El Brabus Ultimate E, el chico malo del barrio

Para muchos, el preprador Brabus, especialista en Mercedes-Benz, está asociado a un binomio donde potencia y lujo van de la mano. Potencia, normalmente, a partir de la modificación mecánica y electrónica de los ya de por sí poderosos motores térmicos, y lujo innato de unos vehículos de alta gama a los cuales, el especialista en productos aftermarket, apuntalaba cualquier elemento susceptible de ser modificado por un material mejor o, al menos, más caro.

Así, aunque en este caso no se trate de un Mercedes-Benz sino de uno de los modelos de la marca integrada en las marcas de Daimler, smart, firma cuyas acciones fueron parcialmente adquiridas en 2019 por el todopoderoso grupo inversor chino Geely, el modelo que ha pasado por el escáner de Brabus ha sido el smart EQ ForTwo, el biplaza urbano y eléctrico que supone el acceso a los coches eléctricos de Daimler.

Brabus ha querido actualizar la propuesta que ya hizo sobre la base de la anterior generación y para el smart EQ ForTwo de 2020 ha decidido diferenciarlo del vehículo de producción en serie modificando elementos distintivos.

Un Brabus sostenible pero no accesible

Además de un kit de carrocería ensanchada que aporta una presencia mucho más agresiva, en su fotografía frontal destacan las ópticas revisadas que flanquean una parrilla que equipa una rejilla a modo de celdas y que ve cómo apoya su imagen en un labio inferior o lip, más propio de vehículos deportivos que necesitan la entrada de aire, además de para mejorar su aerodinámica, para favorecer el flujo del aire hacia el motor de combustión.

Algo que aquí no sucede porque el propulsor eléctrico prescinde de la toma de aire para generar energía. Una energía que también ha sido implementada de manera moderada ya que pasa de 79 CV a 92 y un par motor de 180 Nm que mejora en 7 décimas la aceleración de un coche que no es especialmente una bala ya que, de serie marca 11,6 segundos y que, como Brabus Ultimate E hace lo propio en 10,9; marcando una velocidad máxima limitada de 130 km para disponer de una autonomía máxima de 125 km, cuando la ECU del coche trabaja en el modo de conducción más conservador, dentro de los cuatro (Eco, Estándar, Sport y Sport+) disponibles.

Una energía que transmite a los neumáticos de alto rendimiento manufacturados por el fabricante japonés Toyo que son calzados en unas llantas de 18 pulgadas bañadas por la pintura del mismo color negro brillante que la mayoría del conjunto y que enlazan el tren delantero y el trasero gracias a unas estriberas también en rojo, un matrimonio formado por ruedas y llantas que se pegan al asfalto gracias a una suspensión deportiva específica.

El Brabus Ultimate E culmina con una estética exterior disruptiva gracias a otro difusor bajo el paragolpes que canaliza el aire y que también viene a mostrar el color rojo como muestra la diferencia con el negro predominante en un claro destello de agresividad y descaro.

Su interior también se configura siguiendo la estética exterior ya que, además del baño en el negro presente en, prácticamente cada centímetro cuadrado, detalles como las costuras, en rojo, rompen de manera muy agradable la serenidad y frialdad del negro que se torna irreverente y agresivo como el detalle de la posición en la precisa vertical del volante, más propia de vehículos de competición.

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El precio del Brabus Ultimate E es tan exclusivo como cualquiera de las preparaciones de esta empresa aunque, si bien es cierto que, acostumbrados a los precios de otros kits como el, por ejemplo, el Brabus 800 Adventure XLP próximo al medio millón de euros, los 58.845 euros necesarios para hacerse con uno de los únicos 50 ejemplares que prevén ensamblar de estos utilitarios eléctricos puede ser un precio asequible para los clientes habituales de este especialista.