Descubren mosquitos en Islandia por primera vez: el cambio climático abre la puerta a nuevas especies
El hallazgo, vinculado al calentamiento global, revela cómo el cambio climático transforma incluso los ecosistemas más fríos del planeta.
Islandia era, hasta este mes, uno de los últimos lugares del planeta sin mosquitos. Solo compartía ese privilegio con la Antártida. Sin embargo, el país nórdico acaba de perder esa singularidad: científicos islandeses han confirmado la presencia de tres ejemplares de mosquito en el norte del país, una señal clara de cómo el aumento de las temperaturas está reconfigurando los límites biológicos de muchas especies.
El descubrimiento fue realizado por Matthías Alfreðsson, entomólogo del Instituto de Ciencias Naturales de Islandia, quien identificó los insectos tras recibirlos de un naturalista aficionado. “Se trata de tres ejemplares de Culiseta annulata —dos hembras y un macho— recogidos en Kiðafell, Kjós, durante una sesión de observación de polillas”, explicó el investigador.
Esta especie es conocida por su resistencia al frío y su capacidad de hibernar en sótanos, establos o refugios, lo que le permitiría sobrevivir al invierno islandés.
El Ártico se calienta cuatro veces más rápido
La llegada de los mosquitos a Islandia no es un hecho aislado. Estudios recientes indican que el Ártico se está calentando a un ritmo cuatro veces superior al resto del planeta, provocando transformaciones profundas en sus ecosistemas.
En 2025, el país ha registrado temperaturas récord, el colapso acelerado de glaciares y la aparición de peces de aguas más cálidas, como el jurel o el caballa, en zonas donde antes no sobrevivían. Estas condiciones, antes impensables, crean hábitats ideales para insectos que dependen de zonas húmedas como marismas, lagos o charcas para reproducirse.

“El cambio climático no solo está derritiendo el hielo; también está expandiendo los límites ecológicos de muchas especies hacia el norte”, señala Alfreðsson. “El caso de los mosquitos es especialmente simbólico, porque se trata de uno de los indicadores más claros del aumento global de las temperaturas.”
Una especie adaptada al frío extremo
El mosquito identificado, Culiseta annulata, es común en Europa del norte y central, pero hasta ahora no había logrado establecerse en Islandia debido a sus inviernos prolongados y secos. Sin embargo, esta especie tolera el frío mejor que la mayoría de los mosquitos conocidos y puede sobrevivir en espacios cerrados durante los meses más duros, reactivándose en primavera.
El hallazgo se produjo gracias a la colaboración de un ciudadano islandés, Björn Hjaltason, quien compartió una fotografía del insecto en el grupo de Facebook Insects in Iceland. “Al anochecer del 16 de octubre vi una mosca extraña en una cinta de vino rojo que uso para atraer insectos. Sospeché enseguida lo que era y la capturé”, relató.
La confirmación oficial del hallazgo marca un punto de inflexión para la comunidad científica del país, que llevaba años advirtiendo de la posibilidad de que los mosquitos se establecieran en Islandia a medida que el clima se volviera más benigno.
De Islandia al mundo: la expansión global de los mosquitos
El caso islandés se suma a una tendencia global preocupante: los mosquitos están colonizando nuevas regiones impulsados por el calentamiento del planeta.
En el Reino Unido, por ejemplo, este mismo año se encontraron huevos del mosquito del dengue (Aedes aegypti), y en el condado de Kent se detectó la presencia del mosquito tigre asiático (Aedes albopictus), una especie invasora capaz de transmitir enfermedades tropicales como dengue, chikungunya y zika.

Según la Organización Mundial de la Salud, más de la mitad de la población mundial ya vive en zonas donde existen mosquitos transmisores de enfermedades, y su expansión hacia latitudes antes templadas amenaza con reintroducir epidemias erradicadas.
Un síntoma de un planeta que cambia
La aparición de mosquitos en Islandia tiene un valor simbólico que trasciende su pequeño número. Hasta hace poco, el país era considerado un refugio climático libre de muchos de los insectos que proliferan en otras regiones del mundo.
Sin embargo, con temperaturas medias cada vez más altas y un aumento de precipitaciones y humedad, las condiciones que antes impedían su supervivencia están desapareciendo.
Los expertos advierten que basta con unos pocos individuos para que una especie logre establecerse si las condiciones son favorables. En este caso, los mosquitos podrían invernar bajo techo y reproducirse en primavera, abriendo la puerta a la formación de una población estable en los próximos años.
Islandia, nuevo laboratorio del cambio climático
El hallazgo confirma lo que los climatólogos llevan tiempo observando: Islandia se ha convertido en un laboratorio natural del calentamiento global.
La rápida transformación de su fauna —desde la aparición de aves migratorias hasta la expansión de especies marinas del sur— muestra cómo el cambio climático no solo derrite el hielo, sino que también reescribe el mapa biológico del planeta.
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