Un cable submarino de 300 millones une Ceuta con España

Ceuta inicia su conexión eléctrica con la península a través de un cable submarino que reducirá un 85% sus emisiones y cortará el uso de diésel.
La ciudad autónoma de Ceuta ha iniciado esta semana las obras del primer cable submarino que la conectará con la red eléctrica peninsular. El proyecto, liderado por Red Eléctrica y valorado en 300 millones de euros, busca cortar la dependencia casi total de la ciudad del diésel. Los trabajos comenzaron en La Línea de la Concepción con la participación del buque Giulio Verne y se prevé que el cable llegue a Ceuta entre el 10 y el 15 de septiembre. La interconexión permitirá a Ceuta acceder por primera vez a electricidad limpia y estable desde la península.
Ceuta: del aislamiento eléctrico al siglo XXI
Ceuta genera actualmente el 99,7 % de su electricidad con diésel y el 0,3 % con gas, una situación sin parangón en el resto del Estado español. Esta dependencia no solo implica altos costes económicos y medioambientales, sino también una vulnerabilidad energética estructural. El nuevo cable submarino representa una transformación histórica para la ciudad, integrándola por primera vez en el sistema eléctrico nacional.
Con una inversión de 300 millones de euros, el proyecto busca reducir en 85 % las emisiones locales y ahorrar hasta 30 millones anuales en generación. Según estimaciones de Red Eléctrica, la interconexión permitirá evitar la emisión de 300.000 toneladas de CO₂ cada año, un avance sin precedentes para un territorio que, hasta ahora, funcionaba como una isla energética sin acceso a renovables.
Una obra de ingeniería de alto riesgo
Los trabajos comenzaron desde la costa de La Línea de la Concepción, donde el buque Giulio Verne, operado por la compañía italiana Prysmian, inició el tendido del cable. Este navío es una de las pocas embarcaciones del mundo capaces de realizar operaciones de esta envergadura, con capacidad para instalar cables a profundidades de hasta 1.600 metros.
El tramo entre La Línea y Ceuta recorrerá 58 kilómetros por el lecho marino, alcanzando zonas de hasta 900 metros de profundidad. Para proteger el cable, se utilizará tecnología de perforación direccional horizontal, que evita impactos sobre las playas y zonas de baño al excavar un túnel de un kilómetro desde tierra firme. Red Eléctrica prevé que el primer tramo del cable llegue a la costa ceutí entre el 10 y el 15 de septiembre.
Segunda fase en octubre: conexión doble y estable
Una vez instalado el primer cable, el plan contempla el tendido de un segundo enlace submarino en octubre, lo que permitirá establecer un doble circuito de conexión. Esta redundancia es clave para garantizar un suministro eléctrico estable, seguro y comparable al del resto del territorio peninsular.
Además de mejorar la calidad del servicio, la interconexión facilitará que Ceuta importe energía generada a partir de fuentes renovables, en un contexto en el que la electricidad verde ya representa el 50–60 % del mix peninsular. De este modo, la ciudad no solo abandona el petróleo, sino que entra de lleno en la transición energética española, acelerando su descarbonización con una solución estructural.
El estrecho como corredor eléctrico verde
El cable submarino Ceuta–Península no es solo una obra de ingeniería ambiciosa: es un símbolo. Representa cómo el mar ya no separa, sino que conecta, integrando regiones periféricas en redes energéticas limpias, resilientes y compartidas. En plena era de la electrificación, la autosuficiencia energética ya no pasa por la generación local, sino por la integración inteligente de territorios dispersos.
Este proyecto plantea un modelo replicable para otras islas o zonas aisladas que aún dependen de combustibles fósiles. En el futuro, el Estrecho podría convertirse en un corredor energético de doble dirección, no solo para enviar electricidad a Ceuta, sino también para exportar excedentes renovables del sur peninsular hacia el norte de África, en un nuevo mapa energético post-fósil. Con el cable Ceuta–Península, España no solo une un territorio más a su red eléctrica: acerca su periferia al centro del cambio climático.
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