La NASA detecta un objeto misterioso que pulsa cada 44 minutos

Un extraño objeto cósmico emite pulsos cada 44 minutos con ondas de radio y rayos X, desconcertando a los astrónomos.
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto ASKAP J1832-0911, un objeto espacial sin precedentes que emite estallidos sincronizados de radio y rayos X cada 44 minutos, desafiando todo modelo astronómico conocido. La observación se llevó a cabo desde Australia y confirmado por la NASA entre 2023 y 2024, según un estudio publicado en Nature. El fenómeno fue detectado por el radiotelescopio ASKAP y confirmado con el Observatorio Chandra, marcando el primer caso de un transitorio de periodo largo con emisiones duales. La comunidad científica está perpleja ante este comportamiento único que podría anunciar una nueva clase de objetos galácticos.
Un objeto que pulsa cada 2.656 segundos
La señal es tan precisa que cada 44 minutos exactos, ASKAP J1832-0911 despierta para emitir pulsos de dos minutos, una regularidad que lo aleja de cualquier púlsar o magnetar conocido. Las emisiones incluyen ondas de radio y rayos X sincronizados, algo nunca antes registrado en este tipo de cuerpos astronómicos.
Lo más desconcertante es la decadencia progresiva del brillo: entre febrero y agosto de 2024, su intensidad en radio cayó un 99.9% y su luminosidad de rayos X disminuyó casi diez veces. Este comportamiento irregular pero periódico desafía los modelos de rotación y pérdida de energía que explican los púlsares tradicionales, pues su emisión es 10.000 veces más energética de lo que permitiría su rotación si fuera una estrella de neutrones clásica.
Una fuente dual sin precedentes
ASKAP J1832-0911 es el primer transitorio de periodo largo que emite a la vez radio y rayos X, según confirmó el Observatorio Chandra de la NASA. Esta combinación de señales sugiere procesos extremos y altamente ordenados en su interior, probablemente mediados por campos magnéticos colosales.
La intensidad de las señales varía de forma extrema entre los ciclos: desde 30 miliJansky hasta 20 Jansky en radio, con una polarización del 92%. Este tipo de comportamiento es típico de objetos con una magnetosfera estable, pero su ciclo de 44 minutos lo separa de los magnetares conocidos. «Es como si estuviéramos viendo algo completamente nuevo, que no sigue ninguna de las reglas conocidas», explicó el Dr. Ziteng Wang, autor principal del estudio.
Dónde y cómo fue hallado
El hallazgo tuvo lugar en el territorio Wajarri, en Australia Occidental, gracias al radiotelescopio ASKAP, que escanea grandes regiones del cielo en busca de fuentes transitorias. La sincronización con el telescopio de rayos X Chandra, por pura coincidencia, permitió confirmar que los pulsos de radio coincidían exactamente con los de rayos X, algo que ocurre en una fracción ínfima de los eventos celestes.
La ubicación del objeto —a unos 15.000 años luz de la Tierra— dentro de la Vía Láctea implica que forma parte de nuestra galaxia, lo que multiplica el interés por estudiarlo. Hasta ahora, los objetos que emiten de forma regular suelen estar mucho más cerca o tener comportamientos más predecibles. Este nuevo caso plantea la posibilidad de una población oculta de objetos similares aún no detectados.
¿Una nueva física del universo?
Lo verdaderamente inquietante de ASKAP J1832-0911 no es solo su periodicidad, su potencia o su dualidad de emisión, sino que no encaja con ninguna categoría existente. No es una estrella de neutrones, tampoco una enana blanca convencional, y mucho menos un púlsar clásico. Las hipótesis actuales, como un sistema binario con una enana blanca magnetizada, no logran explicar la magnitud ni la sincronización exacta de sus pulsos.
Esto lleva a pensar que estamos ante una nueva clase de fenómenos astrofísicos, quizás tan revolucionarios como lo fueron los púlsares en su momento. Si se confirman más casos con características similares, los libros de texto de astrofísica tendrán que reescribirse. Como sugieren los investigadores, puede que estemos asomándonos a una frontera inexplorada de la física estelar, en la que los campos magnéticos, las rotaciones extremas y las condiciones límite del espacio-tiempo dan lugar a comportamientos aún imposibles de simular.
Cuando el universo rompe su guion
El descubrimiento de ASKAP J1832-0911 es un recordatorio cósmico de que no lo sabemos todo, incluso dentro de nuestra propia galaxia. En una era en la que los algoritmos predicen y los modelos simulan, este objeto aparece como una anomalía, una nota discordante que rompe la partitura del universo conocido. No es solo una rareza astronómica: es una grieta por donde podría colarse una nueva comprensión del cosmos.
Lo más fascinante es que esta señal no proviene de otra galaxia ni de los confines del universo observable, sino de nuestra Vía Láctea, a “solo” 15.000 años luz. Eso lo convierte en una oportunidad única para observar de cerca cómo el universo experimenta consigo mismo. Si ASKAP J1832-0911 es la primera muestra de una clase más amplia de objetos, el futuro de la astronomía no será solo mirar más lejos, sino mirar mejor, con nuevas preguntas. Porque, como tantas veces en la ciencia, lo desconocido no es el final, sino el principio.
Comentarios cerrados