Indra conecta Europa con el primer 5g satelital para emergencias

Indra lanza un sistema híbrido tierra-satélite 5G para emergencias en la UE, con pilotos junto a Cruz Roja y Open Arms.
Indra ha iniciado el despliegue de su sistema de comunicaciones satelitales 5G dentro del proyecto europeo 5G-HUB, coordinado por la Universidad de Siena. La iniciativa, financiada por Horizon Europe, busca garantizar conectividad crítica en emergencias como terremotos, tsunamis o rescates marítimos. España e Italia serán escenarios de las primeras pruebas piloto, junto a la Cruz Roja Italiana y la ONG Open Arms. La compañía consolida así su liderazgo en el sector espacial, en plena operación para adquirir el 90% de Hispasat.
Conectividad ininterrumpida en catástrofes
El nuevo sistema de Indra representa uno de los primeros despliegues europeos de 5G híbrido tierra-satélite, una tecnología diseñada para mantener la comunicación activa incluso cuando las infraestructuras tradicionales quedan destruidas. La red se adapta automáticamente entre cobertura terrestre y satelital, lo que asegura el flujo continuo de datos, imágenes y vídeo en situaciones extremas. Esta característica es crucial para operaciones de rescate, donde cada segundo puede marcar la diferencia entre salvar o perder vidas.
Según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, más del 70% de los desastres naturales ocurridos en la última década provocaron interrupciones graves de comunicación, lo que retrasó la llegada de ayuda en promedio entre 24 y 48 horas. La solución de Indra apunta directamente a reducir esa brecha temporal crítica.
Gestión automatizada de recursos
Otro aspecto innovador es la gestión dinámica de recursos: la plataforma prioriza cada solicitud en función de su nivel de urgencia. Si un hospital de campaña requiere telemedicina, se le asigna automáticamente más ancho de banda que a un envío de datos secundarios. Este modelo de asignación inteligente maximiza la eficiencia de las comunicaciones y convierte al sistema en una herramienta estratégica para la protección civil y la seguridad europea.
El proyecto 5G-HUB, además, no se limita al ámbito tecnológico. Sus impulsores subrayan que se trata de un cambio de paradigma en la gobernanza de emergencias, donde la coordinación multinacional y la interoperabilidad resultan tan relevantes como la propia infraestructura.
Ensayos en condiciones reales
El sistema será puesto a prueba en dos escenarios piloto. El primero, en Italia, recreará un desastre climático a gran escala junto a la Cruz Roja Italiana, donde las redes terrestres quedarán inoperativas para simular un apagón total de comunicaciones. El segundo, en el Mediterráneo, equipará a un barco de la ONG Open Arms con un terminal satelital de nueva generación.
Esta segunda prueba permitirá validar funciones críticas como telemedicina en alta mar, transmisión en directo de imágenes captadas por drones y coordinación en tiempo real con tierra. Para una ONG que ha rescatado a más de 60.000 personas desde 2015, esta tecnología no es un avance técnico abstracto, sino una herramienta tangible para salvar vidas en uno de los corredores migratorios más peligrosos del mundo.
Indra se consolida en la carrera espacial
La apuesta de Indra por el 5G satelital encaja dentro de una estrategia más amplia: convertirse en un referente de la nueva economía espacial europea. La compañía ha creado la división Indra Espacio, que integrará a Hispasat, su filial militar Hisdesat y los activos de Deimos. Esta estructura reforzará su capacidad para abordar desde el diseño de satélites hasta su gestión operativa, cubriendo toda la cadena de valor.
La compra del 90% de Hispasat, valorada en 725 millones de euros y acordada con Redeia, es uno de los movimientos más ambiciosos en el sector espacial europeo de la última década. Con esta operación, Indra no solo se asegura el control de un operador clave, sino que se posiciona frente a gigantes como Airbus o Thales en un mercado donde el acceso independiente al espacio se ha convertido en prioridad geopolítica.
Seguridad estratégica europea
El contexto internacional explica esta apuesta. La guerra en Ucrania evidenció la vulnerabilidad de las comunicaciones civiles y militares frente a ataques cibernéticos o bombardeos de infraestructuras críticas. Sistemas como Starlink han mostrado la importancia del espacio en la defensa, y Europa no quiere depender exclusivamente de proveedores externos. Indra busca cubrir ese vacío, ofreciendo tecnología soberana y controlada desde la Unión Europea.
Además, la compañía participa en programas clave como Galileo (el GPS europeo) y Copernicus (observación de la Tierra), lo que refuerza su papel como socio tecnológico de Bruselas. El despliegue del 5G satelital es, en este sentido, un paso más en un plan integral de autonomía estratégica.
Innovación con impacto social
Más allá de la dimensión geopolítica, Indra insiste en el impacto social de esta tecnología. Con el aumento de catástrofes climáticas y el incremento de migraciones forzadas, garantizar la conectividad en emergencias se convierte en una cuestión de derechos humanos. La combinación de telemedicina, coordinación logística y comunicación ininterrumpida puede transformar la respuesta humanitaria en escenarios que hasta ahora eran prácticamente inaccesibles.
Más allá de la cobertura
El despliegue del 5G satelital por parte de Indra no debe verse únicamente como un avance técnico, sino como una señal de hacia dónde se dirige Europa en materia de soberanía digital y seguridad. La verdadera innovación no reside solo en conectar zonas remotas o mantener viva la señal durante un desastre, sino en cómo esa conectividad redefine la relación entre tecnología, sociedad y poder geopolítico.
Si Europa logra consolidar un ecosistema espacial autónomo, podrá responder a emergencias con más rapidez, pero también depender menos de actores externos que, como se ha visto, pueden condicionar la seguridad de regiones enteras. Indra, al situarse en el centro de esta estrategia, apunta a convertirse en un pilar de la infraestructura crítica del continente.
El reto, sin embargo, será garantizar que estos avances no queden restringidos a la lógica militar o empresarial, sino que se traduzcan en un acceso real para quienes más lo necesitan: los equipos de rescate, las ONG y, sobre todo, las comunidades afectadas por las crisis climáticas y humanitarias que marcarán el futuro. La cobertura ya no es solo un servicio: es una línea de vida.
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