Apple detiene la versión barata de Vision Pro y apuesta por las gafas inteligentes

Apple cancela el desarrollo de una versión económica del Vision Pro para centrar recursos en sus futuras gafas inteligentes, con el objetivo de competir directamente con las Ray-Ban de Meta en el mercado de wearables impulsados por IA.
Apple ha dado un giro estratégico inesperado: ha detenido el desarrollo de un modelo más barato de su casco de realidad mixta Vision Pro para volcar recursos en sus gafas inteligentes. La compañía busca acelerar el lanzamiento de al menos dos modelos, uno básico y otro con pantalla integrada, para competir con Meta, que domina actualmente el sector con sus Ray-Ban Display. La decisión refleja tanto las dificultades comerciales del Vision Pro como el cambio de rumbo hacia un mercado considerado por muchos como la próxima gran plataforma tecnológica: los wearables impulsados por inteligencia artificial.
La carrera por las gafas inteligentes
Según Bloomberg, Apple informó a sus empleados la semana pasada de que el proyecto N100, destinado a lanzar un Vision Pro más ligero y asequible en 2027, quedaba cancelado. En su lugar, los ingenieros han sido reasignados a trabajar en el desarrollo de gafas inteligentes, que internamente se conocen como proyecto N50 y una segunda versión aún más ambiciosa con pantalla.
El primer modelo, N50, sería similar a las Ray-Ban de Meta: no contará con display propio, sino que funcionará en conexión con el iPhone. Se espera que pueda presentarse en forma de adelanto tan pronto como 2026, con un lanzamiento oficial previsto para 2027.
El segundo modelo, con pantalla integrada, estaba planeado para 2028, pero su calendario se ha acelerado con el objetivo de competir de forma directa con las Ray-Ban Display lanzadas en septiembre por Meta. Estas gafas, con un precio de 799 dólares, incluyen una pantalla en la lente y un sistema de control mediante pulsera neuronal, además de haber alcanzado ya más de 2 millones de unidades vendidas desde 2023, lo que sitúa a Meta con cerca del 60% del mercado.
Un mercado en plena transformación
El movimiento de Apple evidencia el cambio de prioridades en un sector que evoluciona con rapidez. Los cascos de realidad virtual y mixta, como el Vision Pro, siguen siendo productos de nicho: caros, voluminosos y poco atractivos para el público general. En contraste, las gafas inteligentes, más ligeras y con funciones asociadas a la vida diaria, se perfilan como un posible sucesor del smartphone.
Meta no es la única compañía que ha apostado fuerte: Google y Amazon también preparan sus propias propuestas en este terreno. La competencia ha convertido a las gafas inteligentes en el nuevo campo de batalla de la tecnología de consumo.
Apple, que ya marcó un hito con el iPhone en 2007 y los AirPods en 2016, busca ahora repetir la jugada entrando de lleno en la categoría que podría definir la próxima década. Las fuentes citadas señalan que sus futuros modelos integrarán cámaras, micrófonos y altavoces, con un papel central para Siri y las nuevas funciones de inteligencia artificial generativa que la compañía está desarrollando.
Vision Pro: un lanzamiento fallido
El giro también responde a la realidad comercial del Vision Pro, lanzado en febrero de 2024 a un precio de 3.499 dólares. A pesar de la expectación inicial, el dispositivo ha vendido menos de un millón de unidades en Estados Unidos y ha perdido un 25% de sus desarrolladores de aplicaciones en los últimos seis meses.
El proyecto N100 pretendía solucionar esas limitaciones con un modelo más barato y ergonómico, pero Apple concluyó que el esfuerzo no bastaría para convertir el casco en un producto masivo. En cambio, la compañía ve más potencial en las gafas inteligentes, donde la experiencia de usuario puede integrarse de forma más natural en la vida cotidiana y alcanzar a una audiencia mucho más amplia.
El abandono del N100 supone reconocer que el Vision Pro, aunque innovador, no ha logrado ser el nuevo iPhone. La apuesta ahora pasa por dispositivos menos invasivos y más asequibles, capaces de conquistar al gran público.
Una apuesta arriesgada pero estratégica
Los analistas coinciden en que el cambio refleja una reorientación estratégica hacia la inteligencia artificial y la realidad aumentada ligera, áreas donde Apple no puede permitirse quedar rezagada. Meta ha tomado una ventaja considerable con sus gafas Ray-Ban, y Apple necesita reaccionar rápido para no repetir el retraso que sufrió con los altavoces inteligentes frente a Amazon Echo.
“El mercado de cascos sigue siendo limitado. Las gafas con IA, en cambio, pueden convertirse en un accesorio cotidiano como lo fueron los smartphones”, explica Ben Wood, analista de CCS Insight. “Apple reconoce que es allí donde se juega el verdadero futuro de la computación personal”.
La compañía se enfrenta, sin embargo, a retos tecnológicos y regulatorios. El diseño de gafas con pantalla integrada plantea desafíos de miniaturización y consumo energético, mientras que el uso de cámaras y micrófonos en espacios públicos genera dudas sobre privacidad y vigilancia.
Competencia feroz y expectativas de usuarios
Meta, con su alianza con Ray-Ban, ha logrado un equilibrio entre moda y tecnología que Apple tendrá que igualar o superar. El reto no es solo técnico, sino también cultural: conseguir que las gafas sean deseables como accesorio de estilo, además de útiles como dispositivo tecnológico.
Snap, con sus Spectacles, y Amazon, con Echo Frames, también han encontrado nichos, aunque ninguno ha alcanzado la escala de Meta. La entrada de Apple podría dinamizar aún más el mercado, atrayendo tanto a consumidores como a desarrolladores de aplicaciones.
Los usuarios esperan dispositivos que combinen funciones de comunicación, asistencia con IA, navegación y captura de contenido sin sacrificar la comodidad. El desafío será ofrecer todo esto a un precio competitivo y en un diseño atractivo que pueda usarse durante horas.
Fotos: Apple y Meta
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