Bill Gates reaviva el debate climático: “El bienestar humano debe estar por encima de las metas de emisiones”

Alberto Noriega     3 noviembre 2025     5 min.
Bill Gates reaviva el debate climático: “El bienestar humano debe estar por encima de las metas de emisiones”

Científicos lo acusan de crear una falsa dicotomía entre acción climática y desarrollo humano.

En una entrevista frente a más de mil estudiantes del Instituto Tecnológico de California (Caltech), el cofundador de Microsoft, Bill Gates, defendió enérgicamente su reciente memorándum titulado “Tres verdades difíciles sobre el clima”, publicado el 28 de octubre, pocos días antes del inicio de la cumbre climática COP30 en Belém, Brasil.

El texto, de 17 páginas, ha generado un intenso debate entre políticos, activistas y científicos del clima por su postura poco ortodoxa: replantear la estrategia global de mitigación priorizando el bienestar humano sobre los objetivos de reducción de emisiones.

Durante la charla, Gates respondió a las reacciones que su ensayo ha suscitado en ambos extremos del espectro ideológico. “No pensé que el memorándum fuera a convertir a los no creyentes en creyentes, y efectivamente, no los convirtió”, afirmó con ironía. “Vivimos en un tiempo en el que las posiciones matizadas resultan casi imposibles de comunicar”.

Su intervención llegó apenas horas después de que Donald Trump, desde Truth Social, celebrara el texto como “una victoria sobre el engaño del cambio climático”, asegurando que Gates “finalmente admitió estar equivocado”. Gates calificó esos comentarios como “una lectura errónea gigantesca del memorándum”, subrayando que sus inversiones en energía limpia y salud pública siguen aumentando, no reduciéndose.

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Las tres verdades de Gates

En su memorándum, el filántropo plantea tres principios que, a su juicio, deberían reformar la estrategia global frente al cambio climático. La primera: “El cambio climático no conducirá a la extinción humana”. Aunque reconoce la gravedad de la crisis, Gates sostiene que la humanidad “seguirá viviendo y prosperando en la mayoría de los lugares de la Tierra en el futuro previsible”.

La segunda “verdad difícil” apunta al modo en que se mide el progreso climático. Según Gates, la temperatura media global no es el mejor indicador del bienestar de las personas, proponiendo en su lugar el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU, que evalúa salud, educación e ingresos.

Finalmente, la tercera premisa sostiene que “la salud y la prosperidad son las mejores defensas contra el cambio climático”. Gates cita investigaciones de la Universidad de Chicago que muestran cómo las muertes relacionadas con el calor extremo podrían reducirse más del 50% gracias al crecimiento económico y las mejoras sanitarias esperadas en los países de bajos ingresos durante las próximas décadas.

Los países que logran que sus ciudadanos estén sanos, educados y económicamente activos son los que mejor resistirán los impactos climáticos”, escribe Gates. “Nuestro objetivo no debe ser solo reducir grados Celsius, sino asegurar que las personas puedan vivir vidas plenas y seguras en un planeta cambiante”.

Reacciones de la comunidad científica

Las respuestas no tardaron en llegar, y la mayoría no fueron favorables. Diversos expertos acusaron a Gates de presentar una falsa dicotomía entre el bienestar humano y la acción climática, dos objetivos que, según ellos, son interdependientes.

La climatóloga Katherine Hayhoe, científica jefe de The Nature Conservancy, fue tajante: “El cambio climático está empeorando cada una de las principales amenazas a la humanidad: salud, alimentación, agua y estabilidad económica. No es un lujo atender al clima; es una condición para cualquier bienestar sostenible”.

Por su parte, el investigador Daniel Swain, de la Universidad de California, calificó el texto como “una lectura errónea impresionante”, advirtiendo que Gates “no parece comprender las consecuencias de un aumento de 2 o 3 grados en la temperatura global, especialmente para las poblaciones vulnerables que dice querer proteger”.

Gates respondió con firmeza: “¿En qué mundo viven?”, replicó, argumentando que los gobiernos y las fundaciones enfrentan dilemas presupuestarios reales entre financiar programas de salud o proyectos de mitigación. “Este es un juego numérico en un mundo de recursos finitos. No podemos financiar todo al mismo tiempo”.

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El memorándum marca un cambio de tono notable respecto a su libro de 2021, Cómo evitar un desastre climático, donde urgía alcanzar emisiones netas cero antes de 2050 para evitar un calentamiento catastrófico. Aun así, el multimillonario reiteró que mantiene su compromiso: su iniciativa Breakthrough Energy ha invertido más de 2.000 millones de dólares en tecnologías limpias, desde la captura de carbono hasta la energía nuclear avanzada.

Prioridades humanas en un planeta finito

La discusión que ha desatado el memorándum de Gates va más allá de las cifras. Representa una pregunta moral y estratégica: ¿qué debe priorizar el mundo ante recursos limitados y una crisis climática que se intensifica?

Para Gates, centrarse exclusivamente en los grados de calentamiento global es insuficiente si millones de personas aún carecen de acceso a energía, alimentos o atención médica básica. En su visión, el progreso humano no puede medirse en partes por millón de CO₂, sino en calidad de vida.

Sin embargo, los científicos advierten que no hay bienestar posible sin estabilidad climática. Si las temperaturas globales se disparan más allá de los 2 °C, las sequías, los incendios y la pérdida de cosechas podrían revertir décadas de desarrollo. “La prosperidad no sustituye la mitigación; depende de ella”, resumió Hayhoe.

Mientras tanto, la comunidad internacional se prepara para la COP30 en Brasil, donde el enfoque de Gates promete resonar con fuerza. Su insistencia en redefinir las métricas del éxito climático introduce una voz pragmática —o provocadora— en un debate cada vez más polarizado entre quienes defienden la urgencia ecológica y quienes abogan por el realismo económico.

El clima no es una religión, es una ecuación”, concluyó Gates en Caltech. “Y cualquier ecuación tiene variables humanas que no podemos ignorar”.

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