La Vía Láctea podría estar en un gigantesco vacío de mil millones de años luz

Alberto Noriega     18 julio 2025     4 min.
La Vía Láctea podría estar en un gigantesco vacío de mil millones de años luz

Un nuevo estudio sugiere que la Vía Láctea está dentro de un vacío cósmico masivo, lo que podría explicar la tensión de Hubble en cosmología.

Un equipo de astrofísicos presentó esta semana en la Reunión Nacional de Astronomía una teoría que podría reconfigurar nuestra comprensión del universo: la Vía Láctea estaría inmersa en un vacío cósmico de mil millones de años luz de ancho. La hipótesis se basa en los patrones dejados por las oscilaciones acústicas de bariones, ondas sonoras primordiales que sobreviven congeladas en la estructura actual del cosmos. Este vacío, conocido como Vacío KBC, podría resolver la famosa tensión de Hubble, una de las paradojas más persistentes de la cosmología moderna. El hallazgo sugiere que nuestra posición en el universo está afectando cómo medimos su expansión.

Oscilaciones del universo primitivo

Las oscilaciones acústicas de bariones (BAO) son huellas del Big Bang, ondas de presión que viajaron por el plasma caliente del universo temprano y quedaron congeladas al formarse los primeros átomos. Estas oscilaciones dejaron una huella visible: un exceso de pares de galaxias separadas por unos 490 millones de años luz, lo que funciona como una «regla cósmica» para calcular distancias.

Detectadas por primera vez en 2005, las BAO se han convertido en una herramienta esencial para medir la expansión del universo y la energía oscura. Su patrón proporciona información sobre la composición del cosmos y permite rastrear su evolución a través del tiempo. El nuevo estudio encuentra una anomalía en ese patrón, que podría explicarse si la Vía Láctea se encontrara dentro de un gran vacío local.

Pexels Philippedonn 1169754

El Vacío KBC y sus implicaciones

El llamado Vacío KBC, identificado en 2013, es una región del universo un 20-30% menos densa que el espacio circundante, y podría medir hasta dos mil millones de años luz de diámetro. Nuestra galaxia se encontraría cerca de su centro. A diferencia de vacíos absolutos como el de Boötes, este supervacío contiene galaxias, pero con menor densidad.

La existencia del Vacío KBC podría explicar por qué medimos una constante de Hubble más alta localmente: las galaxias dentro de la subdensidad se expanden con mayor velocidad debido a la atracción gravitacional externa. Esto podría resolver la discrepancia entre las mediciones locales y las del fondo de microondas, sin necesidad de introducir nueva física.

La tensión de Hubble: una crisis latente

La tensión de Hubble se refiere a la diferencia sistemática entre dos métodos de medir la expansión del universo: el valor local, basado en supernovas cercanas, es de unos 73 km/s/Mpc, mientras que el valor derivado del fondo cósmico de microondas es de 67 km/s/Mpc.

Esta diferencia de más de 4 desviaciones estándares ha generado lo que muchos cosmólogos llaman una «crisis». El Vacío KBC podría reconciliar ambos valores si estuviéramos ubicados dentro de él, alterando nuestras mediciones locales. Esto convertiría la tensión en una cuestión de posición, no de teoría.

Pexels Jacub Gomez 447561 1142950

Ecos de un universo asimétrico

Los investigadores señalan que el patrón de flujo a granel observado en nuestro entorno local concuerda con la predicción del Vacío KBC: un movimiento generalizado de galaxias alejándose del centro del vacío. Esta coherencia entre teoría y observación refuerza la hipótesis.

Sin embargo, algunos astrónomos siguen siendo escépticos. El modelo cosmológico estándar ΛCDM no predice vacíos tan grandes de forma común, y aceptar la existencia del KBC implica admitir una asimetría significativa en la distribución del cosmos, algo que desafía el principio cosmólogico de homogeneidad.

Vivimos en una burbuja

Aceptar que la Vía Láctea está dentro de un vacío cósmico implica aceptar que nuestra posición en el universo no es representativa del todo. Esta idea va contra siglos de pensamiento científico que postulaban que la Tierra, el Sol y luego la galaxia ocupaban posiciones comunes. Pero si vivimos en una burbuja de menor densidad, todo lo que medimos está condicionado por esa singularidad local.

Este tipo de hallazgos no solo refinan la cosmología: también la complican. Nos obligan a reexaminar no solo nuestros modelos, sino también nuestras suposiciones epistemológicas sobre cuán neutrales son nuestras observaciones. Puede que, al final, el universo sea más irregular, más peculiar y más dependiente de la perspectiva de lo que jamás imaginamos.

Comentarios cerrados