Alphabet compra Intersect por 4.041 millones para asegurar la energía que necesita la IA
Alphabet adquiere Intersect por 4.041 millones de euros para garantizar energía limpia y estable a sus centros de datos de IA.
Alphabet, matriz de Google, anunció este lunes la adquisición de Intersect por 4.750 millones de dólares, en una operación destinada a asegurar el suministro energético de los centros de datos que sostienen la expansión de la inteligencia artificial. El acuerdo, que se cerrará previsiblemente en la primera mitad de 2026, refuerza una tendencia clave en Big Tech: controlar directamente la infraestructura energética como ventaja competitiva.
La energía, el nuevo cuello de botella de la IA
Durante años, la carrera de la inteligencia artificial se midió en modelos, datos y talento. Hoy, el factor limitante es otro: la electricidad.
Alphabet confirmó la compra de Intersect por 4.750 millones de dólares en efectivo, incluyendo la asunción de deuda, con el objetivo explícito de garantizar energía suficiente, fiable y escalable para sus centros de datos. La operación convierte a la energía en un activo estratégico tan crítico como los chips o los algoritmos.
“Intersect nos ayudará a ampliar nuestra capacidad y a operar con mayor agilidad en la construcción de nuevas instalaciones de generación de energía alineadas con la carga de los centros de datos”, afirmó Sundar Pichai, consejero delegado de Alphabet y Google.
El movimiento no es improvisado. Alphabet ya había tomado una participación minoritaria en Intersect en diciembre de 2024, dentro de una ronda de financiación de 800 millones de dólares. La adquisición total consolida una relación diseñada para resolver un problema cada vez más evidente: la red eléctrica tradicional no está preparada para el crecimiento exponencial de la IA.
Colocar energía donde están los datos
Intersect se especializa en un modelo conocido como “colocación energética”: desarrollar plantas de energía renovable directamente junto a centros de datos. Este enfoque reduce la dependencia de la red, minimiza cuellos de botella regulatorios y acelera la puesta en marcha de infraestructuras críticas.
Fundada en 2016 por Sheldon Kimber, Intersect gestiona actualmente activos valorados en unos 4.000 millones de dólares, con proyectos adicionales en construcción por 9.000 millones. Su cartera incluye grandes desarrollos solares, sistemas de almacenamiento con baterías y soluciones híbridas pensadas específicamente para cargas industriales intensivas como los centros de datos.
Uno de los ejemplos más emblemáticos es el proyecto conjunto en Haskell County, Texas, donde Alphabet e Intersect construyen el primer complejo integrado de centro de datos y planta energética compartida. Esta instalación forma parte de una inversión más amplia de 40.000 millones de dólares anunciada por Google en noviembre para levantar tres centros de datos en Texas.
Una demanda eléctrica que se triplica
El contexto explica la urgencia. Según BloombergNEF, los centros de datos consumirán 106 gigavatios de electricidad en 2035, frente a los 40 gigavatios actuales. Gran parte de ese crecimiento vendrá impulsado por modelos de IA generativa, entrenamiento masivo y servicios en tiempo real.
Esta presión está obligando a las grandes tecnológicas a adoptar una estrategia “all of the above”, combinando energías renovables, almacenamiento, contratos a largo plazo e incluso fuentes fósiles de respaldo. Reuters ya ha señalado este giro como una nueva fase en la carrera de la IA, donde la infraestructura pesa tanto como el software.
Para Alphabet, la compra de Intersect no es solo una apuesta verde, sino una decisión de resiliencia operativa. Controlar generación y almacenamiento permite planificar el crecimiento sin depender de redes saturadas o de procesos de interconexión lentos, uno de los grandes frenos actuales al despliegue de centros de datos en EE. UU. y Europa.
Independencia operativa y excepciones clave
Tras el cierre de la operación, Intersect seguirá operando de forma independiente, manteniendo su marca y con Kimber como consejero delegado. No obstante, trabajará estrechamente con el equipo de infraestructura técnica de Google en proyectos existentes y futuros.
Algunos activos quedan fuera del acuerdo. Las operaciones de Intersect en Texas y California se escindirán en una compañía independiente respaldada por TPG Rise Climate, Climate Adaptive Infrastructure y Greenbelt Capital Partners.
La compra de Intersect se convierte así en la segunda mayor adquisición de Alphabet en 2025, solo por detrás de la compra de Wiz por 32.000 millones de dólares anunciada en marzo. El patrón es claro: seguridad y energía, los dos pilares invisibles que sostienen la IA.
Cuando la ventaja competitiva es invisible
La adquisición de Intersect confirma un cambio profundo en la lógica de la industria tecnológica. La inteligencia artificial ya no se decide solo en laboratorios o centros de investigación, sino en subestaciones eléctricas, baterías y permisos de conexión.
Alphabet está apostando por integrar verticalmente su infraestructura energética para evitar que el crecimiento de la IA quede limitado por factores externos. En un escenario donde cada nuevo modelo implica megavatios adicionales de consumo continuo, garantizar energía estable, barata y baja en carbono se convierte en una ventaja estratégica de primer orden.
Este movimiento anticipa una nueva fase del sector: las grandes tecnológicas como actores energéticos de facto, capaces de diseñar, financiar y operar su propio suministro. No es solo una respuesta al cambio climático o a la regulación, sino a una realidad física ineludible: sin electricidad, no hay inteligencia artificial.
En la carrera global por liderar la IA, Alphabet parece haber entendido antes que otros que el futuro no se programa únicamente en código, sino que también se construye en hormigón, paneles solares y redes eléctricas.
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