Meta impulsa la carrera por la IA con una operación financiera sin precedentes de 30.000 millones de dólares

Meta ha cerrado una financiación récord de 30.000 millones de dólares para su nuevo centro de datos de inteligencia artificial en Luisiana, la mayor operación privada de capital de la historia.
Meta Platforms, matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha cerrado una financiación sin precedentes de 30.000 millones de dólares para construir su nuevo centro de datos de inteligencia artificial en el condado rural de Richland Parish (Luisiana). La operación, finalizada el jueves, marca la mayor transacción privada de capital registrada en la historia, según fuentes financieras de Bloomberg y Reuters.
El acuerdo se concretó mediante la emisión de bonos en formato 144A, con Pacific Investment Management Co. (PIMCO) como principal financiador y Morgan Stanley como entidad estructuradora. Meta se asoció además con Blue Owl Capital, conservando únicamente un 20 % de la propiedad del complejo, denominado Hyperion.
La estructura del acuerdo combina 27.000 millones de dólares en deuda y 2.500 millones en capital, canalizados a través de una sociedad vehículo de propósito especial (SPV), una fórmula cada vez más empleada por las grandes tecnológicas para financiar megaproyectos sin sobrecargar sus balances.
La agencia S&P Global Ratings otorgó una calificación A+ con grado de inversión a los valores emitidos, con vencimiento en 2049 y un tipo de interés de 225 puntos básicos sobre los bonos del Tesoro estadounidense.
Ingeniería financiera para impulsar la infraestructura de IA
La compleja estructura financiera permite a Meta desarrollar infraestructura de inteligencia artificial de última generación sin añadir deuda significativa a su balance general, un movimiento que refleja una tendencia creciente entre los gigantes tecnológicos.
En virtud del acuerdo, la SPV será propietaria del activo, mientras Meta actuará como desarrollador, operador y único inquilino del centro, asegurando el control operativo completo del proyecto. El megacomplejo Hyperion se construirá en varias fases hasta 2029 y se convertirá en la instalación más grande de Meta en todo el mundo.
El centro ocupará una superficie de más de 370.000 metros cuadrados (4 millones de pies cuadrados) y tendrá capacidad para consumir hasta 5 gigavatios de potencia, equivalente al uso energético de unos 4 millones de hogares estadounidenses.
El estado de Luisiana ofreció importantes incentivos fiscales para atraer el proyecto, incluyendo exenciones de hasta el 80 % en el impuesto de propiedad, siempre que Meta cumpla con los objetivos de creación de empleo y desarrollo local.
“Este es un paso transformador para Luisiana y para el futuro de la inteligencia artificial en Estados Unidos”, afirmó Phil Strickland, portavoz del Departamento de Desarrollo Económico estatal. “El proyecto Hyperion convertirá al estado en un nodo crítico para la infraestructura digital global y generará miles de empleos directos e indirectos”.
La carrera global por el poder computacional
La operación se produce en un contexto de inversión sin precedentes en infraestructura de IA. Según estimaciones de McKinsey y Dell’Oro Group, las grandes tecnológicas (“hyperscalers”) invertirán más de 400.000 millones de dólares en 2025 en centros de datos y hardware especializado para IA generativa.
Apenas un día antes del anuncio de Meta, un consorcio liderado por BlackRock y Nvidia había cerrado la compra de Aligned Data Centers por 40.000 millones de dólares, reforzando la tendencia de concentración y expansión de los grandes operadores de cómputo.
El movimiento de Meta también coincide con el anuncio de un nuevo centro de datos de 1.500 millones de dólares en El Paso, Texas, que reforzará la infraestructura destinada a gestionar los crecientes volúmenes de datos de Facebook, Instagram y WhatsApp, así como los modelos de IA que alimentan sus sistemas de recomendación y publicidad.
“Con Hyperion, Meta da un paso decisivo en la carrera por la inteligencia artificial”, afirmó Adam Selipsky, analista tecnológico en la consultora DeepCompute. “Este tipo de infraestructuras son las que determinarán qué compañías podrán liderar la próxima década de innovación en IA generativa”.
Impacto ambiental y desafíos energéticos
Aunque el proyecto Hyperion promete posicionar a Luisiana en el mapa global de la tecnología, también ha suscitado preocupaciones ambientales por su enorme demanda energética y de recursos naturales.
Según estimaciones del Instituto de Energía Sostenible de la Universidad de Texas, el centro de datos podría duplicar el consumo eléctrico industrial del estado y requerir un suministro constante de energía renovable para mitigar su impacto de carbono.
Meta ha asegurado que el complejo operará al 100 % con energía renovable, mediante contratos de compra de energía (PPAs) con parques solares y eólicos de la región del Golfo. Además, la empresa ha anunciado que el diseño del centro incluirá sistemas avanzados de refrigeración líquida y reciclaje de aguas residuales, medidas que podrían reducir hasta en un 30 % el consumo hídrico frente a instalaciones equivalentes.
No obstante, expertos advierten que la expansión de centros de datos de gran escala plantea retos estructurales para las redes eléctricas locales, especialmente en zonas rurales con infraestructuras limitadas. “El desafío no es solo la huella de carbono, sino la presión que estos proyectos ejercen sobre la capacidad energética y el suministro de agua de las comunidades”, señaló Maya Cohen, investigadora en políticas climáticas del MIT.
Un modelo que redefine la financiación tecnológica
Más allá de su dimensión industrial, la operación de Meta podría redefinir el modelo de financiación de infraestructura tecnológica. Al utilizar una estructura fuera de balance, la compañía logra mantener la flexibilidad financiera necesaria para futuras expansiones sin comprometer sus métricas de deuda.
El modelo recuerda al empleado por gigantes energéticos o inmobiliarios para financiar megaproyectos, pero adaptado a la escala y velocidad de la revolución de la IA. Analistas de Goldman Sachs consideran que esta fórmula podría convertirse en el estándar de la industria para proyectos de más de 10.000 millones de dólares.
“Estamos presenciando el nacimiento de una nueva categoría de activos: los AI Infrastructure Bonds”, afirma Rachel Donovan, directora de mercados de capitales en TechFinance Advisors. “Meta ha demostrado que el capital privado puede sostener la expansión masiva del cómputo de inteligencia artificial sin depender del gasto público o de la deuda corporativa tradicional”.
La nueva frontera de la inteligencia artificial
Con el proyecto Hyperion, Meta se posiciona como uno de los principales actores en la carrera global por la infraestructura de IA, una competencia que definirá el liderazgo tecnológico de los próximos años.
Mientras los modelos de lenguaje, visión y recomendación demandan una potencia de cálculo cada vez mayor, las grandes tecnológicas están apostando por centros de datos cada vez más grandes, sostenibles y financieramente sofisticados.
Para Meta, el objetivo es claro: asegurar el músculo computacional que sostendrá su futuro metaverso y sus sistemas de IA generativa, desde los algoritmos de Facebook hasta los asistentes virtuales de WhatsApp.
El proyecto Hyperion no solo representa una inversión récord, sino también un símbolo de una era en la que la infraestructura tecnológica se convierte en el nuevo poder industrial.
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