, a diferencia de 2023, cuando Apple presumió del lanzamiento de sus “primeros dispositivos carbono neutral”, las páginas de producto ya no hacen referencia a esa neutralidad. Incluso documentos internos sobre el Mac mini con chip M4 mencionan todavía ese término, pero en su marketing público la afirmación ha desaparecido.

Esta retirada marca una clara ruptura con la narrativa reciente de la compañía, que había utilizado el sello de neutralidad como uno de sus grandes argumentos de ventas y posicionamiento reputacional.

Marketing en transición: entre credibilidad y percepción

El caso de Apple refleja cómo la presión legal, regulatoria y social está transformando la forma en que las grandes tecnológicas comunican sus compromisos ambientales. En los últimos años, varias multinacionales han recurrido a etiquetas como “carbono neutral” o “cero emisiones netas”, apoyándose principalmente en programas de compensación que compraban créditos de reforestación o conservación.

Sin embargo, cada vez más reguladores y ONG advierten de que estas prácticas son una forma de greenwashing que puede inducir a error al consumidor. La nueva directiva europea busca precisamente cortar de raíz esta ambigüedad, obligando a las empresas a comunicar sus avances ambientales basados en reducciones reales de emisiones y no en compensaciones externas.

Para Apple, la cuestión ahora no es si cumple o no con sus objetivos climáticos, sino cómo comunicar esos logros sin recurrir a etiquetas cuestionadas. La eliminación del sello puede tener un efecto paradójico: los productos son cada vez más sostenibles en términos reales, pero la percepción del consumidor podría ser que Apple retrocede en ambición.

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Esto abre un debate sobre el papel de la comunicación en la transición ecológica: ¿es preferible mantener reclamos que transmiten esperanza pero generan dudas sobre su rigor, o adoptar un lenguaje más técnico y verificable, aunque menos atractivo para el gran público?

Un cambio que marcará tendencia en la industria

La decisión de Apple probablemente marcará un precedente para el resto de la industria tecnológica. Empresas como Samsung, Google o Microsoft, que también han presentado planes de neutralidad de carbono basados en compensaciones, podrían verse obligadas a replantear su estrategia de comunicación ante el marco normativo europeo.

La UE busca liderar un cambio global que evite confundir a los consumidores. En este sentido, la prohibición de las etiquetas de neutralidad de carbono basadas en offsets no significa que las compañías no puedan compensar emisiones, sino que no podrán usarlo como reclamo comercial principal.

Apple, al anticiparse, se coloca en una posición de mayor credibilidad de cara a reguladores y consumidores exigentes. No obstante, este giro supone también un desafío: mantener la atractividad de su discurso ambiental sin recurrir a términos que hasta hace poco servían como símbolos potentes de progreso.

La apuesta de la compañía será mostrar mejoras verificables en el uso de energías renovables, materiales reciclados, eficiencia energética y reducción directa de emisiones. Si logra transmitir esa narrativa de manera convincente, podría incluso salir fortalecida, presentándose como una empresa que asume los cambios regulatorios no como un obstáculo, sino como una oportunidad para demostrar rigor y transparencia.

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