La OMS del turismo llama a repensar el sector como motor de cambio global

El Día Mundial del Turismo 2025 resalta el lema “Turismo y transformación sostenible”, subrayando su papel en economía, sociedad y medio ambiente.
Este 27 de septiembre el mundo celebra el Día Mundial del Turismo 2025, bajo el lema “Turismo y transformación sostenible”, un recordatorio del potencial de esta industria para impulsar economías, fortalecer sociedades y avanzar en sostenibilidad. La fecha, instaurada por la Organización Mundial del Turismo (OMT) en 1980, coincide con el aniversario de sus estatutos y busca concienciar sobre la importancia de viajar de forma responsable. Con 690 millones de llegadas internacionales en el primer semestre de 2025, un 5% más que en 2024, el sector se reafirma como motor global: representa cerca del 10% del PIB mundial y da empleo a 1 de cada 10 trabajadores. En un contexto de crisis climática y desigualdades, la celebración llama a repensar el turismo como fuerza de transformación positiva.
Un sector que mueve al mundo
El turismo no es solo ocio o desplazamiento: es un pilar estructural de la economía mundial. Desde hace seis décadas, el número de viajes internacionales ha crecido de manera sostenida, con una diversificación que ha permitido a comunidades de todos los continentes integrarse en la cadena de valor global. Según la OMT, el sector representa uno de cada diez empleos en el planeta, y su impacto económico ronda el 10% del PIB global.
La recuperación pospandemia ha consolidado esta tendencia. Solo en los primeros seis meses de 2025 se registraron 690 millones de llegadas internacionales, superando en un 4% los niveles de 2019, antes del COVID-19. Este crecimiento se explica en gran parte por la mejora de la conectividad aérea y el auge de destinos emergentes en regiones como Asia-Pacífico y Oriente Medio.
Más allá de los números, el turismo actúa como un multiplicador: impulsa el comercio, dinamiza el empleo local y preserva patrimonios culturales. Su rol, sin embargo, ya no se mide solo en divisas generadas, sino en su capacidad de convertirse en un catalizador de desarrollo sostenible.
Turismo y transformación sostenible
El lema de este año —“Turismo y transformación sostenible”— refleja la ambición de que el sector sea un motor de cambio estructural. En un mundo marcado por la crisis climática y tensiones geopolíticas, el turismo responsable puede reducir desigualdades, fortalecer comunidades locales y promover innovación.
La OMT insiste en que, gestionado de forma estratégica, el turismo es clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esto implica minimizar su huella ambiental, invertir en energías limpias, impulsar la economía circular en la industria hotelera y garantizar que los beneficios lleguen a las comunidades anfitrionas. El desafío es grande: el sector debe equilibrar el crecimiento con la urgencia de reducir emisiones y proteger ecosistemas frágiles.
La dimensión social también es central. El turismo sostenible fomenta la inclusión laboral de jóvenes y mujeres, el respeto a las culturas locales y la creación de un sentido de identidad compartida. Convertir al turismo en una herramienta de cohesión y equidad significa transformar la manera en que viajamos, consumimos y valoramos el mundo que nos rodea.
Una fecha con propósito global
El 27 de septiembre no fue elegido al azar. Conmemora la aprobación de los Estatutos de la OMT en 1970 y coincide con un momento simbólico: el final de la temporada alta en el hemisferio norte y el inicio en el sur. La jornada pretende recordar que viajar no es un acto aislado, sino un fenómeno con implicaciones sociales, culturales, políticas y económicas.
El Día Mundial del Turismo invita a gobiernos, empresas y viajeros a reflexionar sobre su papel en este engranaje global. Para los Estados, supone una oportunidad de diseñar políticas que incentiven la sostenibilidad. Para el sector privado, de innovar en infraestructuras más verdes y accesibles. Y para los ciudadanos, de optar por prácticas de viaje que reduzcan el impacto ambiental y fortalezcan a las comunidades receptoras.
El turismo, al conectar culturas y personas, tiene la capacidad de derribar prejuicios, tender puentes y reforzar la cooperación internacional. De ahí la insistencia en que cada decisión —desde elegir un vuelo hasta consumir en un mercado local— cuenta en la construcción de un futuro más justo.
Más allá de la estadística
El Día Mundial del Turismo 2025 no debe quedar reducido a cifras récord de llegadas o a discursos institucionales. La verdadera transformación radica en comprender que esta industria puede ser un laboratorio de sostenibilidad global. En un mundo tensionado por conflictos, desigualdades y crisis ambientales, viajar de forma consciente es también un acto político y ético.
El turismo puede ser a la vez una amenaza y una solución: puede contribuir a la gentrificación y la degradación ambiental, o convertirse en una fuerza regenerativa que proteja paisajes y fortalezca comunidades. El futuro dependerá de qué modelo elijamos.
La celebración de este año es un recordatorio: el turismo no solo genera ingresos, sino que también construye narrativas de cooperación, resiliencia y esperanza. Si se gestiona con visión de largo plazo, puede ser uno de los motores más poderosos de transformación sostenible de nuestro tiempo.
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