Apple enfrenta nueva demanda por incumplir orden judicial sobre pagos fuera de la App Store

Apple es demandada por desarrolladores y acusada de violar una orden judicial que exigía permitir pagos externos sin comisiones abusivas.
Apple ha sido demandada nuevamente por desarrolladores de iOS, representados por el bufete Hagens Berman, por violar una orden judicial antimonopolio emitida en 2021. La jueza federal Yvonne Gonzalez Rogers declaró que Apple actuó de forma deliberada al imponer nuevas comisiones para evitar el cumplimiento del fallo. La nueva demanda colectiva busca compensaciones económicas para miles de desarrolladores afectados por estas prácticas. Este caso representa una escalada significativa en los litigios sobre el dominio de Apple en la App Store y sus políticas de pago restrictivas.
Apple declarada en desacato judicial
La jueza federal Yvonne Gonzalez Rogers declaró oficialmente a Apple en desacato al tribunal el 1 de mayo de 2025. El motivo fue su incumplimiento de una orden judicial de 2021 que prohibía restringir a los desarrolladores el uso de plataformas de pago externas.
Según la jueza, Apple violó “intencionalmente” el mandato judicial al implementar una nueva comisión del 27% para pagos fuera de la App Store, lo cual contradice el espíritu del fallo que buscaba frenar sus prácticas anticompetitivas. Este nuevo esquema fue interpretado como una estrategia para seguir cobrando comisiones injustificadas y disuadir a los desarrolladores de ofrecer alternativas de pago.
La gravedad del desacato ha llevado el caso a otra dimensión. Apple ha sido remitida a los fiscales federales para una posible investigación penal, y se enfrenta no solo a sanciones económicas, sino a un escrutinio judicial sin precedentes. La compañía, por su parte, ha declarado que apelará la decisión mientras actualiza sus políticas para adaptarse al nuevo dictamen.
Una demanda con precedentes millonarios
El nuevo litigio está liderado por el bufete Hagens Berman, responsable de haber obtenido un acuerdo de $100 millones en 2022 para desarrolladores afectados por las comisiones de Apple. Esta vez, el objetivo es recuperar ingresos perdidos durante el tiempo en que la empresa estuvo en violación de la orden judicial.
La demanda colectiva, presentada el 2 de mayo de 2025, representa potencialmente a más de 100,000 desarrolladores. El principal demandante es Pure Sweat Basketball, una empresa de desarrollo de apps que afirma haber perdido miles de dólares en ingresos que deberían haber estado exentos de comisiones.
Steve Berman, socio fundador del bufete, acusó a Apple de actuar con cinismo. “Parece que han sido sorprendidos con las manos en la masa”, declaró. La demanda busca compensación por aproximadamente 15 meses de cobros indebidos, en un contexto donde el control de Apple sobre el ecosistema iOS vuelve a estar en el centro del debate antimonopolio.
El núcleo del conflicto: la App Store
El centro de la disputa sigue siendo la política de comisiones de la App Store. Tradicionalmente, Apple cobra un 30% de comisión sobre todas las transacciones dentro de las apps, y un 15% en ciertos programas reducidos. Pero la orden judicial de 2021 permitía a los desarrolladores redirigir a los usuarios hacia sus propias plataformas de pago mediante enlaces visibles en sus aplicaciones.
En lugar de facilitar ese acceso, Apple supuestamente impuso condiciones que hacían impracticable el uso de pagos externos, como la nueva comisión del 27% y una serie de requisitos técnicos para los enlaces, que en la práctica generaban fricción y disuadían su implementación.
La demanda acusa a Apple de bloquear, de facto, las alternativas a su sistema de pagos. Esto afecta de forma directa la rentabilidad de miles de desarrolladores pequeños y medianos, que no cuentan con el margen financiero para absorber tarifas elevadas o enfrentar obstáculos técnicos complejos impuestos por la propia plataforma.
Mercado cerrado, ingresos perdidos
El impacto económico para los desarrolladores es masivo. Con millones de transacciones procesadas mensualmente en la App Store, incluso una pequeña diferencia porcentual en comisiones representa cientos de millones de dólares al año. Apple, sin embargo, ha defendido históricamente su modelo como una garantía de seguridad y simplicidad para los usuarios.
Pero la realidad para los desarrolladores es distinta. Al no poder redirigir libremente a sus propios sistemas de pago, han visto limitado su margen de maniobra y sus ingresos netos. Según Hagens Berman, este escenario contradice directamente la intención de la orden judicial de 2021, que buscaba precisamente abrir el mercado dentro del ecosistema Apple.
Este conflicto reabre un debate de fondo sobre el rol de las grandes plataformas tecnológicas y su poder de control sobre los mercados digitales. En un momento en que Europa y EE.UU. están aprobando nuevas normativas antimonopolio, el caso contra Apple se convierte en un símbolo clave de la lucha por la equidad en la economía de las aplicaciones.
Monopolio o ecosistema: una batalla definitoria
Este nuevo capítulo judicial podría redefinir los límites del poder corporativo en el entorno digital. Apple, defensora de un modelo cerrado y controlado, enfrenta ahora no solo a desarrolladores indignados, sino a un sistema legal que comienza a trazar líneas claras sobre lo que constituye un abuso de posición dominante.
La decisión de declarar a Apple en desacato judicial envía un mensaje potente: ni siquiera la empresa más valiosa del mundo está por encima de la ley. Si bien la compañía ha reaccionado con una apelación y la promesa de revisar sus políticas, la desconfianza entre desarrolladores persiste.
La batalla no es solo legal; es estructural. ¿Puede coexistir un ecosistema cerrado como el de Apple con un mercado competitivo y justo? ¿O estamos ante una transformación inevitable hacia modelos más abiertos, donde los creadores puedan recuperar el control de sus ingresos?
El desenlace de esta demanda podría marcar un precedente global, definiendo cómo se regularán las plataformas tecnológicas en la próxima década. Apple, por ahora, tendrá que responder no solo ante la justicia, sino ante la comunidad de desarrolladores que la ayudó a construir su imperio.
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