Google levantará un centro de datos de IA con aplicaciones militares en la remota Isla Christmas
Google instalará un centro de datos de inteligencia artificial en la Isla Christmas tras un acuerdo con el Departamento de Defensa australiano.
Google, subsidiaria de Alphabet, planea construir un centro de datos de inteligencia artificial en la remota Isla Christmas de Australia, como parte del acuerdo de computación en la nube firmado con el Departamento de Defensa australiano en julio de 2025. Los documentos obtenidos por Reuters y entrevistas con funcionarios desvelaron que el complejo tecnológico servirá tanto a usos comerciales como militares, lo que sitúa a esta isla de apenas 52 millas cuadradas en el centro de una nueva arquitectura digital y geopolítica.
La instalación estará ubicada a 220 millas al sur de Indonesia, en un punto considerado crucial para las operaciones de vigilancia y respuesta en el Indo-Pacífico. Expertos en defensa señalan que la Isla Christmas ofrece una plataforma ideal para monitorear la creciente actividad naval de China, especialmente en torno a los estrechos de Sunda, Lombok y Malaca, tres pasos marítimos esenciales para el comercio global y la proyección militar.
La decisión marca un salto significativo en la estrategia digital de Australia, que busca expandir su capacidad de computación avanzada, análisis de datos y autonomía operativa ante un entorno de seguridad regional cada vez más volátil. Google ya ha solicitado permisos ambientales para desplegar un cable submarino que conectará la isla con Darwin, donde se encuentran destacados los marines estadounidenses durante medio año. El cable será instalado por SubCom, proveedor exclusivo de cables submarinos del ejército de EE.UU., conocido por haber conectado previamente la base militar de Diego García.
Infraestructura crítica para la guerra algorítmica
La nueva instalación es vista como un activo de enorme relevancia para las futuras operaciones de mando y control. Bryan Clark, exestratega de la Marina estadounidense y analista del Hudson Institute, subrayó que el centro de datos podría convertirse en un nodo esencial para gestionar sistemas no tripulados, inteligencia en tiempo real y operaciones automáticas de combate.

Clark explicó que la IA está reconfigurando la manera en que los ejércitos del Pacífico –incluidos Australia, EE.UU. y Japón– planifican misiones y coordinan despliegues. Durante recientes juegos de guerra celebrados precisamente en la Isla Christmas, los participantes exploraron escenarios donde la autonomía de drones, sensores marítimos y algoritmos de identificación de amenazas podría decidir el desenlace de un conflicto. En este nuevo paradigma, un centro de datos cercano a los puntos calientes del Indo-Pacífico proporciona ventajas decisivas en latencia, procesamiento de señales y velocidad de decisión.
La isla, cuyo emplazamiento permite un seguimiento de alta precisión sobre la actividad marítima en los estrechos que conectan el océano Índico con el Pacífico, se vuelve así un enclave para la futura guerra algorítmica. Analistas señalan que disponer allí de infraestructura propia, operada bajo contratos con empresas estadounidenses, refuerza el eje Australia–EE.UU.–Reino Unido, consolidado recientemente mediante acuerdos como AUKUS y proyectos de nube militar compartida.
La ampliación del cableado submarino, junto con la construcción de instalaciones reforzadas para computación de alta densidad, sugiere que la instalación no será solo un centro de datos comercial, sino un elemento crítico para las redes de mando, análisis oceánico, comunicaciones seguras y operaciones combinadas entre aliados.
Entre la promesa económica y las dudas locales
La comunidad de la Isla Christmas, formada por unos 1.600 residentes, observa el proyecto con una mezcla de expectativas y cautela. El presidente del Shire local, Steve Pereira, afirmó que los habitantes están analizando las implicaciones del centro de datos antes de otorgar la aprobación final. La isla, conocida mundialmente por la migración de hasta 100 millones de cangrejos rojos, ha sufrido históricamente una falta de oportunidades económicas, mala conectividad y pocos empleos tecnológicos.
Pereira señaló que existe “apoyo condicionado”: los residentes respaldarán el proyecto siempre que genere empleo directo, mejore la infraestructura de telecomunicaciones y se traduzca en beneficios tangibles para la economía local. La instalación podría traer fibra de alta velocidad, nuevos servicios tecnológicos y oportunidades laborales relacionadas con el mantenimiento, seguridad y apoyo logístico.

El centro de datos surge tras la firma de un acuerdo de tres años de computación en la nube entre Google y el ejército australiano en julio, similar al contrato de £400 millones que el Ministerio de Defensa británico firmó con Google Cloud para mejorar el intercambio de inteligencia con Estados Unidos. Ni Google ni el Departamento de Defensa australiano han comentado públicamente sobre el proyecto, lo que ha aumentado las especulaciones sobre su alcance real.
Un proyecto que redefine la geopolítica digital australiana
La posible llegada de un gran centro de datos de inteligencia artificial a la Isla Christmas representa un momento decisivo para Australia. A nivel estratégico, la infraestructura refuerza la arquitectura de defensa y vigilancia del Indo-Pacífico, una región marcada por la rivalidad entre China y Estados Unidos. A nivel tecnológico, introduce un polo de computación avanzada en un territorio históricamente marginal, con el potencial de transformar la economía local y modernizar la conectividad.
Sin embargo, el silencio oficial y la naturaleza dual –comercial y militar– del proyecto alimentan preguntas sobre transparencia, seguridad, control de datos y el impacto ambiental que podría tener la instalación en un ecosistema tan frágil. La presencia de SubCom, los vínculos con el Pentágono y la ubicación estratégica de la isla sugieren que el centro de datos será mucho más que un nodo comercial: podría convertirse en un componente clave en la nueva arquitectura de poder digital del Indo-Pacífico.
A medida que se acerque la aprobación final, la Isla Christmas deberá decidir si apuesta por un futuro tecnológico que promete desarrollo, pero que también la situará en el centro de una red de intereses militares globales. La pregunta, para muchos residentes, no es solo qué puede hacer Google por la isla, sino qué significará vivir sobre un territorio convertido en pieza estratégica de la competencia entre potencias.
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