Microsoft resucita la planta nuclear más polémica

Alberto Noriega     12 julio 2025     3 min.
Microsoft resucita la planta nuclear más polémica

Three Mile Island reanudará operaciones en 2027 con apoyo de Microsoft, marcando un hito en el regreso de la energía nuclear en EE. UU.

La planta nuclear de Three Mile Island, en Pensilvania, reanudará operaciones un año antes de lo previsto: su Unidad 1 entrará en funcionamiento en 2027, según confirmó la empresa Constellation Energy. El adelanto del cronograma se produce en medio de una nueva ola de inversiones nucleares impulsadas por la demanda energética de empresas tecnológicas como Microsoft, que ha firmado un contrato de compra eléctrica por dos décadas. El proyecto, con una inversión estimada de 1.600 millones de dólares, busca revivir una infraestructura energética simbólica marcada por el histórico accidente de 1979. La planta suministrará energía libre de carbono a centros de datos, posicionándose como un eje clave en la descarbonización digital de Estados Unidos.

Microsoft detrás del regreso nuclear

Constellation anunció que los trabajos de restauración avanzan con mayor rapidez de lo previsto, gracias a hitos técnicos ya completados y la incorporación de más de 200 trabajadores a tiempo completo. Se han restaurado edificios clave, actualizado el centro de entrenamiento y se esperan tres nuevos transformadores principales en 2026 para permitir el reinicio operativo.

Dave Marcheskie, portavoz de la planta, señaló que la revisión por parte de la Comisión Reguladora Nuclear avanza según lo planeado y se espera su conclusión en 2027. La Unidad 1 —la única que volverá a operar— fue cerrada en 2019 por razones económicas, sin incidentes técnicos.

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El proyecto recibió un impulso definitivo en septiembre de 2024, cuando Microsoft firmó un contrato de compra de electricidad a 20 años. La planta generará 835 megavatios de energía, equivalentes al consumo de todos los hogares de Filadelfia, lo que abastecerá principalmente a los centros de datos del gigante tecnológico.

Empleos, inversión y memoria histórica

Constellation ha decidido financiar el proyecto sin apoyo estatal, lo que subraya su confianza en la rentabilidad de la energía nuclear en un contexto de alta demanda energética. Un estudio de impacto económico estima que el reinicio generará 3.400 empleos directos e indirectos y aportará 16.000 millones de dólares al PIB de Pensilvania.

No obstante, el legado de la planta sigue pesando. En 1979, la Unidad 2 —que no será reactivada— sufrió una fusión parcial del núcleo, el accidente nuclear más grave en la historia de EE. UU. Aunque no hubo muertes ni efectos comprobados a largo plazo, el suceso marcó profundamente la percepción pública sobre la energía nuclear.

Grupos como Three Mile Island Alert han manifestado su oposición al reinicio, alegando riesgos ambientales y cuestionando su viabilidad. Marcheskie, en cambio, subraya que la Unidad 1 “fue una de las plantas con mejor desempeño del país antes de su cierre” y que el nuevo enfoque prioriza la seguridad, el monitoreo y la transparencia.

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Energía sin carbono para una economía digital

Three Mile Island representa más que una reapertura técnica: simboliza el retorno de la energía nuclear como respuesta pragmática a la crisis climática y a la explosión de consumo digital. A medida que la inteligencia artificial y la computación en la nube impulsan una demanda eléctrica sin precedentes, tecnologías intensivas en energía están empujando a las empresas a buscar fuentes estables, libres de emisiones y de alto rendimiento.

Microsoft, al liderar este acuerdo, envía un mensaje claro: el futuro tecnológico exige soluciones energéticas audaces, incluso si provienen de infraestructuras con pasado controvertido. Mientras la industria debate sobre renovables intermitentes y almacenamiento, la nuclear se reposiciona como una opción viable —si se hace bien.

Three Mile Island, ícono de los límites y errores del pasado, puede convertirse ahora en símbolo de reconciliación entre progreso tecnológico y sostenibilidad energética. En esta nueva etapa, no es solo una planta la que vuelve a encenderse: es una narrativa que busca cerrar un ciclo y empezar otro, con el átomo como aliado inesperado de la revolución digital.

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