Una bola de fuego ilumina la península ibérica con un brillo superior al de la luna llena

Alberto Noriega     6 noviembre 2025     4 min.
Una bola de fuego ilumina la península ibérica con un brillo superior al de la luna llena

El fenómeno, causado por un fragmento de cometa que entró en la atmósfera a 81.000 km/h, fue registrado por la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (SWEMN)

Una bola de fuego con una luminosidad superior a la de la luna llena sorprendió a miles de personas en la noche del domingo 2 de noviembre, cuando atravesó el cielo del suroeste de Europa a las 20:41 horas. El fenómeno fue visible desde amplias zonas de España y Portugal, y quedó registrado por múltiples observatorios astronómicos del proyecto Smart, dependiente del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

Según el análisis del astrofísico José María Madiedo, investigador del IAA y responsable de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa, el origen del meteoro fue un fragmento de cometa que impactó contra la atmósfera terrestre a una velocidad de 81.000 kilómetros por hora. Al entrar en contacto con el aire a esa velocidad, el material se incandesció por fricción, alcanzando miles de grados centígrados y emitiendo una luz tan intensa que pudo observarse a cientos de kilómetros de distancia.

La trayectoria del bólido comenzó a unos 97 kilómetros de altitud sobre Lousa, en el distrito portugués de Castelo Branco, y avanzó hacia el noroeste hasta desintegrarse a 43 kilómetros de altura sobre Amiozinho, en el distrito de Coimbra. Durante su recorrido, de aproximadamente 80 kilómetros, el meteoro presentó una explosión final al fragmentarse bruscamente, lo que provocó un destello repentino y aún más brillante antes de extinguirse.

Madiedo explicó que este tipo de eventos “nos permiten estudiar la composición de los cuerpos menores del Sistema Solar sin necesidad de enviar sondas”, ya que las cámaras de alta sensibilidad y espectrógrafos del proyecto Smart registran la luz emitida por los materiales durante su desintegración, lo que facilita identificar su origen.

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Un hallazgo registrado por la red Smart del CSIC

El fenómeno fue detectado de forma simultánea por los observatorios del proyecto Smart, ubicados en Huelva, Mazagón, La Hita (Toledo), Calar Alto, Sierra Nevada, La Sagra (Granada) y Sevilla. Esta red de alta tecnología, gestionada por el CSIC, tiene como misión vigilar de manera continua el cielo del suroeste de Europa para estudiar la entrada de meteoros, asteroides y fragmentos de cometas en la atmósfera terrestre.

Cada estación de observación dispone de cámaras de alta sensibilidad, capaces de registrar incluso eventos que pasan inadvertidos al ojo humano. Los datos obtenidos se cruzan automáticamente entre distintos observatorios, permitiendo reconstruir la trayectoria, velocidad y origen orbital del objeto. En este caso, la coincidencia de las mediciones confirmó su procedencia cometaria, diferenciándolo de los meteoroides rocosos típicos de asteroides.

El sistema de la Red SWEMN (South-West Europe Meteor Network), coordinado desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía, se ha convertido en una herramienta esencial para la vigilancia del espacio cercano a la Tierra, contribuyendo tanto a la investigación científica como a la detección temprana de objetos potencialmente peligrosos.

Una ventana científica al origen del Sistema Solar

Las bolas de fuego como la del 2 de noviembre ofrecen información única sobre los procesos de formación planetaria. Los fragmentos cometarios que las originan son restos primitivos del nacimiento del Sistema Solar, y su estudio ayuda a comprender la composición de los materiales que dieron origen a la Tierra y a otros planetas hace más de 4.500 millones de años.

Cada evento de este tipo es una oportunidad para aprender más sobre nuestro propio origen”, explica Madiedo. “Cuando un fragmento de cometa entra en la atmósfera, no solo produce un espectáculo visual: también libera pistas sobre la química del cosmos primitivo”.

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El análisis espectroscópico del bólido permitirá determinar su composición elemental, lo que ayudará a confirmar si pertenece a una corriente meteórica conocida o si se trata de un fragmento aislado. Según el IAA, los resultados preliminares apuntan a una alta proporción de compuestos volátiles, típica de materiales cometarios ricos en carbono.

Además del interés científico, estos eventos refuerzan la importancia de la ciencia ciudadana, ya que decenas de personas lograron grabar la bola de fuego desde distintas zonas de España. Las imágenes enviadas a la red Smart ayudan a triangular la posición y trayectoria del fenómeno, complementando los registros de los observatorios profesionales.

España, un laboratorio natural para la astronomía del cielo profundo

La península ibérica, gracias a su localización geográfica y su red de observatorios, se ha convertido en un punto de referencia para el estudio de meteoros y bólidos. Desde su creación, el proyecto Smart ha registrado miles de eventos luminosos, incluyendo bolas de fuego que han permitido recuperar meteoritos en tierra.

Los investigadores del IAA-CSIC destacan que fenómenos como el del 2 de noviembre ayudan a concienciar sobre la relevancia de la astronomía y la protección del cielo nocturno, especialmente frente a la contaminación lumínica y las interferencias por satélites. “La ciencia y la belleza del cielo están más conectadas de lo que pensamos: cada destello es un recordatorio de que la Tierra sigue recibiendo mensajes del cosmos”, concluyó Madiedo.

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