AC Cobra Series 1, más clásicos que renacen como deportivos eléctricos

La silueta del AC Cobra, tanto dentro como fuera de la pista, el mítico modelo vinculado al no menos nombre mítico Carroll Shelby y a la historia de Ford Racing, vivirá una evolución hacia coche eléctrico.

Y esto es posible ya que gracias a la firma británica AC Cars, el constructor que dio vida al propio Cobra en los años 60 del pasado siglo, ahora apuesta por la electrificación del vehículo llevando a cabo una nueva tirada limitada.

Y es que el fabricante decidido fabricar 116 nuevas unidades, 58 de ellas aún con motor de gasolina y sendas con un esquema motriz 100 por 100 eléctrico.

58 nuevos AC Cobra Series 1

Como AC Cobra Series 1 serán nombrados los 58 únicos ejemplares eléctricos que equiparán un propulsor de 230 kW, equivalentes a 312 CV, y un par máximo de 500 Nm, asociado a un acumulador de energía eléctrica de 54 kWh que le capacitará para disponer de 150 millas de distancia, en el mejor de los casos, alrededor de 240 km.

Gracias a su peso contenido, teniendo en cuenta que estamos hablando de un vehículo eléctrico, queda fijada en 1.250 kg. La velocidad máxima que proclama AC Cars para el nuevo AC Cobra Series 1 es de 120 millas por hora, es decir, 193 km/h y una aceleración partiendo desde parado y hasta 100 en 6,7 segundos.

Su interior lucirá como si de un viaje en el tiempo se tratara, hacia el pasado para mantener su esencia y hacia el futuro para garantizar su supervivencia y, en su exterior, se podrá lucir una carrocería pintada en los colores AC Electric Blue, AC Electric Black, AC Electric White o AC Electric Green.

El precio del AC Cobra Series 1 parte desde las 138.000 libras, unos 153.000 euros, una cantidad de referencia a la que sumar impuestos y demás gravámenes, habida cuenta de que el fabricante indica que aún no es una cuantía definitiva y que se comunicará antes de la entrega, a finales de 2020, del vehículo a quienes procedan a reservar una de los ejemplares.

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Lógicamente, en esta variante se pierde el componente emocional que conlleva el olor a gasolina quemada y el bramido del motor de combustión de 8 cilindros en disposición de V en favor de una movilidad de cero emisiones de gases tóxicos y de efecto invernadero y de una contaminación acústica que afecta de manera ‘invisible’ a quien la padece pero se gana el poder disfrutar de un clasicazo, ahora, con etiqueta CERO de la DGT.