El superdeportivo eléctrico de Tesla, otra vez pospuesto: clientes piden reembolsos tras ocho años de espera

Alberto Noriega     11 noviembre 2025     5 min.
El superdeportivo eléctrico de Tesla, otra vez pospuesto: clientes piden reembolsos tras ocho años de espera

Elon Musk retrasa la presentación del nuevo Tesla Roadster al 1 de abril de 2026 y pospone su producción hasta 2027 o 2028.

El superdeportivo eléctrico más prometido y menos visto del mundo vuelve a retrasarse. Elon Musk anunció en la junta anual de accionistas que la presentación del Tesla Roadster de próxima generación tendrá lugar el 1 de abril de 2026, una fecha escogida —según dijo— porque le ofrece “cierta negación plausible” en caso de nuevos retrasos: siempre puede alegar que era una broma del Día de los Inocentes. El comentario, medio irónico medio anticipatorio, resume a la perfección el estado de un vehículo que ha encadenado aplazamientos desde su anuncio inicial en 2017. Musk llegó a prometer hace apenas una semana, en el podcast de Joe Rogan, que el coche se presentaría antes de final de 2025 con una demostración “inolvidable”, pero el calendario no ha tardado en desmentir aquella promesa.

El nuevo plazo empuja la producción hasta 2027 o incluso 2028, lo que significa que los primeros clientes podrían recibir su coche once años después de que el prototipo subiera al escenario. Tesla sostiene que la versión final del Roadster será “muy diferente” de la que el público recuerda, insinuando un rediseño profundo que incluye sistemas derivados de la ingeniería de SpaceX. Musk ha sugerido en varias ocasiones que el vehículo podría incorporar propulsores de gas frío con capacidades de aceleración extrema e, incluso, cierto grado de levitación o salto asistido, una idea que despierta tanto polémica como fascinación.

Las filtraciones internas apuntan a un modelo biplaza con puertas de mariposa, alejándose del diseño de cuatro plazas y líneas más convencionales del prototipo de 2017. La estética y la tecnología parecen evolucionar hacia un superdeportivo puro, orientado a competir —al menos sobre el papel— con la velocidad de los modelos más radicales del mercado. Sin embargo, la competencia ha avanzado mientras Tesla aplazaba decisiones: el Yangwang U9 Xtreme de BYD ya ha alcanzado 308 mph, y el Xiaomi SU7 Ultra o el Rimac Nevera R han fijado nuevos estándares de rendimiento que podrían dejar al Roadster en desventaja incluso antes de nacer.

Roadster Glass Desktop

Clientes frustrados y reservas en retirada tras años de espera

Los retrasos acumulados han generado un creciente malestar entre los titulares de reserva, muchos de los cuales llevan entre siete y ocho años esperando un coche que no llega. Para reservar el Roadster, Tesla exigió depósitos que oscilan entre 50.000 y 250.000 dólares, fondos que la compañía ha mantenido durante años mientras declaraba que el vehículo seguía en “desarrollo de diseño”. En la práctica, los clientes han financiado a Tesla con préstamos sin intereses mientras la empresa centraba recursos en otros proyectos como el Cybertruck, el Optimus o la futura “terra fab” de chips de IA.

La frustración ha alcanzado a figuras muy visibles del sector tecnológico. El CEO de OpenAI, Sam Altman, pidió públicamente un reembolso tras esperar siete años y medio y afirmar que su correo a Tesla había rebotado. Musk aseguró que Altman recibió su dinero en 24 horas, acompañándolo de un comentario mordaz: “Pero eso está en tu naturaleza”. El popular creador de contenido Marques Brownlee también canceló una de sus dos reservas, explicando que recuperar su depósito de 50.000 dólares fue un proceso “más complicado de lo esperado”. Estos casos de alto perfil han amplificado la narrativa de que Tesla no solo ha incumplido plazos reiteradamente, sino que ha ofrecido poca claridad sobre los mecanismos de reembolso y sobre la viabilidad real del proyecto.

El mercado de los superdeportivos eléctricos tampoco ha esperado a Tesla. Mientras el Roadster permanece sin fecha firme, marcas como BYD, Rimac y Xiaomi han logrado hitos que redefinen lo que un supercoche eléctrico es capaz de hacer. El Rimac Nevera ya ostenta múltiples récords de aceleración y el Yangwang U9 Xtreme ha demostrado capacidades de velocidad punta que superan con amplitud los anuncios iniciales de Tesla.

El retraso prolongado del Roadster ha convertido lo que en 2017 parecía un vehículo adelantado a su tiempo en un proyecto cuya relevancia futura dependerá de que Tesla logre entregar algo realmente extraordinario.

Un futuro incierto para el superdeportivo que prometía romper todas las reglas

La historia reciente del Roadster ilustra la tensión entre las ambiciones de Elon Musk y las limitaciones industriales de Tesla. El vehículo que debía simbolizar el dominio de Tesla en la ingeniería eléctrica ha quedado eclipsado por retrasos, falta de transparencia y un mercado que se mueve más rápido de lo que la compañía había previsto. El anuncio de una presentación en abril de 2026 ofrece una fecha tangible, pero el propio Musk admite que podría no cumplirse. Cada año que pasa, el Roadster deja de ser el coche que marcará el futuro y se convierte más en el coche que intenta alcanzar un futuro que ya va por delante.

La pregunta central es si Tesla puede cumplir ahora una promesa que ha redefinido en múltiples ocasiones. Para que el Roadster tenga impacto en 2027 o 2028, necesitará algo más que velocidad: necesitará una combinación radical de ingeniería, autonomía, diseño y espectacularidad que lo sitúe de nuevo en la cima de la conversación pública. Si no lo consigue, la década de espera podría terminar convirtiéndose en un símbolo —no del avance tecnológico de Tesla— sino de sus crecientes dificultades para cumplir sus propios horizontes.

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