Tus datos valen dinero: Así funciona dWallet, la revolución brasileña de la economía digital

Alberto Noriega     15 junio 2025     5 min.
Tus datos valen dinero: Así funciona dWallet, la revolución brasileña de la economía digital

Brasil lanza dWallet, el primer programa nacional que permite a los ciudadanos ganar dinero con sus datos personales y controlar su uso.

Brasil ha lanzado un piloto nacional que permite a los ciudadanos monetizar su huella digital mediante cuentas de ahorro de datos llamadas dWallet. El programa, desarrollado por la startup DrumWave en alianza con la empresa pública Dataprev, arrancó en abril de 2025 y apunta a democratizar el acceso a la economía de los datos. Se está probando con personas que tienen créditos por nómina, un grupo de más de 60 millones de brasileños. El objetivo: convertir los datos personales en un activo económico controlado directamente por su dueño.

De dato pasivo a activo valioso

El programa dWallet, presentado oficialmente durante el Web Summit Rio, propone una disrupción global: crear una cuenta de ahorros digital donde se depositen los datos que generamos al usar internet, apps o servicios financieros. Desde allí, los usuarios pueden autorizar la venta de esa información a empresas y recibir pagos digitales por cada transacción.

En promedio, los usuarios que ya participan están obteniendo unos 50 dólares mensuales por ceder acceso a datos que antes ni sabían que generaban. El sistema clasifica y valora la información personal con un índice propio llamado DIM (Data Information Meaning), que evalúa calidad, utilidad y relevancia para el mercado. Además, introduce estándares de autenticación y verificación que permiten asegurar que el dato ofrecido es legítimo, actual y útil para compradores potenciales.

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Dataprev, DrumWave y el Estado como aliado

La colaboración entre DrumWave y Dataprev —la empresa pública que gestiona información de millones de ciudadanos brasileños— convierte a Brasil en el primer país en institucionalizar la propiedad de datos personales como derecho y activo económico. La prueba inicial se enfoca en usuarios con créditos por nómina (consignado), una base de más de 60 millones de personas cuyos datos financieros pueden monetizarse con consentimiento explícito.

Esta alianza representa un paso sin precedentes en la región: es la primera vez que un Estado facilita directamente a sus ciudadanos las herramientas para ganar dinero con su información digital. Según Rodrigo Assumpção, presidente de Dataprev, se trata de “un avance hacia la equidad digital, reconociendo el valor intrínseco de los datos personales”.

Además, la arquitectura del sistema garantiza la seguridad: DrumWave no accede a los datos en bruto, solo gestiona la “cartera digital” como capa de transacción. La transparencia y trazabilidad son claves para evitar abusos o filtraciones.

Del GDPR al realismo económico

Brasil ha recorrido un camino legal firme para llegar a este punto. En 2020 implementó la LGPD (Ley General de Protección de Datos), inspirada en el GDPR europeo, y en 2022 fue más allá, reformando su Constitución para reconocer la protección de datos como derecho fundamental. En 2023, el Congreso redactó un proyecto para reconocer los datos personales como propiedad privada.

El paso siguiente ya no es proteger, sino empoderar. Según Brittany Kaiser, presidenta de la fundación Own Your Data y evangelista del proyecto, “la economía digital ha crecido sobre la base de datos que nunca fueron compensados. Este sistema busca corregir ese desequilibrio histórico”.

Y el mercado acompaña: el sector de monetización de datos en Brasil movió 88.650 millones de dólares en 2024, y se estima que llegará a 326.800 millones para 2033. Si este piloto demuestra viabilidad, no solo se consolidará un nuevo derecho económico, sino un nuevo modelo de participación digital.

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El ciudadano como inversor de su información

La clave está en transformar a cada persona en inversionista de su propio rastro digital. Así como hoy elegimos dónde guardar nuestro dinero o en qué plataforma subir nuestras fotos, pronto podríamos decidir si nuestro historial de navegación, nuestra salud digital o nuestras compras ayudan a financiar nuestro día a día.

El modelo brasileño plantea un cambio profundo en el contrato social de internet. Hasta ahora, las grandes tecnológicas acumulaban datos a cambio de servicios gratuitos. El ciudadano pagaba con su privacidad. Hoy, la lógica se invierte: “si mi información genera valor, yo debo recibir parte de ese valor”, dice Kaiser.

Con mecanismos de autenticación, límites de exposición y capacidad de retirada, dWallet no solo busca que cobres, sino que decidas. Porque en la nueva economía de la atención, saber cuánto vales —en datos— es la primera forma de recuperar el control.

¿Un nuevo contrato digital?

Brasil ha encendido una mecha que otros países no podrán ignorar. En un contexto donde la IA, los algoritmos y los modelos predictivos dependen cada vez más de datos personales, la monetización justa de esa materia prima ya no es una utopía, sino una necesidad política.

El programa dWallet podría convertirse en el modelo global para establecer un nuevo contrato digital entre ciudadanos, Estado y empresas tecnológicas. Uno donde el dato no es algo que se roba ni se protege únicamente, sino algo que se negocia en condiciones justas.

Queda por ver si la infraestructura es escalable, si los ciudadanos adoptarán estas herramientas masivamente y si los compradores aceptarán pagar precios justos por datos verificados. Pero si funciona, estamos ante el nacimiento de una economía donde el individuo ya no es el producto, sino el propietario. Una economía que devuelve valor, dignidad y agencia a quienes hoy solo entregan su rastro a cambio de nada.

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