NVIDIA y Dell construyen Doudna, la supercomputadora para revolucionar la investigación científica

Alberto Noriega     28 mayo 2025     4 min.
NVIDIA y Dell construyen Doudna, la supercomputadora para revolucionar la investigación científica

Estados Unidos presenta Doudna, la supercomputadora de IA que multiplicará por cinco la eficiencia científica global.

El Departamento de Energía de EE. UU. ha anunciado el desarrollo de Doudna, una supercomputadora de inteligencia artificial diseñada para acelerar descubrimientos científicos en energía, medicina y física. El sistema será desarrollado por Dell y NVIDIA y se instalará en 2026 en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley. Bautizada en honor a Jennifer Doudna, la genetista que descubrió CRISPR, multiplicará por cinco el rendimiento por vatio respecto a sistemas actuales. El anuncio señala una transformación radical en cómo se investiga y se innova a nivel mundial.

Un salto de escala para la ciencia

Doudna no es una supercomputadora más: es una plataforma integrada que combina IA, datos y simulación en tiempo real, pensada para responder en segundos a preguntas que hoy tardan meses. Servirá a más de 11.000 científicos en todo el mundo, según el Departamento de Energía.

La máquina se centrará en proyectos como la predicción de proteínas de David Baker, los estudios de física de partículas de Benjamin Nachman o la modelización química de la iniciativa Open Molecules 2025. Esta versatilidad la convierte en una herramienta transversal para disciplinas que históricamente no compartían infraestructura computacional. En palabras del CEO de NVIDIA, Jensen Huang, “es una máquina del tiempo para la ciencia”.

Arquitectura Rubin: el corazón del futuro

La clave de su poder radica en la nueva arquitectura Vera Rubin de NVIDIA, que debutará junto a Doudna en 2026. Cada chip Rubin ofrecerá 50 petaFLOPS de cálculo FP4, lo que multiplica por tres el rendimiento de su predecesor, Blackwell. El sistema completo entregará hasta 3.6 exaFLOPS de inferencia y 1.2 exaFLOPS de entrenamiento, cifras sin precedentes en el sector.

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El diseño incluye CPUs “Vera” con 88 núcleos ARM, memoria HBM4 de 288 GB por GPU y conectividad NVLink de 1.8 TB/s. Esta infraestructura no solo mejora la potencia, sino también la eficiencia energética y la integración con redes cuánticas futuras. En 2027, la variante Rubin Ultra alcanzará los 100 petaFLOPS por chip, señalando un camino claro hacia una nueva era en el cómputo de IA.

Eficiencia energética sin precedentes

El rendimiento por vatio es una métrica clave en supercomputación, y Doudna promete multiplicarlo por 3 a 5 veces respecto a su antecesor, Perlmutter, consumiendo solo 2-3 veces más energía. Esta mejora es revolucionaria, sobre todo en un contexto de crisis energética global y límites físicos de los centros de datos.

Mientras los procesadores modernos ya logran mejoras del 40% por vatio, Doudna va mucho más allá gracias a una arquitectura pensada desde cero para eficiencia. Conceptos como el “punto óptimo” de energía, similares a los usados en chips Ryzen, han sido integrados a nivel de diseño. El resultado es un sistema que logra diez veces más potencia con un consumo controlado, una rareza en el mundo de la supercomputación.

Computación en tiempo real, desde el espacio hasta el genoma

Más allá del rendimiento bruto, Doudna redefine cómo se hace ciencia. Permitirá flujos de trabajo que integran datos en tiempo real desde telescopios, laboratorios y sensores distribuidos, todo gracias a la red ESnet del DOE y la tecnología InfiniBand Quantum-X800 de NVIDIA. Esto implica, por ejemplo, ajustar experimentos físicos en tiempo real según los datos que recibe la máquina, o acelerar búsquedas de compuestos médicos prometedores al instante.

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Además, Doudna incorporará capacidad de computación cuántica a través de CUDA-Q, permitiendo algoritmos híbridos IA-cuánticos en un entorno escalable. Es la primera vez que se integra de forma nativa un diseño cuántico-HPC en una infraestructura estatal de supercomputación, lo que marca un hito hacia un futuro donde el descubrimiento será continuo, automatizado y asistido por IA.

No es una máquina, es un acelerador de civilización

Con Doudna, el tiempo deja de ser una barrera para la ciencia. Ya no se trata de esperar años para confirmar una hipótesis: en pocos días, se podrán modelar moléculas, optimizar materiales o reinterpretar datos astronómicos. Su diseño no es solo técnico, es filosófico: reducir el tiempo entre la pregunta y la respuesta para que el conocimiento avance a ritmo de intuición.

Si la revolución científica del siglo XX fue el átomo, la del XXI será la computación inteligente. Doudna representa el inicio de una nueva época donde la IA no es una herramienta más, sino el ecosistema donde todas las ciencias convergen. En su núcleo late una pregunta urgente: ¿qué descubrimientos estamos postergando solo porque aún no los podemos calcular? Con Doudna, ese “aún” podría desaparecer.

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