Solo tres años para evitar el punto de no retorno climático

Un nuevo informe científico advierte que el planeta podría superar el umbral crítico de 1,5 °C en solo tres años si no se reducen las emisiones.
Un nuevo informe internacional, firmado por más de 60 científicos y publicado este mes en Earth System Science Data, advierte que el mundo podría superar el umbral climático de 1,5 °C antes de 2028. La investigación señala que las emisiones récord de gases de efecto invernadero están empujando al planeta hacia un punto de inflexión irreversible más rápido de lo previsto. El documento actualiza los datos del IPCC de 2021 y llega en plena ola de calor histórica en Europa y el Mediterráneo. Si no se toman medidas inmediatas, el presupuesto de carbono restante se agotará en poco más de tres años.
La aceleración del calentamiento global
La nueva evaluación climática indica que el ritmo de calentamiento inducido por el ser humano alcanzó 0,27 °C por década entre 2015 y 2024, la cifra más alta jamás registrada. En 2024, la temperatura media global superó los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, marcando el primer año calendario en rebasar ese umbral crítico.
Aunque El Niño contribuyó al aumento puntual de temperatura, los científicos subrayan que 1,36 °C de ese incremento se debe directamente a la actividad humana. Esto significa que la mayoría del calentamiento global no es coyuntural, sino estructural. La concentración atmosférica de gases de efecto invernadero alcanzó un nuevo récord en 2024, alimentada por una década de emisiones sin freno.
El planeta ya no se equilibra
Uno de los indicadores más alarmantes del informe es el desequilibrio energético de la Tierra (EEI), que mide la diferencia entre el calor que entra al planeta y el que logra salir. Desde 1975, ese desequilibrio se ha duplicado, lo que significa que la Tierra absorbe más energía de la que emite, acelerando el calentamiento de océanos, suelo, atmósfera y hielo.
En 2023 y 2024 se produjo un aumento inesperado y abrupto en ese desequilibrio, que los investigadores aún no logran explicar del todo. Lo que sí saben es que este fenómeno profundiza la crisis climática y eleva el riesgo de alcanzar puntos de no retorno, como el colapso de los hielos polares o el colapso de los ecosistemas marinos.
Tres años de margen antes del colapso
Según los cálculos del IPCC, la humanidad podía emitir hasta 500.000 millones de toneladas de CO₂ desde 2020 para tener un 50% de probabilidad de limitar el calentamiento a 1,5 °C. A ritmo de emisiones actuales, ese presupuesto de carbono se agotará antes de que termine la década, probablemente en 2028.
El informe resalta que en 2024 se mantuvo el nivel más alto de emisiones de la historia, y aunque la tasa de crecimiento parece haber disminuido, no basta para frenar el aumento de temperaturas. Los autores advierten que solo una reducción drástica, rápida y sostenida de las emisiones podría aún evitar lo peor.
El Mediterráneo arde, el planeta avanza al abismo
El nuevo informe llega en un contexto de calor extremo en Europa y temperaturas sin precedentes en el Mar Mediterráneo, cuya superficie alcanzó máximos históricos el 30 de junio de 2025. El cambio climático ya no es una amenaza futura: está alterando el presente de millones de personas, y lo hace con una rapidez que sorprende incluso a los expertos.
Aurélien Ribes, coautor del estudio, destaca que esta actualización “llena el vacío que deja la lenta publicación del IPCC”, cuyo próximo informe no se espera hasta finales de la década. La comunidad científica se está movilizando para ofrecer datos más recientes, más claros y más urgentes.
La década que decide el futuro
Aunque el panorama es sombrío, los autores insisten en que aún hay tiempo si se actúa ahora. Si las emisiones globales comienzan a reducirse de forma sustancial y sostenida, es posible reducir a la mitad el ritmo de calentamiento en los próximos 20 años, evitando los peores escenarios.
Este momento, dicen, es una década crítica: cada elección política, industrial y personal cuenta. El tiempo de los planes a largo plazo terminó. Ahora es el momento de la acción inmediata y coordinada. La pregunta ya no es si el mundo cambiará, sino si estamos dispuestos a cambiarlo nosotros antes de que sea irreversible.
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