El petróleo se desploma mientras sanciones dejan varados millones de barriles rusos

Alberto Noriega     19 noviembre 2025     5 min.
El petróleo se desploma mientras sanciones dejan varados millones de barriles rusos

Los precios del petróleo caen por las sanciones de EE.UU. que dejan varados barriles rusos y por un posible acuerdo de paz que liberaría oferta.

Los precios del petróleo cayeron este viernes por tercera sesión consecutiva debido a la entrada en vigor de sanciones estadounidenses contra las principales petroleras rusas. El movimiento, anunciado en Washington, coincide con negociaciones diplomáticas para un posible plan de paz en Ucrania que podría incrementar la oferta mundial. El Brent bajó hasta los 62 dólares y el West Texas Intermediate rondó los 58 dólares. Analistas advierten que el mercado podría enfrentar una sobreoferta significativa en un contexto de demanda débil.

Barriles rusos sin destino y precios en caída

El mercado del petróleo continúa bajo fuerte presión después de que las sanciones de Estados Unidos contra Rosneft y Lukoil, responsables de aproximadamente la mitad de las exportaciones rusas, entraran en vigor tras el plazo fijado para el 21 de noviembre. Las nuevas restricciones, dirigidas a cortar una de las principales fuentes de ingresos del Kremlin, han provocado una reorganización abrupta de los flujos comerciales en Asia y han intensificado un desplome de precios que supera el 16% en lo que va de año.
El Brent se negoció alrededor de 62 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate cayó hasta los 58 dólares, niveles consistentes con un mercado global sobreabastecido. La presión bajista se acentuó cuando datos de la consultora Kpler revelaron que 48 millones de barriles de crudo ruso corren el riesgo de quedar varados en el mar. Este volumen, equivalente a unos 50 buques cisterna, estaba destinado principalmente a China e India, mercados que se han retirado por temor a sanciones secundarias.
Según Warren Patterson, jefe de estrategia de materias primas en ING, “los flujos de exportación rusos se mantienen, pero no están llegando a sus destinos”, lo que complica la logística global y amenaza con saturar la cadena de suministro. Los analistas sostienen que, incluso si Rusia logra redirigir parte de este crudo, el retraso en la entrega está generando un efecto inmediato sobre los precios internacionales.

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Asia cierra filas para evitar sanciones

El impacto de las sanciones se ha intensificado a medida que las principales refinerías estatales chinas, como Sinopec y PetroChina, suspendieron la compra de petróleo procedente de entidades sancionadas. La decisión se interpreta como una señal clara de que Pekín no está dispuesto a arriesgar su acceso a los mercados financieros estadounidenses ni la seguridad de sus cadenas logísticas.
En India, Reliance Industries, propietaria de la enorme refinería de Jamnagar, anunció que dejó de importar crudo ruso desde el 20 de noviembre. La empresa mantenía un acuerdo a largo plazo con Rosneft para comprar alrededor de 500.000 barriles diarios, pero confirmó que desde diciembre toda su producción se basará en crudo no ruso.
La retirada simultánea de compradores clave ha provocado un exceso de barriles sin comprador a nivel global, aumentando la percepción de que el mercado podría enfrentar semanas de presión adicional. Las sanciones han tenido un efecto directo sobre los precios rusos: según el Departamento del Tesoro de EE.UU., el crudo Urals ha caído un 21% desde octubre, situándose en los niveles más bajos desde 2023.
Este escenario complica la estrategia del Kremlin, que durante los últimos dos años había logrado redirigir su petróleo hacia Asia para sortear las sanciones occidentales. Con China e India pausando compras, la capacidad de Rusia para seguir financiando su economía se ve considerablemente debilitada.

Un plan de paz que asusta al mercado

La caída del precio del petróleo se aceleró aún más tras los informes que apuntan a que funcionarios estadounidenses y rusos han redactado una propuesta de paz de 28 puntos que exigiría a Ucrania ceder territorio en el Donbás y renunciar a parte de su armamento pesado. Aunque no hay confirmación oficial, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy señaló que espera hablar con Donald Trump en los próximos días para discutir el plan.
Los mercados interpretaron estos avances diplomáticos como una señal de que las sanciones podrían levantarse antes de lo previsto, liberando potencialmente millones de barriles al mercado global. En un año marcado por un crecimiento de la oferta mundial y un consumo tibio, cualquier incremento adicional amenaza con prolongar un escenario de precios deprimidos.

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El Tesoro estadounidense afirmó que una docena de grandes compradores en India y China han comunicado su intención de pausar entregas de crudo ruso en diciembre, lo que podría generar un “efecto embudo” en los puertos y flotas cisterna. Si la tensión diplomática disminuye y los flujos vuelven a despejarse, el mercado podría enfrentarse a un repunte repentino de oferta, justo cuando la industria intenta contener el superávit.
Analistas como los de ING y S&P Global advierten que cualquier acuerdo de paz parcial podría desencadenar un movimiento brusco en los precios, intensificando la volatilidad y prolongando la presión sobre productores de alto coste.

Un exceso estructural en el mercado del crudo

La situación actual se produce en un contexto en el que la oferta global ha aumentado de manera sostenida, sobre todo en Estados Unidos, Brasil, Canadá y Oriente Medio. A pesar de recortes puntuales de la OPEP+, la producción mundial continúa superando la demanda.
Según distintos informes energéticos, el mercado ha entrado en una fase de sobreoferta estructural, impulsada por un crecimiento económico más lento de lo esperado y por políticas industriales cada vez más centradas en eficiencia energética y electrificación.
El temor de los productores es que la combinación de sanciones, barriles varados y posibles acuerdos de paz genere una tormenta perfecta: un aumento abrupto de la oferta en un mercado ya saturado. En ese escenario, los precios podrían caer por debajo de niveles rentables para muchos productores no convencionales, reconfigurando las estrategias globales y acelerando un ciclo bajista difícil de revertir.

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