Primer vínculo directo entre compañías fósiles y olas de calor letales

Alberto Noriega     19 septiembre 2025     5 min.
Primer vínculo directo entre compañías fósiles y olas de calor letales

Un estudio vincula por primera vez las emisiones de petroleras a olas de calor mortales. Podrían enfrentar juicios y compensaciones millonarias.

Un nuevo estudio científico ha dado un giro radical al debate climático: por primera vez, las emisiones de las mayores petroleras del mundo han sido directamente vinculadas a olas de calor mortales. La investigación, publicada en Nature, demuestra que las emisiones de empresas como ExxonMobil y Saudi Aramco fueron suficientes, por sí solas, para hacer posibles más de 50 episodios extremos de calor que de otro modo habrían sido prácticamente imposibles. El hallazgo supone un “salto adelante” en el terreno legal y abre la puerta a que las grandes compañías fósiles enfrenten compensaciones multimillonarias por los daños causados.

Un vínculo directo con desastres mortales

El estudio analizó 213 olas de calor registradas entre 2000 y 2023 en todos los continentes, utilizando técnicas de atribución que comparan el mundo actual calentado con el escenario previo a la quema masiva de combustibles fósiles. El resultado fue contundente: las emisiones de los 14 mayores productores de petróleo, gas y carbón bastaron para disparar decenas de olas de calor a niveles imposibles sin su contaminación.

ExxonMobil y Saudi Aramco destacan en el informe: sus emisiones hicieron que al menos 51 olas de calor fueran 10.000 veces más probables de lo que habrían sido en un clima estable. Incluso las compañías situadas en la parte baja de la lista tuvieron un impacto significativo, generando hasta 16 olas de calor adicionales cada una.

El efecto no es anecdótico: la intensidad media de estos fenómenos aumentó de 1,4 ºC en la década de 2000 a 2,2 ºC entre 2020 y 2023, según los modelos. El calor abrasador que azotó el noroeste del Pacífico en 2021, con récords históricos en Canadá y Estados Unidos, fue al menos 3 ºC más intenso debido al calentamiento global, provocando cientos de muertes y pérdidas agrícolas masivas.

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Los investigadores recalcan que la situación está subestimada: África y Sudamérica, con carencias de datos meteorológicos y registros incompletos, apenas están representadas. “Los impactos reales son probablemente mucho mayores”, advirtió la climatóloga Friederike Otto, del Imperial College de Londres.

Hacia la rendición de cuentas legal

El potencial de este trabajo no se limita al ámbito académico. Al establecer un vínculo causal claro entre emisiones de compañías concretas y olas de calor específicas, se sientan las bases para futuras demandas judiciales.

“Podemos señalar con el dedo y decir: Aramco hizo esto. ExxonMobil hizo esto”, resumió Cassidy DiPaola, portavoz de la campaña Make Polluters Pay. Los argumentos ya no son generales: se trata de vidas humanas perdidas, cultivos arruinados y comunidades devastadas por decisiones tomadas en consejos de administración.

El informe coincide con un contexto jurídico cada vez más hostil hacia las petroleras. En julio, la Corte Internacional de Justicia advirtió que los Estados y empresas que no eviten daños climáticos podrían verse obligados a pagar compensaciones. En mayo, un tribunal alemán marcó un precedente al reconocer la posible responsabilidad directa de compañías fósiles en daños climáticos. “Aquí está la evidencia que los tribunales estaban esperando”, subrayó DiPaola.

Sin embargo, expertos legales recuerdan que aún quedan obstáculos: qué jurisdicciones son competentes, si las empresas deben responder por las emisiones de sus clientes o si sus décadas de campañas de desinformación serán relevantes en los juicios. “El camino hacia la responsabilidad real sigue lleno de baches legales y probatorios”, señalaron Michael Gerrard y Jessica Wentz, del Sabin Center de la Universidad de Columbia.

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Un debate global sobre justicia climática

Más allá de los tribunales, el estudio alimenta un debate moral y político sobre la responsabilidad histórica de las grandes petroleras. Estas compañías sabían desde los años ochenta que la quema de combustibles fósiles alteraría el clima, pero continuaron expandiendo su negocio mientras financiaban estrategias de lobby y negacionismo.

El impacto humano es devastador: las olas de calor son ya el desastre climático más mortal, responsables de 500.000 muertes cada año en todo el mundo. Además de los fallecimientos directos, agravan crisis agrícolas, incendios forestales y problemas de salud pública.

Los científicos recuerdan que la mitad del aumento de intensidad de estas olas de calor se debe directamente a las emisiones de 180 “carbon majors”, un grupo que incluye a las principales petroleras, gasistas y carboneras del planeta. La otra mitad proviene, sobre todo, de la deforestación masiva.

Ante esta evidencia, voces como la de Sonia Seneviratne, de la Universidad ETH de Zúrich, creen que se abre un nuevo horizonte de justicia climática: “Poder cuantificar cuánto ha contribuido cada compañía puede ser muy útil para establecer responsabilidad y compensaciones”.

El estudio publicado en Nature es un punto de inflexión: ya no se habla de “contribuciones difusas” al cambio climático, sino de empresas concretas que hicieron posibles catástrofes climáticas. La ciencia ha puesto cifras donde antes había intuiciones: decenas de olas de calor mortales no habrían ocurrido sin las emisiones de las grandes petroleras.

La pregunta ya no es si estas compañías tienen responsabilidad, sino cómo y cuándo rendirán cuentas. El precedente judicial está más cerca que nunca, y con él, la posibilidad de que los gigantes fósiles enfrenten compensaciones históricas. Mientras tanto, el mensaje es inequívoco: cada tonelada de carbono emitida hoy multiplica las tragedias de mañana.

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