Más de 85 expertos califican de “farsa” el informe climático del departamento de energía de Trump

Alberto Noriega     15 septiembre 2025     5 min.
Más de 85 expertos califican de “farsa” el informe climático del departamento de energía de Trump

Más de 85 científicos denuncian que el informe climático de Trump está lleno de errores y sesgos y busca justificar retrocesos regulatorios.

Un grupo de 85 expertos en cambio climático ha publicado un devastador análisis contra el informe del Departamento de Energía (DOE) de la administración Trump. El documento oficial, elaborado por cinco autores seleccionados por su escepticismo climático, minimiza los riesgos del calentamiento global y contiene “errores graves y citas manipuladas”, según los investigadores. La revisión, de 434 páginas, fue escrita en el estilo de los informes del IPCC y denuncia que el DOE ha ignorado la ciencia establecida para respaldar una agenda política. El informe paralelo será remitido durante el periodo de comentarios públicos, que concluye esta semana.

Un informe oficial bajo sospecha

El DOE presentó en julio un estudio que cuestiona la gravedad de la crisis climática. Fue redactado en apenas cuatro meses por cinco investigadores conocidos por su postura contraria al consenso científico: John Christy, Judith Curry, Steven Koonin, Ross McKitrick y Roy Spencer.

Según el DOE, estos autores fueron elegidos por su “rigor y honestidad”, pero la comunidad científica señala que se trata de figuras que llevan años “fabricando incertidumbre” en el debate climático. Además, la selección podría violar una ley de 1972 que exige equilibrio de perspectivas en comités asesores federales.

Cinco personas fueron escogidas a dedo para producir un batiburrillo de datos seleccionados y afirmaciones sin sustento”, denunció Pamela McElwee, de la Universidad Rutgers.

Críticas devastadoras de la comunidad científica

El informe alternativo, firmado por especialistas de más de 40 universidades y centros de investigación, describe el documento del DOE como un “despropósito científico”.

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Entre los problemas señalados figuran:

  • citas selectivas y descontextualizadas, como usar el calor del Dust Bowl de los años 30 en EE. UU. sin considerar el panorama global;

  • errores estadísticos o ausencia total de datos verificables;

  • omisión de investigaciones clave;

  • y un alto nivel de autocitas: un 11% de las referencias fueron trabajos de los propios autores, cinco veces más que en informes del IPCC.

Este informe ridiculiza la ciencia”, declaró Andrew Dessler, de la Universidad Texas A&M. “Se apoya en ideas refutadas hace décadas y en sesgos de confirmación”.

Violaciones de transparencia y ausencia de revisión

El proceso seguido por el DOE también ha generado controversia. Según el análisis independiente, las reuniones se realizaron a puerta cerrada y sin respetar las normas de transparencia que deben regir a los comités federales.

Además, el documento no pasó por revisión por pares, como exigen las directrices de la Oficina de Administración y Presupuesto. Al no hacerlo, contravino incluso un decreto del propio Trump que exigía basar las políticas en ciencia “transparente y libre de conflictos”.

Cuando quedó claro que el DOE no iba a organizar esa revisión, la comunidad científica se organizó en menos de un mes para hacerlo”, explicó Robert Kopp, de la Universidad Rutgers.

Un informe hecho para un fin político

Los críticos coinciden en que el objetivo real del informe no es científico, sino político: proporcionar cobertura para anular la “endangerment finding”, la resolución de 2009 que estableció que los gases de efecto invernadero dañan la salud humana.

Eliminar esa base legal permitiría desmantelar todas las regulaciones federales sobre emisiones contaminantes de vehículos, centrales eléctricas e industrias.

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El DOE ha mostrado que este trabajo no es imparcial, sino una herramienta para respaldar decisiones predeterminadas”, advirtió Christopher Callahan, de la Universidad de Indiana.

La respuesta del gobierno Trump

El secretario de Energía, Chris Wright, defendió el informe como un esfuerzo para “contrarrestar la cancelación de la ciencia” y afirmó que los autores no recibieron instrucciones políticas. Un portavoz del DOE, Ben Dietderich, aseguró que el documento fue revisado internamente por expertos y ahora está abierto a comentarios públicos.

Pero la mayoría de especialistas rechaza esa explicación. “Me sentí obligada a dedicar semanas a corregir un informe gubernamental lleno de datos manipulados”, afirmó Andra Garner, de la Universidad Rowan. “No estaba en mis planes, pero era necesario”.

La ciencia frente a la desinformación

Los científicos recuerdan que los informes climáticos oficiales en EE. UU. y en el mundo suelen implicar a cientos de expertos y años de trabajo, con múltiples rondas de revisión interna y externa. El documento del DOE, en cambio, se redactó en secreto y en pocos meses.

No podemos tomar decisiones legales con base en documentos sin revisar que distorsionan nuestro conocimiento científico”, subrayó Abigail Swann, de la Universidad de Washington.

Más allá del contenido, la polémica refleja la politización de la ciencia climática en Estados Unidos. La administración Trump busca deslegitimar el consenso científico para justificar un retroceso regulatorio en plena crisis ambiental.

El futuro de la política climática en EE. UU.

El informe paralelo de los 85 expertos se incorporará al expediente oficial como parte del proceso de revisión pública. Su impacto real dependerá de si los tribunales o el Congreso deciden frenar el intento de revertir el endangerment finding.

Para la comunidad científica, la batalla trasciende un informe: se trata de defender la credibilidad de la ciencia frente a su manipulación política. “Si ignoramos la evidencia y damos por válidos documentos sesgados, ponemos en riesgo la salud de millones y el futuro climático del planeta”, concluyó Dessler.

En un momento crítico para las políticas ambientales, la polémica confirma que el debate sobre el clima en EE. UU. ya no es solo científico, sino profundamente político.

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