La planta de baterías de BMW ya casi está lista para comenzar a funcionar

Muchas de las baterías que se montan sobre los vehículos eléctricos fabricados en Europa y América provienen del mercado asiático. Los fabricantes de Asia tienen una importante relevancia en esta industria y dominan el mercado. Pero poco a poco, Europa va preparando su propia industria de baterías y las plantas van apareciendo en distintos territorios europeos.

Una de esas plantas está a punto de ser terminada en Alemania y ha sido construida por BMW. Está ubicada en Irlbach-Straßkirchen y será una de las cinco instalaciones a nivel global que gestionará la marca para ensamblar baterías de sexta generación.

Este tipo de baterías incorporarán celdas cilíndricas de gran volumen integradas directamente en los paquetes de baterías con la configuración cell-to-pack. Las baterías que salgan de esta planta se utilizarán en las fábricas de BMW en Alemania.

Hay otras plantas en proceso de fabricación en Debrecen (Hungría), Shenyang (China), San Luis Potosí (México) y Woodruff, cerca de Spartanburg en Estados Unidos, que se encargarán de suministrar estas baterías en las fábricas de BMW en esos territorios.

La planta alemana está todavía en fase de construcción pero ya ha finalizado la fase de construcción de los edificios y se espera que durante el mes de junio comience la implantación de la maquinaria para fabricar las baterías. Las obras comenzaron en abril de 2024 y se espera que en unos meses ya esté operativa para comenzar la producción de las baterías.

El Centro de Energía

Junto a la planta de baterías se está construyendo otro edificio de 10.000 metros cuadrados. En este se colocará la planta de suministro de energía, el parque de bomberos y otros servicios necesarios para el correcto funcionamiento de la planta. En este Centro de Energía se colocarán dos transformadores para líneas de 110 kV que llegan desde la subestación de Bayernwerk Netz GmbH.

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Además, la planta de baterías contarán con varias bombas de calor y sistemas de refrigeración que aprovecharán la energía térmica residual y así climatizar los distintos edificios. Se han colocado también filtros y estaciones de bombeo para utilizar el agua de la lluvia, dejando el agua potable solo para los comedores y los sanitarios, porque la producción no requiere agua.

Las instalaciones garantizan la seguridad medioambiental y de salud para los trabajadores y los habitantes de las ciudades cercanas, por lo que se convertirá en un referente de este tipo de instalaciones en Europa.