Un cráneo de un millón de años en china reescribe la historia de la evolución humana

El cráneo Yunxian 2, de un millón de años, desafía la cronología de la evolución humana y sugiere una separación temprana de linajes.
Un cráneo de entre 940.000 y 1,1 millones de años hallado en China está desafiando las teorías establecidas sobre el origen de los humanos modernos. La pieza fósil, conocida como Yunxian 2, fue excavada en la provincia de Hubei en 1990, pero su estado dañado dificultó la clasificación durante décadas. Ahora, gracias a reconstrucciones digitales avanzadas publicadas en Science, los científicos sugieren que este cráneo no pertenece a Homo erectus, como se pensaba, sino a linajes más cercanos a los Denisovanos y al Homo longi o “Hombre Dragón”. De confirmarse, sería el miembro más antiguo de este grupo, lo que implicaría que la separación entre neandertales, denisovanos y humanos modernos comenzó mucho antes de lo estimado.
Una reconstrucción que cambia paradigmas
El fósil Yunxian 2 había permanecido durante tres décadas como un misterio de la paleoantropología debido a su deformación por la fosilización. Solo con el uso de herramientas digitales en 3D fue posible devolverle su forma original y revelar detalles anatómicos inéditos. Los resultados sorprendieron: el cráneo no coincide con las características típicas de Homo erectus, sino que presenta rasgos más avanzados, vinculados con especies que hasta ahora se creían mucho más recientes en la historia humana.
La investigación sitúa este fósil en un contexto temporal clave: entre 940.000 y 1,1 millones de años atrás. Si pertenece a Homo longi o a un antepasado de los Denisovanos, Yunxian 2 se convertiría en el fósil más antiguo de estas ramas evolutivas, desplazando hacia atrás la cronología de la aparición de humanos de gran capacidad craneal. Esto supone cuestionar el relato lineal que situaba a Homo erectus como el único protagonista de esa época en Asia.
Un nuevo árbol evolutivo humano
El estudio no se limitó a un único fósil. Los autores compararon Yunxian 2 con más de 100 restos humanos procedentes de África, Europa y Asia. El análisis sugiere que los linajes de neandertales, denisovanos y humanos modernos comenzaron a divergir hace más de 1,3 millones de años, es decir, casi el doble de lo que se creía hasta ahora.
Según Chris Stringer, paleoantropólogo del Museo de Historia Natural de Londres y coautor del estudio, “este hallazgo cambia muchas perspectivas porque indica que hace un millón de años nuestros ancestros ya se habían separado en grupos distintos”. De ser cierto, el mapa evolutivo se volvería más intrincado: en lugar de una sucesión ordenada de especies, el pasado humano habría sido un mosaico donde al menos cinco ramas de homínidos de gran cerebro coexistieron durante casi 800.000 años. Esta larga superposición habría permitido múltiples contactos e hibridaciones.
Resolviendo el “muddle in the middle”
Los paleoantropólogos llevan décadas hablando del “muddle in the middle”, una expresión que alude al caos de fósiles encontrados entre 300.000 y un millón de años de antigüedad que no encajan con claridad en ninguna categoría. El caso de Yunxian 2 aporta un marco interpretativo nuevo: si las divergencias ocurrieron mucho antes, entonces muchos de esos fósiles enigmáticos podrían asignarse a las ramas iniciales de los neandertales, los denisovanos o los humanos modernos.
No obstante, no todos los expertos están convencidos. Algunos recuerdan que las cronologías propuestas chocan con los resultados de los análisis genéticos disponibles. Otros advierten que, sin ADN fósil, es difícil corroborar la clasificación, pues los rasgos anatómicos pueden variar dentro de una misma especie. La comunidad científica coincide en que harán falta más evidencias genéticas y nuevos hallazgos fósiles para confirmar este cambio de paradigma.
Hacia una historia humana más compleja
La revisión del cráneo Yunxian 2 no es solo un avance técnico, sino un recordatorio de que la evolución humana no fue un camino lineal, sino un entramado de ramas que se entrelazaron y coexistieron. Este hallazgo refuerza la visión de que Asia jugó un papel crucial en la diversificación de los homínidos, una región que hasta hace poco se consideraba secundaria frente a África y Europa en la narrativa de la evolución.
El debate seguirá abierto, pero la lección es clara: cuanto más retrocedemos en el tiempo, más complejo se vuelve nuestro origen. Si la cronología propuesta se confirma, la humanidad tendrá que aceptar que su historia comenzó antes y de manera más enmarañada de lo que pensábamos. En esa complejidad reside, quizás, la verdadera esencia de lo que nos hace humanos: una herencia compartida de diversidad, mezcla y adaptación constante.
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