Adiós a Amazon: Stellantis apuesta todo por Android Automotive

Stellantis cancela su alianza con Amazon y adopta Android Automotive OS, con integración prevista en sus vehículos para 2025.
Stellantis, uno de los mayores fabricantes de automóviles del mundo, ha anunciado que adoptará el sistema operativo Android de Google para el software de sus vehículos, tras cancelar su acuerdo de colaboración con Amazon. La decisión se produce en mayo de 2025, tras tres años de desarrollo fallido del proyecto STLA SmartCockpit. El cambio marca un giro radical en la estrategia digital del grupo, que aspira a generar más de 22.000 millones de dólares anuales en ingresos por software. Aunque la alianza con Amazon queda en pausa, Stellantis seguirá usando Alexa y AWS mientras pone rumbo a la inteligencia artificial de Google.
Fracaso de una cabina «inteligente»
En enero de 2022, Stellantis presentó STLA SmartCockpit como la piedra angular de su estrategia de software y conectividad. Se prometía una experiencia transformadora en la cabina del conductor: interfaces adaptativas, integración con hogares inteligentes, navegación avanzada y comercio electrónico. Pero el ambicioso proyecto se ha cancelado oficialmente tras múltiples retrasos y obstáculos técnicos.
Las causas del colapso son múltiples. La integración del software de Amazon con los sistemas internos de Stellantis resultó mucho más compleja de lo previsto, y la colaboración no logró avanzar con la agilidad necesaria. El modelo de reparto de ingresos, basado en licencias y suscripciones, tampoco cumplió las expectativas. El fracaso no solo afecta a un proyecto, sino que simboliza las dificultades estructurales de los fabricantes tradicionales al competir en la era del coche conectado, especialmente cuando dependen de gigantes tecnológicos con agendas propias.
Google toma el volante
Pese a haber criticado Android Automotive OS en 2022 por ser demasiado exigente, Stellantis ha optado finalmente por apostar por la plataforma de Google. El cambio responde a la necesidad urgente de tener una base estable, ampliamente adoptada y escalable. Android Automotive OS (AAOS) permite una integración nativa con los sistemas del vehículo, lo que se traduce en una experiencia fluida entre hardware, sensores y software.
A diferencia de Android Auto, que requiere un móvil, AAOS funciona directamente desde el sistema del coche. Esto permite que las apps interactúen con funciones como el control del clima, la navegación y el mantenimiento del vehículo, además de ofrecer actualizaciones OTA. La implantación está prevista para 2025, comenzando con modelos seleccionados. Con este movimiento, Stellantis se suma a una lista creciente de fabricantes que integran Android Automotive, como Volvo, Ford y General Motors.
Gemini: el copiloto inteligente
Más allá del sistema operativo, la integración del ecosistema de inteligencia artificial de Google será clave en la estrategia digital de Stellantis. En el horizonte se perfila Gemini, el nuevo modelo de IA multimodal de Google, diseñado para procesar texto, imagen, audio y vídeo en paralelo. Esto abre la puerta a interacciones mucho más inteligentes y personalizadas dentro del vehículo.
Las capacidades de Gemini incluyen razonamiento avanzado, generación de texto en diferentes estilos, análisis de código, y comprensión de imágenes y vídeos en tiempo real. En contexto automotriz, esto podría traducirse en un copiloto digital que no solo responde a comandos de voz, sino que analiza el entorno, sugiere rutas óptimas, detecta riesgos en tiempo real o incluso personaliza la experiencia audiovisual del usuario. Además, con funciones como la compartición de pantalla y herramientas como Canvas o Deep Research, el coche dejaría de ser un mero transporte para convertirse en un espacio de trabajo, entretenimiento y asistencia cognitiva.
El tablero de juego se ha redefinido
La decisión de Stellantis no es solo un cambio tecnológico: es un giro ideológico en la guerra por el coche inteligente. El abandono de Amazon refleja los límites de las integraciones verticales forzadas, mientras que la adopción de Android señala una apuesta por plataformas abiertas pero dominadas por big tech. En este nuevo tablero, el automóvil se convierte en una extensión del ecosistema digital personal del usuario, donde Google quiere reinar como interfaz universal.
El futuro no está solo en vender coches, sino en dominar el flujo de datos, las suscripciones, los algoritmos que deciden qué música suena y qué alertas aparecen en pantalla. Y en ese juego, el software ya no es accesorio: es el motor de una nueva economía automotriz. Stellantis, con todos sus desafíos, parece haber entendido que no basta con competir en diseño o potencia. Hay que competir también en inteligencia.
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