Robots trepan turbinas eólicas para repararlas cinco veces más rápido que los humanos

Alberto Noriega     12 junio 2025     4 min.
Robots trepan turbinas eólicas para repararlas cinco veces más rápido que los humanos

La empresa letona Aerones ha conseguido 60 millones de dólares para escalar —literalmente— su red global de robots especializados en mantenimiento de turbinas eólicas. El fondo fue liderado por inversores estadounidenses como Activate Capital y S2G Investments, junto a una subvención de cuatro millones de euros. Los robots de Aerones inspeccionan, limpian y reparan palas eólicas hasta cinco veces más rápido que los humanos, y ya están operando en más de 30 países. Esta financiación permitirá ampliar operaciones en Europa, Asia y América del Norte, en colaboración con gigantes del sector como GE, Vestas o Siemens Gamesa.

Reparar turbinas desde el aire

Aerones ha transformado un proceso lento, costoso y peligroso en una operación rápida, precisa y automatizada, gracias a su sistema robótico modular para palas de aerogeneradores. Su tecnología permite trabajar incluso con vientos de hasta 15 km/s, mientras que los técnicos humanos por cuerda solo lo hacen hasta 9 km/s, lo que significa menos días de inactividad para los molinos y más energía renovable generada.

Cada intervención se realiza con un equipo de tres técnicos y un vehículo, haciendo que la logística sea simple y escalable. Los robots están diseñados para tareas complejas como limpieza de superficies, eliminación de cintas protectoras, aplicación de imprimaciones y recubrimientos especiales, todo ello en altura y sin poner vidas en riesgo. En un sector donde cada minuto cuenta, Aerones promete reducir costes operativos, emisiones indirectas y accidentes laborales.

Del Báltico al mundo

Con sede en Letonia, Aerones ya trabaja con los principales fabricantes de turbinas eólicas del mundo: Siemens Gamesa, General Electric, Vestas, y operadores como Enel, EDF o EDPR. Esta financiación permitirá escalar sus operaciones en América del Norte, Asia y nuevas regiones europeas, donde la demanda de energía eólica sigue creciendo a doble dígito.

Pexels Jemsanchez 1108814

La robótica de Aerones combina sensores de precisión, brazos automatizados y algoritmos de navegación aérea. Los dispositivos se despliegan en apenas unos minutos y permiten analizar daños por corrosión, hielo o impactos, haciendo posible reparaciones en el acto. Esta capacidad es especialmente crítica en regiones remotas o marinas, donde enviar técnicos humanos resulta caro y arriesgado.

Cero emisiones, máxima eficiencia

La estrategia de Aerones no se limita a acelerar procesos: también busca reducir la huella de carbono del mantenimiento eólico. Al eliminar el uso de helicópteros, plataformas elevadoras o maquinaria pesada, cada operación ahorra hasta 96% de las emisiones de CO₂ asociadas al mantenimiento convencional.

Además, sus robots funcionan con energía eléctrica y pueden operar de forma continua durante jornadas largas sin depender de combustibles fósiles. Esto convierte al mantenimiento robótico en un eslabón coherente dentro de la cadena de valor de las energías renovables. Como afirma el CEO de Aerones, Dainis Kruze: “Si queremos un futuro energético limpio, también el mantenimiento debe ser limpio”.

Pexels Pixabay 33493

Robots en la industria pesada

La tendencia de aplicar robots autónomos al mantenimiento industrial no es exclusiva de Aerones. La empresa suiza ANYbotics ha desarrollado ANYmal, un robot cuadrúpedo diseñado para inspeccionar instalaciones industriales complejas como plantas químicas, refinerías o minas. Este tipo de tecnologías se complementan con lo que hace Aerones: robots que no solo inspeccionan, sino que actúan.

ANYmal puede detectar fugas de gas, medir temperaturas anómalas, y enviar mapas 3D de entornos peligrosos, incluso sin conexión a internet. En plataformas petroleras, ha reducido en un 80% la exposición humana a zonas de alto riesgo, y en algunos casos ha generado ahorros operativos anuales de más de 300.000 euros por tareas que ahora se hacen tres veces al día, de forma automatizada.

El mantenimiento del futuro será autónomo

Los fondos destinados a Aerones marcan un hito más en la automatización sostenible de las infraestructuras energéticas. Las energías renovables requieren una nueva cultura de mantenimiento, más rápida, más segura y sin emisiones. Y la robótica está demostrando que no solo puede mejorar la eficiencia operativa, sino multiplicar el impacto ambiental positivo de fuentes como el viento o el sol.

En este escenario, la alianza entre tecnología avanzada, capital paciente y transición energética se vuelve estratégica. Inversiones como la de Activate Capital no solo buscan rentabilidad: apuestan por redefinir cómo funciona el sector energético global. Una torre eólica en Galicia, Texas o el Mar del Norte podrá ser reparada en horas, sin riesgo humano, con una precisión milimétrica, y sin dejar huella.

Los robots ya no son el futuro de la energía. Son su mantenimiento.

Comentarios cerrados