China revoluciona la exploración espacial con fotosíntesis artificial para combustible de cohetes

Alberto Noriega     3 febrero 2025     5 min.
China revoluciona la exploración espacial con fotosíntesis artificial para combustible de cohetes

Astronautas chinos han logrado la fotosíntesis artificial en el espacio, produciendo oxígeno y combustible para cohetes, clave para futuras bases en la Luna y Marte.

Los astronautas chinos a bordo de la estación espacial Tiangong han logrado un hito sin precedentes: la fotosíntesis artificial en el espacio. Como parte de la misión Shenzhou-19, han conseguido transformar dióxido de carbono y agua en oxígeno y componentes de combustible para cohetes, utilizando únicamente energía solar. Este avance marca un antes y un después en la exploración espacial sostenible, reduciendo la dependencia de recursos terrestres y allanando el camino para futuras bases lunares y misiones de larga duración. Con China apostando fuerte por la colonización de la Luna y Marte en las próximas décadas, la capacidad de generar oxígeno y combustible in situ podría cambiar las reglas del juego en la carrera espacial.

Un avance revolucionario en la fotosíntesis espacial

La fotosíntesis artificial en el espacio es una tecnología que promete transformar la exploración interplanetaria. A diferencia de los sistemas tradicionales de soporte vital, esta técnica no requiere de grandes infraestructuras ni de altas presiones o temperaturas para funcionar, lo que la hace ideal para entornos de microgravedad. Inspirada en la fotosíntesis natural de las plantas, utiliza catalizadores semiconductores para convertir dióxido de carbono y agua en oxígeno e hidrocarburos como el etileno, un compuesto clave para la fabricación de combustible para cohetes.

Los astronautas chinos han demostrado que este proceso puede operar eficientemente en el espacio, utilizando directamente la energía solar como fuente de alimentación. Este avance no solo permitiría reciclar el CO₂ exhalado por los astronautas para generar oxígeno, sino que también facilitaría la producción de combustibles sin necesidad de transportarlos desde la Tierra. La capacidad de generar estos recursos en el espacio es esencial para la autosuficiencia de futuras colonias lunares y misiones interplanetarias.

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Fotosíntesis artificial vs. electrólisis: ¿qué sistema es mejor?

Hasta ahora, la electrólisis ha sido la principal tecnología utilizada en el espacio para generar oxígeno a partir del agua. Sin embargo, el nuevo sistema de fotosíntesis artificial presenta varias ventajas clave:

  1. Mayor eficiencia energética: Utiliza directamente la energía solar en lugar de depender de la electricidad generada por paneles solares.
  2. Simplicidad operativa: Funciona a temperaturas y presiones ambientales, reduciendo la necesidad de sistemas complejos de regulación.
  3. Versatilidad: No solo produce oxígeno, sino también hidrocarburos que pueden utilizarse como combustible, una ventaja crucial para misiones de exploración profunda.
  4. Sostenibilidad: Recicla el dióxido de carbono generado por los astronautas, creando un sistema de soporte vital autosuficiente.

China apuesta por esta tecnología porque ofrece un sistema de soporte vital más eficiente y adaptable a misiones de larga duración en la Luna, Marte y más allá. Si bien la electrólisis seguirá siendo útil en algunos contextos, la fotosíntesis artificial podría convertirse en el estándar en la exploración espacial.

Los logros de la misión Shenzhou-19

El éxito de la fotosíntesis artificial no ha sido el único hito de la misión Shenzhou-19. Lanzada el 29 de octubre de 2024, esta misión ha consolidado el avance del programa espacial chino con una serie de logros clave.

Entre sus hitos más importantes destacan:

  • Una caminata espacial récord de 9 horas, superando todas las marcas previas de actividad extravehicular de China.
  • Instalación de escudos contra escombros espaciales en la estación Tiangong, esenciales para la seguridad de futuras misiones tripuladas.
  • Estudios de biología en microgravedad, incluyendo el cultivo de moscas de la fruta y experimentos de monitoreo de la salud de los astronautas.
  • Interacción con «Xiao Hang», un asistente robótico, diseñado para ayudar en tareas de mantenimiento y futuras operaciones autónomas en órbita.

El experimento de fotosíntesis artificial ha sido, sin duda, el hito más importante de la misión, demostrando que la estación Tiangong puede convertirse en un laboratorio clave para el desarrollo de tecnologías espaciales autosostenibles.

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Exploración lunar y marciana: el futuro de la fotosíntesis espacial

El éxito de esta tecnología abre nuevas posibilidades para la exploración a largo plazo. China tiene planes ambiciosos para establecer una base lunar en la próxima década, y la capacidad de producir oxígeno y combustible in situ será clave para lograrlo.

Entre sus aplicaciones futuras destacan:

  • Suministro de oxígeno y combustible en bases lunares y marcianas, reduciendo la dependencia de lanzamientos desde la Tierra.
  • Misiones de larga duración en el espacio profundo, con tripulaciones capaces de reciclar sus propios recursos en un sistema de soporte vital autosostenible.
  • Exploración interplanetaria con naves reutilizables, utilizando combustible generado en el espacio en lugar de llevarlo desde nuestro planeta.

Si esta tecnología sigue evolucionando, podría convertirse en un pilar fundamental para la exploración espacial humana. El objetivo final es crear hábitats autosuficientes fuera de la Tierra, donde los astronautas puedan vivir y trabajar sin depender constantemente del envío de suministros desde nuestro planeta.

China y la nueva carrera espacial

Este avance coloca a China en una posición privilegiada en la nueva carrera espacial. Mientras que EE.UU. y la NASA han centrado sus esfuerzos en la exploración con vehículos autónomos y asociaciones privadas como SpaceX, China ha optado por una estrategia de desarrollo propio, combinando avances científicos con un fuerte compromiso estatal.

El gobierno chino ha dejado claro que su objetivo es ser la potencia líder en la exploración lunar y marciana, y la fotosíntesis artificial es una de las piezas clave en este plan. Con la estación Tiangong operativa y el éxito de la misión Shenzhou-19, China sigue avanzando a pasos agigantados en la conquista del espacio.

El próximo desafío será escalar esta tecnología para que pueda implementarse en misiones de mayor envergadura. Si la fotosíntesis artificial se consolida como una solución viable para generar oxígeno y combustible en el espacio, podría cambiar para siempre la forma en que exploramos el cosmos.

La pregunta ahora no es si los humanos podrán establecer bases en la Luna o Marte, sino cuándo lo harán y quién liderará el camino.

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