Moeve acelera la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa en Huelva

Alberto Noriega     23 diciembre 2025     5 min.
Moeve acelera la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa en Huelva

Moeve supera el 50% de su planta de biocombustibles 2G en Huelva, una inversión de 1.200 millones clave para la descarbonización.

Moeve, junto a su socio Apical, ha superado el ecuador de la construcción de su planta de biocombustibles de segunda generación (2G) en Palos de la Frontera (Huelva). Con una inversión de 1.200 millones de euros y previsión de entrada en operación en 2026, el proyecto aspira a convertirse en el mayor complejo de este tipo del sur de Europa, reforzando la reindustrialización verde de España y el suministro de combustibles renovables para sectores difíciles de electrificar.

Un megaproyecto industrial para la transición energética

La nueva planta de Moeve en Huelva no es una instalación más dentro del mapa energético español. Se trata de uno de los tres mayores proyectos industriales actualmente en construcción en el país, diseñado para producir hasta 500.000 toneladas anuales de combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO). Con su puesta en marcha, prevista para finales de 2026, la compañía duplicará su capacidad productiva, alcanzando un millón de toneladas al año de biocombustibles avanzados.

El complejo se integra en una estrategia más amplia orientada a producir moléculas verdes esenciales para la descarbonización del transporte aéreo, marítimo y terrestre, así como de otros sectores donde la electrificación directa no es viable a corto plazo. En este sentido, el proyecto refuerza el papel de España —y particularmente de Andalucía— como hub energético del sur de Europa.

Avance de obra y empleo: una reindustrialización tangible

Las obras, iniciadas en febrero de 2024, avanzan a buen ritmo sobre una superficie de 220.000 metros cuadrados, equivalente a más de 30 campos de fútbol. La obra civil ya alcanza el 70% de ejecución, mientras que el montaje de la estructura metálica supera el 30%, cifras que explican por qué la instalación ha superado ya el ecuador de su desarrollo.

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Durante una visita a las obras, el consejero delegado de Moeve, Maarten Wetselaar, subrayó que el proyecto es “un ejemplo claro de la reindustrialización que estamos promoviendo, estimulando la economía local y desarrollando infraestructuras a gran escala para descarbonizar la industria y el transporte pesado en Europa”. Hasta la fecha, cerca de 800 profesionales han participado en la construcción, una cifra que crecerá hasta 2.000 empleos directos e indirectos en las siguientes fases.

El impacto no es solo cuantitativo. Moeve ha puesto en marcha un plan de formación de 53.000 horas, orientado a capacitar a los futuros operarios del complejo y a consolidar talento industrial especializado en energías limpias.

Tecnología avanzada con mínimos impactos ambientales

La planta de Palos de la Frontera ha sido concebida bajo criterios de máxima eficiencia ambiental. Operará con electricidad 100% renovable e incorporará hidrógeno verde como vector energético, lo que permitirá reducir hasta en un 75% las emisiones de CO₂ respecto a instalaciones convencionales de producción de combustibles.

Uno de los aspectos más relevantes es su gestión hídrica. La instalación no consumirá agua dulce, ya que funcionará exclusivamente con aguas recuperadas, apoyándose en una planta de tratamiento de última generación. Esta decisión es especialmente significativa en un contexto de estrés hídrico creciente en el sur de España.

Además, el complejo producirá biogás a partir de residuos, que se utilizará para generar hidrógeno verde tanto para autoconsumo como para suministrar a la industria cercana, reforzando la lógica de economía circular que sustenta todo el proyecto.

Del residuo al combustible: una cadena circular asegurada

El suministro de materia prima está garantizado mediante un acuerdo a largo plazo con Apical, que proporcionará residuos orgánicos como aceites usados de cocina y desechos agrícolas. Esta base de alimentación permite transformar residuos que, de otro modo, tendrían un destino de bajo valor, en combustibles renovables de alta calidad, cerrando el ciclo entre consumo, residuo y energía.

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Según las estimaciones de Moeve, los combustibles producidos en el complejo permitirán evitar la emisión de hasta 3 millones de toneladas de CO₂ al año, una cifra equivalente aproximadamente al 4% de todas las emisiones del transporte por carretera en España. El impacto climático del proyecto, por tanto, trasciende el ámbito local y se proyecta a escala nacional y europea.

Infraestructura estratégica para Europa

En un momento en que la Unión Europea busca garantizar suministro energético limpio, reducir dependencia exterior y cumplir objetivos climáticos, proyectos como el de Moeve en Huelva adquieren una dimensión estratégica. No solo aportan capacidad productiva, sino que consolidan una base industrial capaz de escalar soluciones reales para la transición energética.

Huelva, laboratorio industrial de la transición verde

La planta de biocombustibles 2G de Moeve en Palos de la Frontera representa algo más que una gran inversión. Es la materialización de un cambio de paradigma: industria pesada compatible con objetivos climáticos, empleo cualificado y aprovechamiento inteligente de residuos.

En un escenario donde el transporte aéreo y marítimo siguen siendo grandes emisores, el SAF y el HVO se perfilan como soluciones clave a medio plazo. La capacidad de producirlos a gran escala, con electricidad renovable, hidrógeno verde y sin consumo de agua dulce, sitúa a este complejo entre los más avanzados de Europa.

El reto, a partir de ahora, será garantizar estabilidad regulatoria, acelerar la demanda de combustibles renovables y asegurar que este tipo de proyectos puedan replicarse. Si lo consigue, Huelva no solo albergará el mayor complejo de biocombustibles 2G del sur de Europa, sino que se consolidará como uno de los polos industriales de la transición energética europea, donde la descarbonización deja de ser un concepto abstracto y se convierte en infraestructura real.

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