Jardines que se adaptan al clima: las tendencias verdes que marcarán 2026 en Reino Unido

Alberto Noriega     15 diciembre 2025     5 min.
Jardines que se adaptan al clima: las tendencias verdes que marcarán 2026 en Reino Unido

La RHS prevé que en 2026 triunfen los tomates de mesa y las rosas resistentes a la sequía, reflejando la adaptación al cambio climático.

Los ramos de flores podrían empezar a desaparecer de las mesas británicas a partir de 2026. Según las nuevas previsiones de la Royal Horticultural Society (RHS), serán sustituidos por pequeñas macetas de tomates, pimientos o berenjenas comestibles. El cambio refleja una adaptación acelerada de la jardinería doméstica al calentamiento global, la sequía y la escasez de agua. Más que una moda estética, se trata de una respuesta práctica a un clima cada vez más extremo.

Cuando el huerto entra en el salón

La jardinería doméstica está cambiando de lugar y de propósito. Según la RHS, en 2026 crecerá con fuerza el uso de plantas comestibles compactas como elemento decorativo en interiores: tomates de mesa, chiles, pimientos, berenjenas y pepinos en miniatura pasarán a ocupar el espacio que antes pertenecía a los jarrones de flores cortadas.

La clave está en el trabajo de los obtentores vegetales, que han desarrollado variedades enanas capaces de ofrecer una cosecha real sin perder atractivo visual. Estas plantas, además de ornamentales, pueden complementar la compra semanal y proporcionar semanas de producción con un mantenimiento mínimo.

Menos espacio, más rendimiento

Según Guy Barter, jefe de horticultura de la RHS, estas plantas responden a un nuevo perfil de jardinero: personas con poco espacio, poco tiempo y una mayor conciencia climática. “Los pequeños vegetales funcionan bien en alféizares soleados, marcos fríos o cloches, donde no hay sitio para cultivos tradicionales”, explica.

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El mercado ya se está adaptando. Estas variedades se venden como semillas, plantones por correo o pequeñas macetas listas para usar, lo que reduce la barrera de entrada incluso para jardineros novatos. En paralelo, las hierbas aromáticas en maceta siguen creciendo en popularidad: las ventas en tiendas RHS aumentaron un 10% en el último año.

2025, el año del tomate

El auge no es casual. El verano de 2025 fue excepcionalmente cálido y seco, lo que impulsó una subida del 14% en las ventas de tomates. La RHS prevé que esta tendencia continúe en 2026, consolidando al tomate como el símbolo de una jardinería más autosuficiente, resistente y adaptada al clima.

Este giro también tiene un componente cultural: cultivar algo que se puede comer conecta con una idea de seguridad, control y autosuficiencia en un contexto de inflación alimentaria y crisis climática.

Jardinar como acto de adaptación

Lejos de ser una afición aislada, la jardinería se está convirtiendo en una estrategia doméstica de adaptación climática. Plantas más pequeñas requieren menos agua, menos suelo y menos insumos. Y al estar cerca —en una mesa o una ventana—, también cambian la relación cotidiana con los alimentos.

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Rosas que sobreviven al calor extremo

El cambio climático no solo está transformando los huertos, también los jardines ornamentales. Tras una de las primaveras y veranos más secos registrados en Reino Unido, con amplias zonas bajo restricciones de uso de agua, la demanda de plantas tolerantes a la sequía se ha disparado.

Uno de los casos más llamativos es el de las rosas. Tradicionalmente consideradas exigentes, los obtentores están cruzándolas con Rosa persica, una especie originaria de Asia central adaptada a inviernos extremos y veranos abrasadores. Estas nuevas variedades, actualmente en pruebas en RHS Garden Wisley, han mostrado una resistencia excepcional al calor, la sequía y las enfermedades.

Del interior al exterior: plantas “in-and-out”

Otra tendencia emergente es el uso de plantas tradicionalmente de interior como plantas híbridas de interior-exterior. Es el caso de la cinta (spider plant), la tradescantia o la lantana, que han florecido con éxito en exteriores durante el verano.

Este enfoque flexible —plantas que entran y salen según la estación— responde a veranos más largos, secos y calurosos, y permite reutilizar especies ya presentes en los hogares sin necesidad de nuevas compras.

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Reinventar el uso del agua

La escasez hídrica también está impulsando la creatividad. Algunos jardineros están modificando los depósitos de agua de lluvia (water butts) para que liberen el agua lentamente al suelo mediante pequeños orificios, optimizando la infiltración y dejando espacio para futuras lluvias.

En paralelo, la RHS señala el inicio de pruebas con depósitos inteligentes con IA, capaces de vaciarse automáticamente según la previsión meteorológica. El objetivo: reducir el uso de agua potable y maximizar cada episodio de lluvia en un país que, paradójicamente, empieza a enfrentarse al estrés hídrico.

Una horticultura guiada por la ciencia

Las predicciones de la RHS no se basan en intuiciones estéticas. Surgen de la combinación de datos de sus jardines, ferias, servicios de asesoramiento, tendencias comerciales, investigación científica y mejora vegetal. El resultado es un retrato claro: la jardinería británica está entrando en una fase de pragmatismo climático.

El jardín como termómetro del cambio climático

Las tendencias de jardinería para 2026 cuentan una historia más profunda que la elección entre flores o tomates. Revelan cómo el cambio climático está entrando en los espacios más cotidianos, obligando a adaptar hábitos, gustos y prioridades.

El paso de lo ornamental a lo funcional no implica renunciar a la belleza, sino redefinirla. Un tomate en miniatura o una rosa resistente a la sequía no son solo plantas: son símbolos de resiliencia doméstica. En un contexto de calor extremo, restricciones de agua y presión sobre los sistemas alimentarios, el jardín se convierte en un laboratorio de adaptación.

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