Jeff Bezos y Nvidia apuestan 405 millones por cerebros robóticos

FieldAI recauda $405 millones para crear cerebros robóticos universales que funcionen en múltiples industrias. Nvidia y Bezos entre los inversores.
FieldAI, la ambiciosa startup que desarrolla modelos de IA general para robots, ha recaudado $405 millones en agosto de 2025 con el respaldo de Bezos Expedition, Prysm y Nvidia. La empresa busca construir “cerebros robóticos universales” capaces de adaptarse a tareas y entornos cambiantes sin reprogramación. La nueva financiación valora la compañía en $2 mil millones y la posiciona como líder en inteligencia robótica adaptable. Su tecnología promete transformar sectores clave como la manufactura, logística y salud.
La mayor ronda del año en IA robótica
La ronda de $405 millones sitúa a FieldAI en el podio de las startups mejor financiadas de 2025 en el sector robótico. Esta financiación se estructuró en varias fases, pero la porción más reciente —de $314 millones solo en agosto— convirtió a FieldAI en uno de los nombres más mencionados entre inversores de inteligencia artificial. La cantidad supera ampliamente lo que muchas empresas logran en rondas Serie A completas.
Según TechCrunch, esta nueva inyección de capital representa un salto exponencial respecto a los $91 millones que FieldAI había recaudado hasta 2024, lo que evidencia una rápida maduración del proyecto y una confianza renovada por parte de inversores institucionales. El dinero no solo permitirá el crecimiento interno de la compañía, sino que acelera su despliegue comercial y sus capacidades de investigación, en un campo que se vuelve más competitivo por día.
Una arquitectura para todos los robots
El objetivo de FieldAI es crear una plataforma unificada de IA que funcione como el «cerebro» de cualquier tipo de robot, sin importar la industria o su aplicación específica. Su tecnología se basa en modelos fundamentales (foundation models), similares en filosofía a los grandes modelos de lenguaje, pero diseñados para controlar percepción, movimiento y toma de decisiones físicas.
Esto supone un cambio de paradigma respecto al desarrollo tradicional de software robótico, que ha sido hasta ahora altamente especializado y fragmentado por sector y hardware. En contraste, FieldAI busca construir una inteligencia adaptable y transferible, que pueda operar desde brazos robóticos en fábricas hasta asistentes personales o drones autónomos. La promesa: robots que aprenden y se ajustan a nuevos entornos sin tener que ser reprogramados desde cero.
Nvidia y Bezos apuestan por la IA robótica
La magnitud de la inversión se explica, en parte, por el calibre de los inversores implicados. La ronda fue co-liderada por Bezos Expedition (el fondo personal del fundador de Amazon) y Prysm, y contó con la participación clave de Nvidia, cuyo interés en IA robótica ha crecido conforme su hardware se vuelve esencial para estos sistemas.
La entrada de Nvidia refuerza la relación entre el avance de la robótica y la infraestructura computacional especializada, especialmente en entrenamiento y despliegue de modelos grandes en entornos físicos. La participación de Jeff Bezos también sugiere un interés estratégico en la automatización avanzada como extensión de la logística y el comercio, sectores donde Amazon ha liderado históricamente.
Con una valoración post-dinero de $2 mil millones, FieldAI se posiciona como una de las startups más valiosas del sector, a la altura de empresas como Covariant o Intrinsic (de Alphabet). Su tecnología podría ser decisiva en la carrera por crear una inteligencia robótica estándar que, como Android o Windows, funcione en miles de dispositivos distintos.
De la industria pesada al hogar
La versatilidad del modelo de FieldAI abre la puerta a aplicaciones que van desde la manufactura y la logística hasta la asistencia médica o la robótica de consumo. Su arquitectura modular promete reducir los tiempos de despliegue, los costes de integración y las barreras de entrada para compañías que hasta ahora no podían permitirse sistemas robóticos sofisticados.
Además, al permitir que un mismo cerebro robótico pueda adaptarse a distintas tareas, el mantenimiento, la evolución y la escalabilidad de las soluciones robóticas podrían transformarse radicalmente. Esto acelera la transición hacia un mercado de robótica más accesible, interoperable y centrado en software, donde el mismo modelo de IA pueda gobernar desde un robot de limpieza hasta uno quirúrgico.
El cerebro común del mundo físico
La apuesta de FieldAI encierra una ambición que va más allá de la robótica: crear una capa de inteligencia universal para el mundo físico, análoga a lo que los modelos de lenguaje han hecho en el ámbito digital. Mientras que OpenAI, Google o Anthropic han dominado la conversación sobre IA conversacional, la carrera por la IA encarnada —aquella que mueve, ve, decide y actúa en entornos reales— apenas comienza.
Y en esa carrera, FieldAI podría ser quien siente las bases del “sistema operativo del cuerpo robótico”. Si logran consolidar esta arquitectura universal, su impacto sería tan profundo como el de Android en la telefonía móvil o TensorFlow en el machine learning. Un modelo que entienda no solo cómo hablar, sino cómo sostener, construir o incluso cuidar.
La próxima revolución industrial no vendrá de nuevos materiales, sino de cerebros artificiales capaces de adaptarse sin que nadie los reprograme. Y según los gigantes que han apostado por FieldAI, ese futuro ya está siendo ensamblado.
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