Descubren fósil de mamut en la costa de Mississippi durante marea baja

Alberto Noriega     10 mayo 2025     5 min.
Descubren fósil de mamut en la costa de Mississippi durante marea baja

Restos de diente de mamut hallados en la costa de Mississippi revelan paisajes prehistóricos sumergidos desde el fin de la última glaciación.

Un residente del condado de Harrison, en la Costa del Golfo de Mississippi, ha descubierto fragmentos de un diente de mamut colombiano mientras caminaba durante la marea baja. Se trata del primer hallazgo documentado de este tipo en la región, y ofrece evidencia fósil directa de las praderas costeras que existieron hace más de 11,000 años, ahora sumergidas bajo el Mississippi Sound. Los fósiles, confirmados por geólogos estatales, ayudarán a reconstruir el paisaje de la era glacial. El hallazgo ya ha sido incorporado a la colección científica del Museo de Ciencias Naturales del estado.

Una costa que una vez fue sabana

Hace unos 20,000 años, la costa de Mississippi era muy distinta: un vasto paisaje de praderas expuestas donde hoy hay mar. Durante el Último Máximo Glacial, el nivel del mar era unos 120 metros más bajo, dejando al descubierto el fondo marino actual y creando hábitats ideales para grandes herbívoros como el mamut colombiano.

Este entorno no era árido ni uniforme: mezclaba llanuras cubiertas de pasto con corredores boscosos a lo largo de arroyos, en una región que, aunque más fresca que la actual, mantenía un clima templado para la fauna del Pleistoceno. Los mamuts, a diferencia de los mastodontes, eran pastadores estrictos, lo que vincula su presencia directamente a estos ecosistemas desaparecidos.

El descubrimiento del fósil de diente confirma que estas tierras bajas ahora sumergidas no solo fueron transitadas por estos gigantes, sino que ofrecían las condiciones necesarias para su supervivencia. El hallazgo permite a los geólogos inferir con mayor precisión la extensión y biodiversidad de ese antiguo paisaje.

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Un fósil con historia marina

El fósil encontrado por Cole Moody no solo es significativo por su rareza, sino por las marcas que dejó su viaje de la tierra al mar. Tras ser exhumado por corrientes y tormentas, el fragmento de diente fue colonizado por briozoos, percebes, ostras y corales, evidenciando que pasó tiempo bajo el mar antes de reaparecer en la playa.

Esta doble vida fósil—primero terrestre, luego marina—ofrece un registro físico del cambio ambiental que sufrió la región tras el deshielo glacial. Los científicos creen que el diente proviene de suelos de pradera del Pleistoceno, enterrados y conservados bajo el Mississippi Sound, hasta que el oleaje los trajo de vuelta.

Los fragmentos fueron verificados por el Departamento de Calidad Ambiental de Mississippi y trasladados al Museo de Ciencias Naturales del estado. Allí se estudian junto a otros fósiles de la Edad de Hielo para comprender mejor la transformación geológica de la región.

Una rareza en la Costa del Golfo

Este hallazgo es solo el segundo registro confirmado de restos de mamut colombiano en la Costa del Golfo de Mississippi. Lo habitual en la región han sido hallazgos de mastodontes, una especie más adaptada a bosques húmedos y que abunda más en los sedimentos del sur.

La localización costera también es excepcional. Si bien los mamuts son comunes en fósiles de Texas o Florida, en Mississippi su presencia era hasta ahora prácticamente inexistente. Esto convierte al diente de Moody en una pieza clave para expandir la distribución conocida de estos animales.

El descubrimiento no fue casual. Moody, aficionado a la paleontología, exploraba durante la marea baja cuando encontró el fragmento y compartió imágenes en redes especializadas. Fue gracias a la colaboración online y la posterior intervención de expertos que el fósil fue correctamente identificado y preservado.

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Lo que revela el Mississippi Sound

El Mississippi Sound, hoy una extensa zona de aguas poco profundas, fue en su día un corredor terrestre lleno de vida. El ascenso del nivel del mar al final del Pleistoceno, hace unos 11,700 años, transformó ese ecosistema en una llanura sumergida, donde los suelos de pradera quedaron sellados bajo sedimentos marinos.

Hallazgos como el de Harrison son esenciales para comprender cómo era el paisaje antes de la transgresión marina. No solo nos hablan de qué animales vivían allí, sino de cómo y dónde vivían: qué comían, cómo se movían, y qué condiciones necesitaban para prosperar.

Este descubrimiento ofrece una ventana directa al pasado climático y ecológico de la región, en un momento en que la comprensión del cambio climático a largo plazo se vuelve cada vez más urgente. En esencia, revela cómo la tierra y el mar han estado en constante negociación a lo largo de los milenios.

Lo que un diente puede enseñar

El hallazgo de un fragmento fósil durante una caminata costera puede parecer anecdótico, pero su valor científico es inmenso. Este fósil de mamut no solo confirma que estos animales habitaron una región donde no se esperaba encontrarlos, sino que resucita un ecosistema perdido bajo las olas.

Además, ofrece un ejemplo concreto de cómo los cambios climáticos pasados moldearon los paisajes y determinaron qué especies sobrevivían y cuáles no. En una era donde el cambio climático vuelve a modificar costas y ecosistemas, estos vestigios son lecciones materiales de resiliencia, desaparición y transformación.

La Costa del Golfo, usualmente asociada con huracanes, playas y pesca, también fue tierra de gigantes. Y cada nuevo fósil que emerge del Mississippi Sound nos recuerda que bajo cada ola hay una historia enterrada esperando ser contada.

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