La carrera hacia la internet cuántica acelera: IBM y Cisco fijan 2039 como meta
IBM y Cisco planean demostrar una red de computadoras cuánticas a gran escala hacia finales de la década de 2030, sentando las bases de la futura internet cuántica.
IBM y Cisco anunciaron este miércoles una colaboración estratégica para construir una red de computadoras cuánticas interconectadas. El proyecto, presentado en un comunicado conjunto, busca establecer la base de una futura internet cuántica capaz de conectar múltiples máquinas criogénicas. La iniciativa involucra nuevos desarrollos en hardware, software y redes. Ambas compañías prevén los primeros prototipos para finales de 2030, con demostraciones iniciales en los próximos cinco años.
Una alianza para escalar la computación cuántica más allá de las máquinas individuales
IBM y Cisco han puesto sobre la mesa uno de los proyectos tecnológicos más ambiciosos de la próxima década: conectar computadoras cuánticas entre sí para formar la primera red cuántica a gran escala. El objetivo último es habilitar cálculos distribuidos entre múltiples procesadores cuánticos, operando simultáneamente en entornos criogénicos separados, lo que constituiría la infraestructura base de una futura internet cuántica global.
Según el anuncio, ambas compañías esperan demostrar una prueba de concepto hacia finales de 2030, capaz de combinar la potencia de varias máquinas cuánticas de IBM en cálculos que involucren decenas o cientos de miles de qubits. Para 2035, el objetivo es aún más ambicioso: resolver problemas con billones de puertas cuánticas distribuidas a través de múltiples computadoras en red, un hito clave para aplicaciones como el diseño avanzado de materiales, la simulación química o el desarrollo de nuevos medicamentos.
“Llevar la computación cuántica a una escala útil no se trata solo de construir máquinas individuales más grandes, sino también de conectarlas”, afirmó Vijoy Pandey, vicepresidente senior de Outshift, la unidad de innovación de Cisco. Con esta colaboración, la compañía de redes asume un papel crucial: desarrollar la infraestructura capaz de transportar información cuántica sin destruirla, una tarea que implica desafíos sin precedentes en telecomunicaciones.
IBM, por su parte, aportará su experiencia en procesadores cuánticos superconductores, que deben mantenerse en criostatos gigantes a temperaturas cercanas al cero absoluto. Las máquinas cuánticas actuales funcionan como unidades aisladas: extremadamente poderosas, pero incapaces de combinar su potencia. La interconexión cuántica promete multiplicar exponencialmente la capacidad de cálculo mediante redes de entrelazamiento.
Este enfoque responde a una realidad ampliamente reconocida en la industria: escalar máquinas cuánticas añadiendo más qubits en un solo dispositivo se vuelve exponencialmente difícil, mientras que una arquitectura distribuida —similar a internet— permitiría construir sistemas modulares, robustos y colaborativos.
Los desafíos críticos hacia la futura internet cuántica
Aunque la visión es clara, los obstáculos técnicos son enormes. Para conectar computadoras cuánticas superconductoras, IBM y Cisco deben resolver uno de los mayores retos de la ingeniería actual: convertir información cuántica en señales transmisibles por fibra óptica sin destruir su coherencia.
Para ello, las compañías están desarrollando transductores microondas-ópticos, dispositivos capaces de transformar qubits de microondas en fotones ópticos sin perder su estado cuántico. IBM planea integrar estos transductores en nuevas unidades de red cuántica, que se conectarán directamente a sus procesadores cuánticos.
Cisco, por su parte, trabaja en un protocolo de software de muy alta velocidad capaz de distribuir entrelazamientos cuánticos entre máquinas remotas con precisión de sub-nanosegundos. Estas capacidades requerirán innovaciones profundas en la gestión del tráfico, la sincronización y la corrección de errores cuánticos a escala de red.
Ambas compañías reconocen que gran parte de esta tecnología aún no existe. Por ello, colaborarán con instituciones académicas y centros de investigación como Fermilab y el Centro de Materiales y Sistemas Cuánticos Superconductores. El desarrollo implicará avances en materiales fotónicos, óptica cuántica, inteligencia de red y arquitecturas híbridas que combinen procesadores clásicos y cuánticos.
El horizonte temporal es largo, pero realista: IBM espera entregar su primera computadora cuántica tolerante a fallos en 2029, un requisito esencial para una red cuántica operativa. A partir de ahí, la interconexión de varias máquinas permitiría ejecutar cálculos distribuidos de complejidad inédita, acercando la era de las aplicaciones cuánticas prácticas.
Una internet cuántica plenamente desarrollada, prevista para finales de la década de 2030, transformaría la forma en que se transmiten datos seguros. La naturaleza cuántica de los fotones permitiría comunicaciones intrínsecamente inviolables, sensores distribuidos ultrasensibles para monitorizar clima, volcanes o actividad sísmica, y redes cuánticas de alto rendimiento capaces de resolver problemas imposibles para la computación clásica.
En paralelo, la alianza entre IBM y Cisco se enmarca en una carrera global donde Alphabet, Microsoft, Amazon y numerosos gobiernos compiten por liderar la infraestructura cuántica. La colaboración señala que la próxima gran batalla tecnológica no será solo por construir el mejor ordenador cuántico, sino por construir la mejor red cuántica.
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