El cemento verde ya existe, y lo ha diseñado una IA

Alberto Noriega     30 agosto 2025     4 min.
El cemento verde ya existe, y lo ha diseñado una IA

Una IA suiza descubre una nueva fórmula de cemento con menores emisiones. El hallazgo podría transformar la industria más contaminante del planeta.

Un equipo de investigadores en Suiza ha desarrollado una inteligencia artificial capaz de encontrar fórmulas de cemento que reducen drásticamente las emisiones de carbono. La innovación llega en un momento crítico: el cemento genera el 8 % de las emisiones globales y su demanda aumentará un 48 % para 2050. Publicado en Nature, el estudio demuestra que el algoritmo puede sugerir en segundos lo que en laboratorio tardaría años. La industria podría estar ante su herramienta más poderosa para alcanzar sus objetivos climáticos.

El segundo material más usado del planeta

El cemento es responsable de más emisiones que la aviación, y sin embargo, rara vez protagoniza los titulares. Se trata del segundo material más consumido en el mundo después del agua, esencial para levantar ciudades, infraestructuras y sistemas de saneamiento. Pero su producción implica etapas altamente contaminantes, desde la extracción de materia prima hasta el horneado del clínker a temperaturas superiores a los 1.400 °C.

Actualmente, el 99 % del cemento se fabrica bajo una receta estándar que emite enormes cantidades de CO₂, especialmente durante la calcinación de piedra caliza. Esto representa una bomba climática latente: el 8 % de las emisiones globales provienen de esta industria, tres veces más que el sector aéreo. Aun así, se prevé que el consumo crezca un 4,75 % antes de 2030 y un 48 % hacia 2050.

Frente a este reto, la industria ha asumido metas ambiciosas: reducir sus emisiones un 4 % anual hasta 2030 para alinearse con el Acuerdo de París. Pero sin innovaciones disruptivas, esas promesas serían papel mojado.

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Una IA que encuentra recetas en segundos

La respuesta más prometedora viene del laboratorio suizo del Paul Scherrer Institute. Allí, un equipo liderado por la matemática Romana Boiger ha creado un modelo de inteligencia artificial que formula cementos sostenibles 500 veces más rápido que los métodos tradicionales.

El algoritmo no se limita a probar combinaciones al azar: aprende de miles de recetas existentes y predice con precisión cuáles podrían cumplir con los estándares estructurales sin disparar las emisiones. Esto reduce años de experimentación a simples segundos. “Es como tener un recetario digital de cemento ecológico”, asegura Boiger.

El estudio, publicado en junio en Springer Nature, detalla cómo el modelo fue entrenado con datos reales sobre resistencia, durabilidad y emisiones. Además, los investigadores sugieren que la misma IA podría adaptarse a otros parámetros clave, como la resistencia a terremotos o la absorción de humedad, cruciales en regiones vulnerables.

Este avance refleja el papel que jugará la IA no solo en energía o transporte, sino en los materiales con los que se construirá el futuro.

Más allá del algoritmo: otras soluciones verdes

El modelo suizo se suma a otras tecnologías emergentes que apuntan a descarbonizar el cemento desde diferentes frentes. Una de ellas es el cemento de arcilla calcinada y caliza (LC3), que puede reducir hasta un 40 % de las emisiones con solo modificar la proporción de materiales en la mezcla.

Otra aún más ambiciosa es el uso de microalgas para producir piedra caliza artificial. Este enfoque no solo evita emisiones, sino que podría convertir el cemento en un sumidero de carbono, almacenando hasta 250 toneladas de CO₂ en un solo edificio. Un concepto que transforma la narrativa: de emitir a capturar.

Incluso se están probando métodos de reciclaje del cemento mediante hornos eléctricos, cuyo residuo puede reutilizarse en la industria del acero, generando un efecto circular.

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Todas estas estrategias apuntan en una misma dirección: desvincular el crecimiento de la infraestructura del deterioro climático. La IA no sustituye estos enfoques, pero puede acelerar su implementación al identificar fórmulas óptimas en tiempo récord.

El algoritmo bajo el hormigón

La historia del cemento está marcada por la repetición: mismas fórmulas, mismos procesos, mismos daños. Pero la entrada de la inteligencia artificial rompe ese patrón. Si el acero revolucionó la verticalidad de las ciudades en el siglo XX, la IA puede ser el material invisible del urbanismo sostenible del siglo XXI.

El valor del avance suizo no está solo en la nueva receta, sino en el método: una herramienta que puede adaptarse, escalar y evolucionar con las necesidades del planeta. No se trata de un sustituto milagroso, sino de un aliado poderoso para reimaginar lo que damos por hecho: el suelo que pisamos, las columnas que sostienen nuestras casas, los túneles que cruzamos a diario.

La pregunta ya no es si se puede construir sin destruir, sino quiénes tendrán acceso a esta nueva forma de construir. Si los algoritmos verdes se democratizan, la transición ecológica tendrá cimientos más sólidos que nunca. Si se limitan a unos pocos, solo cambiarán las fachadas.

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