TikTok destrona a la tele como fuente de noticias en EE. UU.

TikTok, Facebook y YouTube superan por primera vez a la TV como fuente de noticias en EE. UU., según un estudio de la Universidad de Oxford.
En junio de 2025, el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford reveló que las redes sociales ya son la principal fuente de noticias en Estados Unidos. El estudio encuestó a miles de ciudadanos y mostró que un 54% accede a la información a través de plataformas como TikTok, superando por primera vez a la televisión. Esta tendencia se intensifica en los menores de 30 años, que abandonan los canales tradicionales por contenidos visuales y algoritmos personalizados. El cambio de paradigma informativo está reconfigurando el poder mediático, y el futuro de las noticias parece estar en el scroll.
El sorpasso digital ya es real
Por primera vez en la historia, más estadounidenses se informan en redes sociales que a través de la televisión. El Informe Digital News Report 2025 del Instituto Reuters muestra que el 54% de los encuestados utilizó redes como TikTok, Facebook o YouTube para informarse en la última semana. Esto supera al 50% que recurrió a la televisión y al 48% que accedió a sitios web o apps de noticias. Se trata de un punto de inflexión mediático que redefine el acceso a la información.
El crecimiento más llamativo es el de TikTok, que pasó del 3% de usuarios adultos como fuente informativa en 2020 al 17% en 2024. En los menores de 30 años, la cifra sube al 40%, cuadruplicando a la generación anterior. El algoritmo de la plataforma y su formato de video corto facilitan una experiencia personalizada y visual que encaja con los hábitos digitales actuales. Mientras tanto, los adultos mayores de 65 años apenas representan un 3% del consumo informativo en TikTok, subrayando la brecha generacional.
Los editores tradicionales están reaccionando con rapidez. Medios como NowThis, con 5,5 millones de seguidores en TikTok, lideran esta nueva narrativa visual. Cadenas históricas como ABC, NBC o CBS también han entrado en la plataforma para reconectar con los más jóvenes. Este proceso no está exento de retos: la adaptación a formatos breves y la lucha contra la desinformación son constantes, especialmente en temas sensibles como política o salud.
La caída de Facebook como fuente de noticias añade un matiz importante. Aunque sigue siendo utilizada por el 54% de los adultos estadounidenses para informarse ocasionalmente, su papel se debilita entre los jóvenes, desplazado por nuevas plataformas. A la par, YouTube mantiene una fuerte presencia con más de 2.500 millones de usuarios mensuales, aunque sólo el 30% de ellos la utiliza regularmente para consumir noticias.
Joe Rogan y el efecto pódcast
Mientras los medios tradicionales pierden protagonismo, figuras independientes como Joe Rogan han consolidado su influencia como actores clave del ecosistema informativo. Su pódcast, The Joe Rogan Experience, reúne a más de 11 millones de oyentes por episodio y se ha convertido en una plataforma que desafía el relato hegemónico de los medios mediante entrevistas largas, informales y sin filtro.
El impacto político de su espacio quedó en evidencia durante las elecciones de 2024, cuando la entrevista a Donald Trump superó los 40 millones de visualizaciones en YouTube el día de los comicios. Pese a haber criticado a ambos candidatos en el pasado, Rogan respaldó a Trump, lo que provocó una ola de reacciones. Su audiencia es transversal: 32% republicanos, 27% demócratas y 35% independientes, lo que amplifica el llamado “efecto multiplicador” de sus mensajes en redes.
Los fragmentos virales de su pódcast circulan como clips de TikTok, reels de Instagram o videos en X (ex Twitter), multiplicando su alcance. No es sólo el contenido original lo que importa, sino cómo viaja y se resignifica en la red. Esta dinámica pone en evidencia que el poder de informar ya no está centralizado en redacciones, sino que fluye en un ecosistema de creadores, editores y usuarios.
YouTube, Facebook y la batalla por el video
Aunque TikTok marca el ritmo de la transformación, Facebook y YouTube siguen siendo los principales canales de noticias sociales en términos de volumen. Facebook domina en engagement: sus videos nativos reciben un 478% más de compartidos que otros formatos, y acapara casi el 25% del gasto en anuncios de video en EE. UU. Su capacidad para insertar noticias en medio del feed personal sigue siendo efectiva, especialmente entre mayores de 40 años.
Por su parte, YouTube mantiene una base activa más joven y global, pero el consumo de noticias dentro de la plataforma es más limitado. Solo un 30% de sus usuarios lo hace regularmente, y suele primar el contenido de entretenimiento. Sin embargo, su infraestructura y poder publicitario siguen siendo clave en la batalla informativa.
Este panorama híbrido muestra que el acceso a la información está cada vez más mediado por algoritmos, plataformas privadas y decisiones editoriales fragmentadas, donde cada usuario vive su propia burbuja mediática. El reto para el periodismo, en este entorno, no es solo adaptar el contenido, sino reconstruir la confianza en medio de una dispersión cada vez mayor.
Lo que viene no es televisión
La imagen de una familia reunida ante el telediario de las ocho parece más lejana que nunca. La fragmentación del consumo informativo ha disuelto el viejo monopolio de los noticiarios en favor de una red rizomática de plataformas, creadores, pódcasts y algoritmos. Esta descentralización presenta riesgos—como la desinformación y el tribalismo informativo—pero también abre posibilidades para una democratización real del acceso a voces diversas.
El reto ahora no es volver atrás, sino redefinir qué significa estar informado. En un entorno donde cada scroll puede ser una noticia o un meme, la alfabetización mediática se vuelve tan crucial como el propio contenido. Medios, escuelas y plataformas deberán colaborar no solo para producir información fiable, sino para enseñar a leerla críticamente.
La buena noticia es que el interés por estar informado no ha desaparecido; simplemente ha cambiado de forma. Y quienes entiendan antes este nuevo lenguaje, serán quienes definan la conversación pública del futuro. Porque el nuevo telediario no tiene presentador. Tiene scroll infinito.
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