Las tortugas marinas verdes dejan de estar en peligro de extinción: una victoria histórica para la conservación
Tras décadas de protección internacional, la tortuga marina verde ha pasado de estar “en peligro” a ser clasificada como de “preocupación menor”.
Las tortugas marinas verdes, antaño al borde de la desaparición, están resurgiendo. Según anunció la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su población mundial ha aumentado lo suficiente como para que su estatus haya sido rebajado de “en peligro” a “de preocupación menor” en la última actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas.
El cambio, basado en una evaluación realizada en diciembre de 2024, representa uno de los mayores éxitos de conservación marina de las últimas décadas. Los censos muestran que la población global de esta especie ha crecido un 28% respecto a los niveles de los años 70 y 80, tras sufrir un colapso de hasta el 67% durante el siglo XX debido a la caza, la pérdida de hábitat y la contaminación.
Esta mejora llega después de décadas de protección coordinada, impulsada por leyes internacionales, cooperación científica y trabajo con comunidades costeras.
Claves del éxito: nidos protegidos y pesca responsable
El informe de la UICN atribuye la recuperación a una estrategia global sostenida: proteger a las hembras durante la puesta y a sus huevos, frenar la recolección ilegal y modificar las prácticas pesqueras para evitar capturas accidentales.
Medidas como los dispositivos excluidores de tortugas en redes de arrastre, la vigilancia de playas de anidación y los programas comunitarios de educación y turismo sostenible han sido decisivos.
El co-presidente del Grupo de Especialistas en Tortugas Marinas de la UICN, Roderic Mast, destacó que este resultado demuestra “lo que la conservación global coordinada puede lograr cuando se mantiene durante décadas”. Para Mast, el siguiente paso es asegurar que los hábitats costeros y marinos que sostienen a las tortugas se mantengan saludables, protegiendo también sus funciones ecológicas.

Desde el WWF, su responsable global de conservación marina, Christine Madden, celebró el avance como “una victoria mayor para la conservación de tortugas marinas”, aunque advirtió que “no es momento de bajar la guardia”: muchas poblaciones locales siguen amenazadas por enredos en redes, sobrepesca y destrucción de playas de anidación.
Una especie que habita en más de 140 países
La tortuga verde (Chelonia mydas) es la segunda más grande de las siete especies de tortugas marinas del planeta. Su distribución es amplísima: anida en más de 80 países y habita aguas templadas y tropicales de unos 140.
Sin embargo, la especie aún enfrenta presiones crecientes: el cambio climático modifica la temperatura de las playas —afectando el sexo de las crías—, la urbanización costera destruye zonas de anidación, y la contaminación plástica pone en riesgo tanto a adultos como a neonatos.
Algunas subpoblaciones, como las de Costa Rica y Hawái, siguen siendo consideradas amenazadas. Si sus números disminuyen, su estatus podría reevaluarse. Aun así, la tendencia global indica que la recuperación es posible cuando las políticas y comunidades actúan a largo plazo.
Un respiro para las tortugas… pero no para la biodiversidad
Pese a este logro, el panorama global sigue siendo alarmante. En la misma actualización, la Lista Roja de la UICN confirmó que la biodiversidad mundial continúa en declive acelerado. De las 172.620 especies evaluadas, 48.646 están amenazadas de extinción.

Los datos muestran que el 61% de las aves del planeta tienen poblaciones en descenso, frente al 44% registrado en 2016. En el Ártico, el rápido deshielo del mar amenaza a focas y otras especies dependientes del hielo. Y seis nuevas especies fueron declaradas oficialmente extintas en 2025, entre ellas el musaraño de la Isla de Navidad, una caracola Conus lugubris y el zarapito fino (Numenius tenuirostris), un ave migratoria.
Estos datos subrayan una contradicción: mientras algunas especies logran recuperarse gracias a décadas de esfuerzo humano, muchas otras siguen desapareciendo a causa de la pérdida de hábitat, el cambio climático y la sobreexplotación.
Un mensaje de esperanza y responsabilidad
La recuperación de las tortugas marinas verdes envía un mensaje contundente: las acciones sostenidas funcionan. Proteger playas, regular la pesca, involucrar a las comunidades locales y cooperar internacionalmente puede revertir la extinción.
Sin embargo, los expertos coinciden en que mantener los logros requiere vigilancia constante. Las tortugas aún son vulnerables a fenómenos extremos, contaminación y explotación incidental. La clave está en no dar por concluido el trabajo, sino usar este éxito como modelo para salvar otras especies en riesgo.
El océano, hogar ancestral de las tortugas, aún enfrenta grandes amenazas, pero su historia demuestra algo esencial: cuando se da a la naturaleza una oportunidad, responde.
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