La IA de Google derrota al pronóstico climático oficial del gobierno

Alberto Noriega     26 agosto 2025     4 min.
La IA de Google derrota al pronóstico climático oficial del gobierno

Durante el paso del huracán Erin, la tormenta más intensa del Atlántico en 2025, la inteligencia artificial de Google DeepMind superó por primera vez a los modelos meteorológicos clásicos. La herramienta, llamada Weather Lab, anticipó con más precisión el rumbo y la intensidad del ciclón que el propio Centro Nacional de Huracanes de EE. UU. Este avance marca un hito en la colaboración entre Google y la agencia federal, que comenzó en junio. Meteorólogos y científicos ven en este sistema un cambio de paradigma en la predicción de desastres naturales.

La IA acierta donde fallaban los modelos

El huracán Erin se intensificó de categoría 1 a categoría 5 en solo 24 horas, con vientos de hasta 257 km/h, convirtiéndose en uno de los ciclones más violentos desde que se tienen registros en 1851. Esta rapidez sorprendió a los modelos tradicionales, pero no a la IA de Google. Según verificaciones internas, el modelo de DeepMind predijo este salto extremo desde el 12 de agosto, cuatro días antes de que el resto lo considerara posible.

Durante las primeras 72 horas críticas del huracán, el modelo AI ofreció la mejor predicción tanto en trayectoria como en intensidad, superando incluso al pronóstico oficial del Centro Nacional de Huracanes (NHC). Según James Franklin, exjefe del NHC, la IA se mantuvo competitiva frente a los modelos más avanzados durante los cinco días de seguimiento del ciclón, algo sin precedentes para una tecnología que acaba de ser desplegada.

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De horas a segundos: la eficiencia computacional

La gran ventaja del modelo de DeepMind no es solo su precisión, sino su velocidad y eficiencia. Mientras los modelos físicos tradicionales tardan horas en ejecutarse en supercomputadoras resolviendo ecuaciones atmosféricas complejas, Weather Lab genera predicciones de hasta 15 días en menos de un minuto. Esto permite una mayor agilidad ante eventos de rápida evolución.

Mark DeMaria, investigador en la Universidad Estatal de Colorado, afirma que el modelo muestra mejoras del 15 % al 20 % en la predicción de trayectorias respecto a métodos convencionales. Su equipo trabaja directamente con Google para validar los resultados durante la temporada de huracanes de 2025. Para DeMaria, estos sistemas no solo alivian la carga computacional, sino que democratizan el acceso a predicciones meteorológicas de alta calidad.

Entre la promesa y la cautela

A pesar del entusiasmo, los expertos insisten en que aún no es momento de entregar todo el control a la inteligencia artificial. Las IAs están entrenadas con datos históricos, lo que limita su capacidad de anticipar fenómenos nunca antes registrados. Además, pueden pasar por alto detalles temporales cruciales, como el momento exacto en que una tormenta cambia de rumbo y evita impactar zonas pobladas.

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El propio Centro Nacional de Huracanes ha recalcado que sus expertos humanos ofrecieron algunas de las mejores guías durante Erin, lo que evidencia que el juicio meteorológico sigue siendo clave. “Esto es solo una tormenta, pero la IA ha demostrado que puede competir con lo mejor”, concluyó un informe de The Eyewall, un servicio meteorológico especializado en ciclones.

IA meteorológica: ¿revolución o ilusión?

En el fondo, el éxito de DeepMind es una ventana hacia el futuro de la predicción climática, pero no una solución mágica inmediata. La colaboración pionera entre Google y el gobierno estadounidense representa una primera prueba de integración operativa de IA en la meteorología oficial. Y aunque es solo el comienzo, deja claro que la ciencia de datos puede ofrecer herramientas poderosas para anticipar y mitigar desastres naturales.

Pero con cada avance también llegan nuevas responsabilidades: ¿quién valida una predicción cuando la IA contradice al experto humano? ¿Cómo se comunica al público un riesgo basado en modelos que no pueden explicarse con ecuaciones conocidas? Estas preguntas marcan los dilemas éticos y operativos que vendrán. Si la IA puede prever un huracán antes que nadie, ¿estaremos listos para confiar en ella cuando esté en juego la evacuación de millones de personas? La carrera por responder ya ha comenzado, y Erin ha sido solo el primer examen.

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