Una IA de Deepmind reescribe la historia de la Antigua Roma

La IA Aeneas de DeepMind descifra inscripciones romanas antiguas y revela nuevas claves políticas en los textos del emperador Augusto.
Google DeepMind ha desarrollado Aeneas, una inteligencia artificial capaz de descifrar y restaurar textos latinos antiguos, según un estudio publicado hoy en Nature. La herramienta ha analizado la Res Gestae Divi Augusti, la autobiografía imperial de Augusto, identificando paralelismos políticos que pasaron desapercibidos durante siglos. El proyecto fue liderado por investigadores del Reino Unido y Grecia en colaboración con universidades como Cambridge, Oxford y Warwick. La tecnología, al combinar datos textuales y visuales, promete revolucionar el estudio de la historia antigua tal y como lo conocemos.
Una nueva era para los textos antiguos
En lo que muchos consideran un hito para las humanidades digitales, la IA Aeneas ha logrado lo que generaciones de historiadores solo pudieron intuir: detectar patrones ideológicos, temporales y geográficos en inscripciones romanas fragmentarias. Diseñada por Google DeepMind y presentada en la revista Nature, la herramienta combina procesamiento de lenguaje natural con visión computacional para interpretar y reconstruir inscripciones deterioradas, algunas de ellas ilegibles durante siglos.
La prueba más reveladora fue su análisis de la Res Gestae Divi Augusti, una de las inscripciones más emblemáticas de Roma. Este texto, escrito por el propio Augusto y reproducido en todo el Imperio, se consideraba bien estudiado. Sin embargo, Aeneas detectó ecos estilísticos y jurídicos con textos legales romanos, y concluyó que la inscripción no era solo un testimonio autobiográfico, sino una pieza de propaganda cuidadosamente diseñada para legitimar el poder del emperador.
“La forma en que Aeneas ha modelado el debate académico en torno a la datación del texto fue realmente sorprendente”, explicó Thea Sommerschield, historiadora en la Universidad de Nottingham y coautora del estudio. La IA propuso dos intervalos de tiempo plausibles: entre el 10 a.C. y el 1 a.C., y entre el 10 y el 20 d.C., reflejando así la incertidumbre histórica con una aproximación probabilística.
Precisión, velocidad y descubrimiento
Más allá del caso de estudio de Augusto, Aeneas fue validada con más de 176.000 inscripciones latinas, muchas de ellas incompletas o erosionadas. Según los datos del estudio, más del 90% de los epigrafistas que probaron la herramienta la encontraron útil para datar y localizar inscripciones. Aeneas mejora no solo la precisión de sus análisis, sino también la velocidad: lo que antes tomaba semanas de consulta comparativa en bases de datos, ahora se resuelve en minutos.
El sistema detecta pistas ortográficas, estructuras sintácticas y fórmulas lingüísticas comunes en diferentes regiones del Imperio. Para la profesora Alison Cooley, de la Universidad de Warwick, “Aeneas ha sido capaz de identificar indicios ideológicos incrustados en la forma misma del lenguaje”. En otras palabras, la IA no solo transcribe, también interpreta.
Una herramienta que ve más allá del texto
A diferencia de herramientas anteriores, Aeneas no solo analiza texto plano: también procesa imágenes de las inscripciones, combinando contenido textual y visual para reconstruir lo que falta. Esta capacidad multimodal le permite sugerir no solo qué palabra estaba en un fragmento perdido, sino cuántas letras se esperaban allí, e incluso qué forma tendría en piedra. Esto es vital en contextos arqueológicos donde la longitud del hueco y el estilo del grabado son claves para la interpretación correcta.
La IA se entrenó con inscripciones procedentes de diferentes provincias del Imperio Romano, desde Hispania hasta Anatolia, lo que le permite generar inferencias incluso con materiales sin contexto. Esto representa una ventaja inmensa frente al método tradicional de restauración epigráfica, basado en la intuición y la comparación manual con corpus dispersos.
El proyecto, coordinado por Google DeepMind junto a investigadores de las universidades de Oxford, Warwick, Nottingham, Atenas y Cambridge, se presenta como una colaboración entre tecnología de vanguardia y experiencia humanística tradicional. Mary Beard, historiadora de renombre en la Universidad de Cambridge, declaró que Aeneas es “una herramienta transformadora, porque democratiza el acceso a la reconstrucción histórica y reduce el margen de error humano”.
La historia se reescribe con IA
Uno de los aspectos más revolucionarios de Aeneas es su capacidad para modelar la incertidumbre histórica: no entrega una única respuesta, sino que propone un rango de hipótesis con diferentes niveles de probabilidad. Esto representa un cambio de paradigma en las ciencias humanas, tradicionalmente más cualitativas y narrativas.
El sistema no sustituye al historiador, sino que le ofrece nuevas conexiones que antes eran imposibles de detectar por su volumen o complejidad. En cuestión de segundos, puede identificar nombres comunes, patrones regionales de escritura o estructuras retóricas compartidas entre diferentes autores y épocas.
Yannis Assael, científico informático de DeepMind y coautor del estudio, lo resume así: “Esto no es solo un caso de éxito en aprendizaje automático. Es una nueva forma de pensar el pasado”. Aeneas convierte el rompecabezas del pasado romano en un mosaico de datos vivos que hablan con más claridad que nunca.
Comentarios cerrados