China premia a las empresas que abandonen Nvidia con descuentos de energía del 50%
La medida busca reducir la dependencia de los semiconductores estadounidenses tras las nuevas restricciones de exportación impuestas por EE. UU.
El Gobierno chino ha lanzado su medida más agresiva hasta la fecha para fortalecer su industria de semiconductores: subsidios energéticos del 50% para los centros de datos que empleen procesadores de inteligencia artificial fabricados en China. El plan, confirmado por fuentes oficiales y regionales, busca desacoplar el ecosistema tecnológico nacional de los chips estadounidenses, en particular de Nvidia, cuyos productos permanecen bajo fuertes restricciones de exportación.
Los gobiernos locales de Gansu, Guizhou y Mongolia Interior—zonas donde se concentran los principales polos de computación en la nube—han extendido estos descuentos a Alibaba, ByteDance y Tencent, tres de los mayores conglomerados tecnológicos del país. Las compañías que adopten chips de Huawei o Cambricon podrán beneficiarse de una reducción a la mitad en sus facturas de electricidad, uno de los costos más altos de la operación de centros de datos.
Según fuentes consultadas por Times of India, algunos subsidios son tan amplios que compensan el gasto energético de todo un año, lo que representa una inyección multimillonaria indirecta en favor de las empresas que apoyan la estrategia de autosuficiencia tecnológica impulsada por Pekín.
Los centros que todavía utilizan chips de Nvidia quedan expresamente excluidos del beneficio. La medida responde a la prohibición impuesta en septiembre por el regulador chino de internet, que vetó la compra de procesadores de IA extranjeros tras meses de tensiones con Washington.
De las sanciones de EE. UU. al empuje del nacionalismo tecnológico
El movimiento de Pekín coincide con un endurecimiento de las restricciones estadounidenses. El presidente Donald Trump, en declaraciones del 2 de noviembre, afirmó que los chips de IA Blackwell de Nvidia—los más avanzados del mercado—serán “exclusivos para uso estadounidense”, añadiendo: “No podemos venderlos a China. No podemos venderlos a otras personas.”

La nueva política energética china actúa como respuesta estratégica directa a esta medida. Durante meses, las grandes tecnológicas del país se han visto obligadas a sustituir los chips Nvidia A100 y H100, que antes impulsaban sus modelos de IA generativa, por alternativas domésticas menos eficientes. Este cambio ha provocado un aumento de los costos eléctricos, ya que los chips nacionales requieren más energía para igualar los mismos niveles de procesamiento.
Los descuentos buscan compensar esa brecha de rendimiento y mantener la competitividad del sector nacional mientras la industria de semiconductores local acelera su desarrollo. “Reducir los costos operativos es clave para evitar que el rendimiento energético sea un obstáculo al avance de la IA china”, declaró un analista de Dialogue Earth.
El incentivo también tiene una dimensión política: reafirma el compromiso del Partido Comunista con la independencia tecnológica y envía un mensaje a las multinacionales de que la lealtad a la cadena de suministro china será recompensada con ventajas financieras tangibles.
Los fabricantes de chips chinos ganan tracción
El impulso estatal llega en un momento de crecimiento explosivo para los fabricantes nacionales de semiconductores. La empresa Cambricon, uno de los principales proveedores de procesadores de IA, reportó en la primera mitad de 2025 un aumento de ingresos de 44 veces, alcanzando 2.900 millones de yuanes, impulsada por la fuerte demanda de su línea de chips Siyuan 590.
Por su parte, Huawei continúa consolidando su papel como pilar del ecosistema tecnológico chino. Según estimaciones de JPMorgan, la compañía enviará entre 600.000 y 650.000 chips de IA este año, marcando su regreso al liderazgo en hardware avanzado pese a las sanciones internacionales.
Aun así, la brecha con Nvidia sigue siendo significativa. Los chips domésticos alcanzan actualmente alrededor del 80% del rendimiento del A100 de Nvidia, según expertos del sector. Pero los incentivos del gobierno buscan hacer económicamente viable la adopción de hardware nacional, mientras se sigue invirtiendo en I+D para mejorar su eficiencia. “El objetivo no es igualar el rendimiento mañana, sino crear un ecosistema industrial resiliente, donde las empresas chinas puedan innovar sin depender de componentes extranjeros”, explicó el economista Zhou Zhiwen del Instituto de Ciencia y Tecnología de Shenzhen.

El respaldo estatal también se traduce en una mayor demanda interna garantizada, lo que permite a los fabricantes reinvertir en investigación y producción a gran escala. Con más de 20 nuevos parques industriales de semiconductores planificados para 2026, China busca cerrar el ciclo completo de diseño, fabricación y consumo dentro de sus propias fronteras.
IA nacional, energía barata y un horizonte de autarquía tecnológica
El paquete de subsidios energéticos es solo una pieza dentro de una estrategia nacional más amplia conocida como “IA Hecha en China 2030”. Bajo este plan, el gobierno pretende que al final de la década más del 70% de la infraestructura de IA del país esté basada en hardware nacional.
Las reducciones del 50% en las facturas de electricidad no solo alivian la carga económica de las empresas, sino que también reorientan las inversiones de capital hacia investigación de software, redes neuronales y modelos fundacionales. De este modo, Pekín intenta garantizar que las futuras revoluciones tecnológicas no dependan del acceso a chips extranjeros, especialmente en sectores sensibles como defensa, energía o salud.
Sin embargo, analistas internacionales advierten que esta política puede profundizar la fragmentación tecnológica global, creando bloques paralelos de innovación liderados por Estados Unidos y China. “Estamos viendo una carrera por la soberanía computacional”, afirma Sarah O’Neill, experta en política tecnológica del Council on Foreign Relations. “Y esa carrera no se mide solo en teraflops, sino en control geopolítico sobre quién tiene acceso al poder de cómputo”.
Mientras tanto, los gigantes chinos como Alibaba, Tencent y ByteDance parecen dispuestos a aprovechar cada ventaja. Si la combinación de chips nacionales y energía subsidiada logra sostener su rendimiento, China podría reequilibrar el mapa global de la inteligencia artificial, dejando claro que el futuro del cómputo no solo se construye con silicio, sino con política energética e industrial.
Comentarios cerrados

Prueba Smartgyro Crossover X2 Pro: una fusión de potencia y estilo
¿Caldera de gas o bomba de calor? Descubre cuál es más eficiente y contamina menos
Paneles solares: una inversión rentable y sostenible para el futuro